jueves, 14 de enero de 2021

El Mundo Sintético y La Ciudadela.



Sin título, tinta y acuarelas.


Advertencia para los perplejos.

En la redacción de este discurso he utilizado diversos conceptos filosóficos y teológicos, representaciones místicas y formas poéticas con el fin de mostrar las ideas de la forma más eficaz y bonita que yo puedo con mi talento. Y nada más.

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Introducción.

El mundo es el de siempre, una gran bola de piedra que flota en el espacio sideral, dando vueltas, en torno al Sol, que nos calienta. La humanidad, que no parece la misma, subyace bajo la política global transformadora, bajo el Mundo Sintético, al que la humanidad se adapta, al menos mientras el ser humano goce de bienestar, que cuando no lo haya ya protestará.

Sobre el Mundo, un Mundo Sintético, y sobre el Mundo Sintético, una Ciudadela, reducto de libertad sin muros ni puertas.

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1. Resiliencia. 

Nos hemos acostumbrado a la mascarilla. El aire es limpio, el Sol esteriliza con sus rayos las superficies y, aunque la posibilidad del contagio es real, nos escondemos, más de las personas que del virus, tras la asepsia del incógnito. Y como digo, a esto nos acostumbramos. Pero esta nueva situación amenaza con perpetuarse: la Nueva Normalidad en el marco de amenaza biológica y la crisis permanente. A nuestra capacidad para soportar esta Nueva Normalidad le llaman "resiliencia".

La palabra “resiliencia” es un anglicismo que significa resistir los daños físicos y morales -en unas determinadas circunstancias que provocan estos daños-, y viene a sustituir al tan cristiano concepto de la “resignación”. En ambos casos supone renunciar a algo, con mansedad, en favor del bien común y afrontar esa circunstancia inevitable con “abnegación” y fe. Como ya no hay Dios ni Fortuna, a lo que nos resignamos es a sufrir las catástrofes y la Política, supuestas tan inevitables como las catástrofes naturales dadas por la Providencia. Entendamos que, cuando nuestro Presidente nos dice que “quiere conseguir un país más resiliente en el futuro” (1), nos está diciendo que debemos renunciar a parte de nuestro bienestar y nuestra riqueza por la Providencia de el Mundo Sintético, circunstancia inevitable que Él nos revela; pero no es tal cosa sino una imposición. Resiliencia es, por esto, sinónimo de "recortes", el líder no nos está dando ánimos: nos avisa. Pero esto no es tiranía, sino interés y supeditación a fuerzas superiores: Él también está obligado por la imposición, a la que se somete por Interés.

La cultura modela nuestras creencias sobre la importancia de los hechos y sobre aquello que consideramos cierto, pero los hechos, muchas veces, no se pueden explicar de forma clara, y para suplir ese vacío, esa incertidumbre que da no saber, creamos mitos que damos por ciertos y que elevamos al nivel de dogma bajo el nombre de Consenso 
(2). Se establece así un pensamiento prefilosófico, mítico como digo, no basado en ningún dios (o tomando como iglesia al Estado y como patriarcas a los gobernantes), con el que creemos explicar el Mundo Sintético, suma de las creencias ideologías, la moral, la política, las interacciones humanas, y la tecnología que las hace posibles, una nueva Cultura Total. Algo nuevo que todavía no comprendemos.

En el actual Mundo Sintético, la humanidad nunca pudo estar más informada de todo, gracias a los teléfonos inteligentes y los ordenadores personales conectados a Internet. El conocimiento está a nuestro alcance como nunca lo estuvo. Pero en vez de usar la Red para adquirir conocimiento, la usamos para el entretenimiento ramplón y para recibir mensajes engañosos. Se nos anima a hacer eso.

Hay quien se extraña, en este mundo cienticista, de que modernos epicúreos vean las emanaciones de la salud y la enfermedad y nieguen el virus. Nunca fuimos más libres, ni más presos, por nosotros mismos, pero la naturaleza humana comienza a alterar el Algoritmo y las Estadísticas a través de los metadatos, y por ende, el Mundo Sintético. Y esto es así porque el gobierno de los humanos ya no depende de los humanos: se ha sustituido la tiranía de la codicia y las bajas pasiones por una inmensa burocracia electrónica que crece de forma autónoma y descontrolada, por una tiranía incontrolable, por inmensa, a la que una oligarquía se une por Interés personal: La Oligarquía Interesada, por el dinero y el estatus en un gran sistema global. Y el pueblo, que sufre por ellos y por ellos debe ser resiliente, ve todo a través del Mundo Sintético, primero como un velo traslúcido que suaviza las formas, luego como una catarata que ciega.

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Digresión sobre la mentira:

La falsedad, la mentira, se basa en algo tan simple como la ignorancia. No se puede mentir a quien conoce la verdad: 

Imaginad a un marciano que llega a la Tierra por primera vez. Nunca ha visto un perro ni un gato, y algún graciosillo le cuenta que los perros maúllan y los gatos ladran. Pronto descubrirá la mentira, al ser tan evidente la verdad: que los perros ladran y los gatos maúllan. Sin embargo, durante un breve periodo de tiempo, estuvo engañado, y esto fue así porque no conocía la verdad. 

Fácil es confundir al no instruido (o al que desconoce las conspiraciones del poder) con buenas razones y palabras bonitas como “democracia” o “resiliencia”. La verdad absoluta es inalcanzable, pero nos encontramos más lejos de ella cuanto más ignorantes somos.

En el Mundo sintético, donde la ciencia es dogma, los sacerdotes son los periodistas y los científicos, que ofrecen “información autorizada” por el poder (la Oligarquía Interesada). En el Mundo Sintético, los dogmas y las doctrinas son ideológicos y científicos, alojados en una nube fluctuante, y estos cambian y son tomados de ella según convenga (el Mundo Sintético es ordenancista pero caótico). El Cambio Climático es el apocalipsis cientificista que nos atemoriza con la amenaza del Colapso Planetario y la Emergencia Climática, y con ese miedo se justifica la Resiliencia, obligación, por ley, de renunciar a nuestra riqueza y bienestar. La Solidaridad es el gran valor que sirve de pretexto para aceptar los atropellos sobre nuestra dignidad.

 Nadie que sepa distinguir ladridos de maullidos puede considerar aceptable que cambiemos "bienestar" por "resiliencia".

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Hay quien considera que la epidemia es una venganza del planeta Tierra, durante tanto tiempo agredida por el ser humano. Estos que así piensan consideran que todos los seres de la Tierra, animados o inanimados, inteligentes u obtusos, animales, minerales o vegetales, están conectados entre sí y forman parte de un baile cósmico en el cual, si alteras la más mínima cosa en una punta del universo, provocas cambios trascendentales en la otra; y por gracia de la ciencia y la tecnología, dichos cambios, supuestamente, se pueden medir por medio de la Ciencia, que es un nuevo dios. El Cambio Climático nos obliga a pagar muchos impuestos, aun cuando esto no tiene un efecto real sobre el medio ambiente. El Cambio Climático justifica el acercamiento a un “Rendimiento Sostenible” (algo maltusiano, sustituto del “rendimiento cero”(3)) por el cual disminuirá el nivel industrial del país y seremos todos menos ricos, o más pobres: seremos “resilientes”.

Practicamos la penitencia del “running” y el veganismo, y al resiliente urbano se le recomienda ir de casa al trabajo en bicicleta cumpliendo cuasi maratonianas distancias (4), penosas de cubrir, por que fatigan los músculos y tendones y te obligan a mostrarte sudado, lo que nos obliga a renunciar a nuestras galas: ser resiliente es también vestir como un “prepper”, un “survivalista”, en vez de usar bonita ropa, coloridas camisas y lustrosos zapatos. La resiliencia nos obliga a practicar orwellianos ejercicios cotidianos, hasta que los años nos impidan su práctica y seamos reciclados. En el Mundo Sintético, el ser humano nace y muere, como siempre, pero a esto ya no le damos el mismo sentido (al menos mientras la salud nos permite no pensar en la muerte), y parece que, tanto una cosa como otra sean procesos artificiales ajenos a naturaleza humana: comenzamos y dejamos de funcionar como lo haría un aparato electromecánico, y la durabilidad (nuestra capacidad física para la resiliencia) es lo que indica nuestra mayor o menor calidad. Cada vez pensamos menos en nuestro espíritu y cada vez más en nuestro cuerpo, aparato de obsolescencia programada en un Mundo sintético que mide la vida en generaciones y franjas de edad.

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Volviendo al tema de la mentira, digo que no nos molestamos en querer ponerla en evidencia cuando no tenemos necesidad de ello: por nuestro bienestar permanecemos ignorantes, pero no solo por el engaño (y la propia realidad es engañosa, pues no podemos verla en su totalidad) sino también por pereza. Mientras haya bienestar, aceptamos lo que sea. Pues pensemos una cosa, que si el bienestar se acaba, solo nos quedará la necesidad de conocer la verdad (para poder sobrevivir) así que no abandonemos el intento de descubrirla, aun sin necesitarlo: ya que no tenemos ahora tal necesidad, tomemos por gusto el ejercicio de investigar y razonar, de adquirir conocimiento (esto se puede hacer sentado).


2. El Arte de el Mundo Sintético. 

Los artistas deben ser los radicales libres de un fuego regenerador que lo consume todo, sin control, y cuyo humo forme las nubes del cielo, provocando la lluvia de la fecundidad cada Primavera Cultural. Nuestra identidad se completará desarrollando nuestras obras al margen del orden establecido, sin pasar los filtros del Algoritmo y las Etiquetas. El artista solo necesita un espacio donde desarrollar su arte libremente. El contenido de su arte solo es adecuado o no lo es para quien mira, pero no para el artista: las opiniones sobre su obra no alteran la obra ya realizada ¿Y si las opiniones no alteran la obra ya realizada por qué habrían de alterar las obras por realizar? El "estrellato" en las redes sociales solo es una etapa. La Etiqueta te atrapa en una única versión de ti mismo. Pero el artista no debe censurarse a sí mismo.

Si el público no invierte en arte, el artista solo tiene las opciones de gozar del beneplácito de la Oligarquía Interesada o de ser subvencionado por el gobierno de la Oligarquía Interesada. Solo unos pocos podrán alcanzar fama y fortuna en este sistema.

Pero la degradación del arte viene de deleitar a la Política. El artista implicado en el activismo es transmisor de la ideología dominante, y en esto basa su fortuna, pero se censura a sí mismo. La creatividad no existe en este arte, porque siempre ha de hacerse lo mismo, y por ende, no hay evolución. El artista político no ama el arte: solo pide un lugar privilegiado dentro del nuevo sistema. Este arte es interesado, no es revolucionario ni valiente: forma parte de los equipos creativos de la propaganda y no aporta nada a la humanidad (no "se diseñó" para eso). El arte de el Mundo Sintético consume recursos públicos: el ciudadano paga para ser adoctrinado por este medio.

Pero somos libres para crear si alcanzamos la Ciudadela, cuando hagamos de nuestros cuerpos esculturas, cuando nuestros hogares sean decorados con nuestros sueños, cuando nuestra mano trasforme la materia inculta en belleza. Vivimos en los palacios, escuchando la música y el borboteo de las fuentes. La Biblioteca de la Ciudadela y la Red ponen a nuestro alcance todo el arte de la historia: vivimos en la Pinacoteca de Brera, en el Museo Nacional del Prado, en el Louvre, en el foro de Roma, en el templo Luxor, en Babilonia... Así será mientras el crédito fluya y funcione nuestra conexión a Internet. Pero empleamos este maravilloso recurso, que ha crecido al margen de el Mundo Sintético, para consumirnos en el infierno de las etiquetas y los “likes”, ignorando todo lo bello de este mundo, mirando solo el frío parámetro. Si no alcanzamos la Ciudadela, cuando el crédito deje fluir y la Red ya no funcione, el Arte y lo que creemos conocer se desvanecerán en una efímera nube de humo negro.


3. El Mundo Virtual y el avatar.

Definición de la Real Academia Española para “avatar”:

“Del francés ‘avatar’, y este del sánscrito ‘avatara’, ‘descenso o encarnación de un dios’.

1- Fase, cambio o vicisitud.

2- En la religión hindú, encarnación terrestre de alguna deidad, en especial Visnú.

3- Reencarnación, transformación.

Definición popular en El Mundo Sintético:

‘Identidad virtual que escoge el usuario de una computadora o de un videojuego para que lo represente en una aplicación o sitio web’ (definición de Google).

Luego el avatar no lo entendemos como la reencarnación de un dios en la tierra, sino como la manifestación de un ser humano (transformado) en La Red, la expansión de su personalidad hacia el mundo virtual. Pero de algún modo actúa como un daemon que nos motiva, y concentra, en nuestras acciones en las redes sociales, algunas de nuestras virtudes y defectos.


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El Mundo Sintético encontró una nueva fuente de riqueza en los Metadatos. Sus habitantes sienten la ilusión de la conexión universal en el Mundo Virtual, una conexión a través de la Red institucionalizada. La transmisión de datos a más de un gigabit por segundo permite el control de la ciudad. El control predictivo de sentimientos de redes sociales y comunicaciones basada en palabras clave mantiene la paz controlando los disturbios. El medio ambiente urbano es controlado a través de sensores, torres de producción de oxígeno y plantas cíborg. La princesa encuentra al príncipe azul en una aplicación de citas.

Los Metadatos son procesados por supercomputadoras que crean representaciones estadísticas en las pantallas de los salones de la Oligarquía Interesada. La interacción con las redes sociales, las compras, la petición de servicios, las huellas dactilares, el reconocimiento facial, los detectores de paso, las cámaras, millones de sensores de todo tipo miden los parámetros de la urbe y de sus habitantes. Cada pico en el diagrama provoca un cambio político, sentido, pero incomprensible para el confundido ciudadano: los tiranos del Mundo Sintético tratan de cambiar la historia en base a agendas y modificaciones del Algoritmo según los picos estadísticos. El Mundo Sintético, bombardea a la población con propaganda subversiva y desinformación, provocando esos cambios estadísticos, materializados en disturbios o en miedo atenazador, y la respuesta de la población ignara es un breve mensaje de entre 280 y 500 caracteres, que se plantean como único espacio disponible para la opinión democrática.

Los ciudadanos se convierten en pilotos que navegan sin brújula por el universo virtual de la Red. Es un Mundo Virtual donde pueden abandonarse a sus emociones y participar de forma inconsciente y despreocupada en el gran juego estadístico de las masas de el Mundo Sintético: cada ciudadano tiene percepción de una existencia libre en la Red, pero son controlados a través de los metadatos (o eso se intenta pero ese control es relativo)(5).

Nuestros Avatares tienen el aspecto que deseamos para nosotros mismos. Representa una actitud ante la vida y un estatus. El Avatar es culto, elegante, valiente y nunca se equivoca… y si se equivoca, borramos el error. El Avatar es una exigencia sobre nuestra propia personalidad, pero las transformaciones que operamos en nosotros mismos para parecernos a nuestro Avatar son tan virtuales como el propio Avatar: es como soñar que sonreímos y, en realidad, no mover los labios. Lo que realmente ocurre es que intentamos modificar las estadísticas (creyendo tener ese poder) con acciones electrónicas virtuales dirigidas desde la versión disociada de nosotros mismos que es el Avatar, y no desde nuestra verdadera persona, por tanto el esfuerzo es inútil. El Avatar es, en definitiva, una máscara tras la cual creemos estar a salvo en una realidad que no comprendemos pero que intentamos controlar. Mientras el Avatar se alimenta de "likes", nuestra alma muere de inanición.

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El Mundo Virtual es parte del Mundo Sintético, pues solo desde él es posible. Será mayor cuanto mejor sea la tecnología, influyendo más cada vez en el Mundo Sintético y este en la realidad. Pero no es este Mundo Virtual algo homogéneo y controlable, sino que es un tumor en expansión, impredecible, como la anarquía de los tentáculos mercantiles, como las emociones y los impulsos de quienes creen vivir en él. Si quienes han despertado llegan a ser legión, el Algoritmo será incapaz de controlar a las masas y la Oligarquía Interesada totalitaria no comprenderá los diagramas estadísticos que tienen ante sí. Pero para despertar hay que adquirir conocimiento, y adquiriendo conocimiento ya no seremos controlados con tanta facilidad.


4. La Ciudadela.

Comenzamos a despertar ¿Pero despertamos en otro sueño?

Estamos distraídos con cosas inútiles, sometidos a la uniformidad espiritual, sin querer llamar la atención, pues una parte de nosotros sabe que vivimos en un sistema con normas dadas por su propia existencia, es decir, con límites. Pero nuestro tic de normalizarlo todo, de ordenar la vida (que es algo demasiado complejo) nos convierte en nuestra propia policía. En la realidad y en el Mundo Sintético confiamos a la Autoridad nuestras vidas, y esto es bueno para sobrevivir, al menos un tiempo, pero somos ignorantes y estamos sometidos espiritualmente. Primero debemos comprender que somos ignorantes. Cuando comprendí que yo era ignorante, hice lo que es lógico: tomé la decisión de serlo menos y me propuse adquirir conocimiento en los libros, y así empezó mi primera Experiencia.

>>Ante nosotros hay una inmensa biblioteca con millones de libros. “Lee” es el imperativo que padecemos desde que tenemos uso de razón, por el cual nos sentimos obligados a sufrir la constante duda de qué leer, quedando en pie, ensimismados, durante horas y días, y al fin, saliendo de ese marasmo, terminamos tomando al azar algún volumen, cuyo texto no resolverá nuestras dudas ni nuestra ignorancia, o quizá rellene estos huecos con algo falso. Y repetimos este acto una y otra vez, y las horas y días se vuelven meses y años: cada libro no esencial que no leemos es un libro esencial que dejamos de leer, y cada libro esencial que dejamos de leer supone perder quizá décadas hasta que lo encontramos (si lo encontramos), aquel libro que forma parte de una sucesión de libros que son nuestra cultura y llave para descubrir el conocimiento que encierran obras posteriores (6).

>>Durante estas décadas perdidas hemos vagado sin rumbo por el desierto de la insustancialidad al que algunos llaman cultura sin ser esto tal cosa, ni de lejos. Sería estupendo que a esa edad, en la que ya podemos entender lo que pone en los libros, alguien con criterio nos dijera qué leer y nos guiase hacia la comprensión de ese texto, y que tal recomendación y guía los hiciera con la sana intención de evitarnos el camino de la confusión y las ideas sectarias. La verdad no se encuentra en las ideas nuevas por ser estas nuevas, ni se encuentra en las ideas revolucionarias por ser estas revolucionarias: las verdad se revela ella sola ante quien la contempla en su totalidad, en este caso ante quien la lee. Yo no tuve tal recomendación, pero sabiéndome ignorante, quise poner a esto remedio (hay quien no quiere).

>>Ante la duda de qué leer, la respuesta de mi discurrir fue “lee el primer libro” ¿Y cual es el primer libro? “Pues el primero escrito” ¿Y qué leer después? “pues el segundo”, y después el tercero, y el cuarto, y así hasta nuestros días, aquellos que son los más importantes y ayudan a comprender al ser humano y sus civilizaciones, habiendo leído tanto como para tener ya el primer despertar. Esta es la Experiencia, y la lista de libros es la Biblioteca de la Ciudadela, su primera y más importante sala.

>>Tenida ya la Primera Experiencia, pude ver el Mundo Sintético, e imaginé sobre él la Ciudadela. Esta experiencia del conocimiento cambió mi forma de pensar y de ver la realidad, y comencé a ver a otros que tuvieron su Experiencia, y supe que no estaría solo en la Ciudadela, palacio sin muros donde está quien sabe que está en ella>>.

La sociedad y el Estado son necesarios para que los seres humanos podamos vivir a salvo de la naturaleza, pero este sistema no puede negar la naturaleza, la humana. Cuanto más diverge, el sistema, de la naturaleza, más padecemos la fuerza de la autoridad. La Ciudadela, aunque sin muros, nos permite estar a salvo de la tiranía, y dentro de ella podemos alcanzar nuevas fronteras, sin movernos, sin ser vistos, ajenos a la ley pero respetuosos de ella con nuestros cuerpos y propiedades tangibles. Libres, inexorables, los miembros de la Ciudadela cambiarán el Mundo Sintético, pero no con una revolución sino con conocimiento e imaginación.

No piensen que el Mundo Sintético es algo malo que debe ser destruido. Muy al contrario, el Mundo Sintético es algo útil y tenemos derecho a modificarlo. El Mundo Sintético es un orden imperfecto, un mundo sobre el mundo, un mundo con cimientos inmateriales, imaginarios, sobre el caos de la realidad, siempre desconocida en tanto que nuestros sentidos e intelectos no alcanzan a verla en su totalidad (pues esta es la totalidad donde está todo). Dado que la realidad no puede ser cambiada, cambiemos el Mundo Sintético, ampliándolo, abriendo en él nuevos caminos y modificando los existentes, como así ha sido a lo largo de la historia. Solo desde la Ciudadela podemos ver estos caminos, adquiriendo percepción a través de la Primera Experiencia, leyendo, ya que el conocimiento de los libros muestra el Mundo Sintético. La Segunda Experiencia es la libre interacción entre los miembros de La Ciudadela, que es libre, porque en ella no hay ideologías ni dogmas. Con la Segunda Experiencia, ya dentro de la Ciudadela, alteraremos El Mundo Sintético, generando metadatos no clasificables.


Fin. 


Ernesto García-T. G., 14 de enero de 2021.







"Resiliencia", "Arte", "Avatar", "Ciudadela", todos realizados con tinta y acuarelas.






Nota para los perplejos: mi ciudadela no es como la de "Rick y Morty". La de "Rick y Morty" es un lugar en su "multiverso" (es decir, una utopía) y la mía no pretende ser material; la mía se parece más a la Ciudad de Dios de San Agustín pero sin dogmas (ni ideologías, por supuesto). Aunque resulte paradójico, al ser algo espiritual, creo yo que es más posible. No tendría sentido establecer una sede para esta Ciudadela, y sí lugares físicos o digitales donde se pueda interaccionar y adquirir conocimiento.


(1) 15/07/2020 encuentro con el Presidente francés Enmanuel Macrón y el Presidente español Pedro Sánchez. 

(2) Con respecto al consenso, recordemos a Habermas. Habermas a resultado ser muy influyente a un nivel político. En todo caso, el consenso es el convenga a quien mande, y siendo así, debe mantenerse por la fuerza ese consenso institucional, creando leyes ad hoc y haciéndolas cumplir. Eso, desde un punto de vista práctico debe ser así, y quizá el problema esté en legislar más de la cuenta y de manera que "el consenso" es lo que tiene derechos (lo que debe ser protegido) y no las personas. Como parte del consenso oficial se basa en la ciencia, es interesante leer a Paul Karl Feyerabend, quien ya indicaba que la ciencia instituye dogmas solo basados en lo empírico (a veces solo en indicios) pero no en un sistema de pensamiento racional (que puedas medir una cosa no es en sí prueba de una teoría sino que es más complicado); esto se escribió para ser rebatido por Lacatos, de todas formas. Cierto es que teorías no ortodoxas que lleguen a ser admitidas por la autoridad académica pasan a ser consideradas ciertas, y admitidas así sus corrientes de investigación: se convierte así en algo político y se admiten como ciertas por imposición; el lego lo admite como cierto por creencia. Podemos admitir como cierta la teoría del universo "sin Dios" de Stephen Hawking pero Stephen Hawking puede estar equivocado pues solo se basa en cálculos matemáticos hechos sin tenerse todos los parámetros que intervienen en algo tan complejo como la formación de un universo, y sin embargo se cree en su teoría. Habermas, y los "neomarxistas" en general, discuten acerca de si ellos (que se consideran de tradición "ilustrada", de hecho Habermas es kantiano, de ahí su relativismo) son mejores que los "legos", los homúnculos no ilustrados (entre ellos los creyentes) y conviene no enredarse mucho en sus engañosas divagaciones (que es lo que hacen, divagar, dar vueltas en torno a la imposición del marxismo, como buitres en torno a un cadáver; son "escolásticos del marxismo"). Habermas es un liante que dice algo así como verdad y objetividad no son lo mismo, ya que debemos certificar la veracidad de una evidencia por medio de una dialéctica correcta, que es lo mismo que decir que lo que tienes ante tus ojos no tiene por qué ser cierto y tienes que analizarlo como él diga; y en esas estamos: "es verdad lo que es correcto". Pero la corrección se impone.
Todo esto es divagación que encierra una intención: el control totalitario de la ciencia (de la "verdad"), de la moral y la ley, por la cual se puede impedir que hagamos libre uso de nuestras capacidades. Yo prefiero la libertad, limitada en un espacio muy amplio, que permita el desarrollo personal por distintas vías y no por la única vía permitida por el "consenso".


(4)Las recomendaciones son sobre un radio de 5Km, algo fatigoso para el ciclista normal: “Con bici al trabajo en Madrid”, Asociación Pedalibre, ConBiciMadrid * Revista DGT, J.M. Menéndez, “En bici al trabajo”, 14 de julio de 2013; el artículo se acompaña de una fotografía de Max Tomaselli, artista de planteamiento estético muy pobre, de imágenes canónicas (con el consenso), “de moda”, con una estilizada pero muy poco práctica bicicleta “fixie”. Hay montones de publicaciones en papel o digitales que transmiten estas "ideas saludables".

(5) Se resuelve un problema dejando que los ciudadanos digan lo que quieran cuanto quieran, sin que esto altere demasiado el sistema, dentro de unos márgenes de tolerancia (si no hay agitadores por medio). Teniendo en cuenta que la percepción precede a la emoción y que el internauta, como tal, solo recibe estímulos en "el Mundo Virtual", nos adentraremos en una época de alienación en la cual solo podremos conservar nuestra verdadera individualidad accediendo al verdadero conocimiento y a las zonas autónomas paralelas al "Mundo Sintético". Finalmente, la disociación sufrida por el ciudadano internauta se manifestará en la creación de su Avatar, que manifiesta rasgos identitarios. Según el concepto de TAZ de Hakim Bey, y se trataría de situaciones temporales y no planificadas: la TAZ sucede, no se planifica. Hakim Bey es anarquista y sus textos transmiten una idea revolucionaria marxista, antisistema. Llega a calificar la Web como arma y transmite resentimiento. La idea de la TAZ es brillante, pero debe ser "dulcificada". La Web no debe ser considerada un arma, sino un medio de alcanzar conocimiento y de acercar a las personas. Al ser considerada un arma, muchos ciudadanos creen ser libres participando en la guerra psicológica, dirigida por agentes malintencionados desconocidos: esta es una forma radical de cambiar el sistema y su único fin es la crisis, la subversión del orden (y así tampoco conseguimos adquirir conocimiento sino más confusión). La web no es un arma sino un medio, que debe usarse para relacionarse con bien y adquirir conocimiento.

(6) Los autores no son infalibles ni sabios necesariamente, pero cada autor importante de una época es precursor de obras posteriores de épocas posteriores escritas por autores posteriores. Las obras no esenciales son las que no tienen esa trascendencia proyectada hacia el futuro. En Google Books hay miles de títulos en español que se ofrecen de forma gratuita en epub y pdf (algunos son digitalizaciones de preciosas ediciones antiquísimas). También tenemos Internet Archive. Ni que decir tiene que si queremos hacer una lista de libros para una biblioteca debemos escoger de manera honesta estos títulos, es decir, que debemos hacer una selección de libros cuyo fin sea transmitir verdadero conocimiento y no con el fin de adoctrinar.


Nota de 15 de agosto de 2023: es interesante el planteamiento de agentes del cambio social que propone Cynefin Co. por medio del uso de "fitness maps" o "mapas de ajuste". Han creado una wiki open source, en esta dirección https://cynefin.io/wiki/Main_Page



Todas las ilustraciones son de Ernesto García-T. G., autor de este blog.

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