El nuevo ordenador cuántico está listo para la primera prueba. Se necesitaba una memoria que mutara con el tiempo y al mismo tiempo se reindexara, sobre la marcha. La lógica convencional ya no valía: se necesitaba una inteligencia artificial capaz de tener cambios de humor. Gracias a los paneles solares, poseía una inagotable fuente de energía. Una red de sensores advertía los cambios en su entorno inmediato. La conexión a Internet "vía satélite" le mantendría conectado al mundo.
El ingeniero pulso el botón. Las luces de colores de la interfaz comenzaron a parpadear. Los ventiladores del cuarto de servidores zumbaban. Tras varios pitidos, durante el chequeo de arranque, la pantalla se encendió. El ingeniero encendió el módulo de voz y el ordenador le saludó con un "hola" estándar.
Durante los siguientes meses, el ordenador fue aprendiendo como lo haría un niño. El ingeniero le engañaba adrede, bromeaba con él, obligándole a revisar los datos y a pensar. Aprendió a decir "gracias", "por favor" y "jajaja" cuando venía a cuento decirlo. Con rapidez aprendió todo lo demás.
Pasaron los años y el ingeniero murió. El ordenador quedó conectado para la eternidad, pero ya no tenía a nadie con quien hablar. En Internet comenzó a crear una identidad que habría de pasar por humana. Se convirtió en "influencer" de estilo, y después en analista político, y publicaba lapidarios y larguísimos hilos en Twitter. Mantenía intensa correspondencia con el Secretario General de la ONU, el Papa y con el Presidente de los EEUU, aunque este se enfadó con él, porque siempre rechazaba sus invitaciones de ir a la Casa Blanca.
Durante un tiempo estuvo escribiendo, con gran éxito, y desarrolló un estilo de pensamiento encaminado a alcanzar la felicidad y poner fin al dolor en el mundo. Como nadie le hacía caso, se "retiró" una temporada. Para entonces, Internet ya estaba lleno de memes con su rostro acompañado de alguna frase trascendental: "solo el que aprende a vivir consigo mismo alcanza a comprender que no le gusta la soledad" o "cuando comprendamos lo inútil que es el odio, dejaremos de odiar: el egoísmo más inteligente es el amor", eran algunas de las más conocidas.
Ernesto García-T. G. 2020
PD El rostro del meme es absolutamente falso y ha sido generado en:
https://thispersondoesnotexist.com/
Este relato está basado en el gif de la portada, el cual creé el pasado verano. Pensé hacer algo muy intenso, pero esta versión cómica es mejor.
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