autonomos or trabajo or empleo or economia
Casa de los ciervos Herculano Pequeña pintura de Cupidos aserrando 1773 grabado esculpido por Peter Spendelowe Lamborn. Wikimedia Commons.
Este artículo cambiará vuestra forma de entender la problemática de los autónomos y la realidad laboral de España. No voy a decir a nada que no sepáis. Lo expondré con claridad, pero no del mismo modo que lo expone todo el mundo. De hecho, no voy a hablar de los autónomos sino de los que nunca llegan realmente a ser autónomos, los subautónomos, que voy a dividir en dos grupos: los que realizan trabajos de subsistencia o son novatos y los que nunca llegan a ser verdaderos profesionales o lo son a un nivel muy bajo de producción y calidad de ejecución.
Pero antes hablemos de los autónomos. En España, autónoma es aquella persona que trabaja por su cuenta. En Cuba, donde hay una dictadura comunista, al autónomo se le llama cuentapropista (yo uso esa palabra como sinónimo de autónomo) y es todo aquel que trabaja por su cuenta, no para el Estado. Es lo mismo, pero los cubanos sufren un nivel de intervención mucho peor que en España y a menudo son tratados como delincuentes si se saltan las cuotas de producción o los canales y cuotas de racionamiento (1). Es este otro tema, pero lo traigo para evocar la sensación que produce el intervencionismo extremo.
En España, la actual norma de autónomos se basa en la franquista de 1970 (2). La ley franquista consideraba que no eran autónomos ni estaban obligados a pagar cuotas los cuentapropistas que ingresaran menos de 3500 pesetas, que era el sueldo medio de ese año. Si por ejemplo querías vender algo en la calle, te sacabas el permiso municipal correspondiente, pero no tributabas como autónomo si tus ingresos no eran suficientes. En países como Italia, Alemania o Reino Unido, estos supervivientes no pagan o pagan muy poco (3). En España tampoco, pero ocurrió algo allá por 1988. en ese año, la Comunidad Económica Europea envió una circular a nuestro Gobierno (el de Felipe González Márquez) advirtiendo de los elevados índices de economía sumergida de España (4). Y por economía sumergida debemos entender la actividad comercial que no es declarada, los beneficios por los que no se tributa. Entonces se consideró que las personas que llevaban a cabo actividades de subsistencia y que no tributaban, entraban dentro de esta categoría. Es decir, que se equiparó a un chatarrero indigente con un traficante de drogas, o a un albañil que hace chapuzas de poca monta con un proxeneta, o con un financiero que evade impuestos. Desde ese momento, las personas sin cualificación (o con ella) que trabajaban por libre y tenían ingreso por debajo de la media, tenían obligación de pagar una cuota de autónomos y pagar impuestos "como todo el mundo", sin tenerse en cuenta su condición económica inferior. A este grupo de personas que no pueden llamarse autónomos los llamaré subautónomos, como partículas subatómicas libres que pululan por el sistema como si fuesen partículas contaminantes, pero yo sé que son aprovechables.
Ahora que ya tenemos claro qué es un subautónomo (en mi mente) vamos a analizar su carácter.
A menudo yo suelo ir a mercadillos o ferias de arte si hay alguna interesante cerca. Suelo mirarlo todo y hablar con los vendedores para escuchar lo que dicen y saber cómo son (tomo a estas personas para generar otra imagen). Muy a menudo me encuentro con subautónomos.
Suelen ser profesionales muy poco cualificados y con un nivel de ejecución, como dije, muy bajo. Son personas que durante años han estado en el paro y cuando no tenían un sueldo (casi siempre) han desarrollado alguna actividad para sobrevivir. Como esa actividad no puede desarrollarse dentro del marco legal establecido (porque tendrían que pagar un dinero que no tienen), nunca han podido cobrar mucho ni disponer de la tecnología y los medios de los que disponen otros que ya sí legalmente, hacen los mismo. Así, con el paso de los años, su nivel de ejecución sigue siendo propio de un principiante. Esto suele ser así muy a menudo con artistas, que al no disponer de un taller ni de tecnología actualizada no han evolucionado. Sobre esto no voy a poner ejemplos para no ofender, pero conozco ya a demasiados así. El hecho de que estas personas no hayan evolucionado como profesionales a lo largo del tiempo se debe a varias causas: a que ese oficio que llevan a cabo para sobrevivir no es el suyo, a que lo desarrollan de manera clandestina y a que no pueden adquirir una identidad sólida con ese oficio porque legalmente no lo desarrollan -pero lo ejercen, aunque sea mal-. Es decir, no tienen una formación adecuada, no se desarrollan satisfactoriamente dentro de esa profesión y no adquieren una identidad que los sitúe en la sociedad, lo que añade a las trabas económicas y sociales el componente psicológico, que es en esencia lo que nos mueve a todos.
Podemos considerar (muchos así lo consideran) que estas personas que describo son marginados, idiotas discapacitados que viven con su madre y no saben hacer nada bien, pero son tantos los que hay que deberíamos considerarlos un colectivo. Hablamos de millones de personas que están en un limbo legal e intelectual por culpa de un sistema educativo ineficiente, de unas políticas económicas inadecuadas y de una propaganda totalitaria que señala injustamente a personas que nunca han tenido intención de hacer nada malo sino muy al contrario sólo quieren trabajar y tener algo de libertad (de autonomía).
Desde 1988 estas personas pasaron a ese limbo y son despreciadas por la sociedad (son pobres y no tienen un trabajo reconocido ni estable) y por la Administración, o adquieren un estatus legal y una identidad reconocida como desempleados o discapacitados, improductivos y perceptores de alguna ayuda pública. Para el Estado esa sí es una identidad válida y lícita, apropiada para ellos. Es una de las causas de la medicalización.
Yo recuerdo aquel año de 1988 y sé qué piensan de estas personas los votantes de izquierda que creen ciegamente que las leyes de un pretendido gobierno de izquierdas son las mejores posibles: para ellos son parias, aprovechados que pretenden defraudar a Hacienda; o creen que son pobres discapacitados a los que hay que ayudar y que para eso son los elevados impuestos. Esto es otro ejemplo de cómo se desarrolla un sistema ineficiente y clasista (de izquierda).
Ya he dado los datos básicos para entender de qué hablamos, ahora concluiré diciendo qué creo yo qué deberíamos hacer.
En primer lugar se debería cambiar la normativa de tal manera que no se considere autónomos ni delincuentes a quienes desarrollan una actividad por cuenta propia y no tienen los ingresos mínimos necesarios para poder tributar como autónomos, de acuerdo a unos ingresos considerados los mínimos necesarios para poder vivir con dignidad. Creo que esto es de sentido común.
Estas personas son en gran parte jóvenes sin experiencia laboral y otros no tan jóvenes que han sido desplazados de profesiones que entraron en crisis con la irrupción de nuevas formas de negocio o por efecto de los llamados atractores (5). Son millones de personas que quieren trabajar por cuenta propia para poder tener ingresos, pero que tienen muy complicado hacerlo con la actual normativa.
Todas estas personas deberían crear un "microclima" laboral por debajo de los autónomos. No ganan dinero suficiente para poder contribuir como autónomos pero están aprendiendo a trabajar y a adaptarse a las nuevas tecnologías. Y en vez de tratarlos como a delincuentes, el Gobierno debería ayudarles considerándolos exentos de tributación e incluso dándoles ayudas para adquirir equipo y obtener nuevos conocimientos. En definitiva, lo que necesita esta gente es que les reconozcan como profesionales y que les ayuden para que maduren como seres humanos y como profesionales y para que puedan dar el salto al nivel superior y hacerse autónomos, tributar y pagar las cuotas que les permitirán tener una mejor pensión de jubilación.
En la actualidad, por culpa de políticas consideradas "de izquierda", estas personas (que son millones) son consideradas delincuentes en potencia o discapacitados, cuando lo que necesitan es RECONOCIMIENTO, antes que nada.
Desde que empezamos a ver tutoriales en YouTube (esta plataforma comenzó a funcionar en 2005) tenemos el ejemplo de jóvenes talentosos que son excelentes mecánicos, artistas, programadores, albañiles, reposteros o que eligieron cualquier otra profesión o actividad con la que trabajar y ganar dinero. A menudo vemos que hay personas que ganan dinero con algo que empezó siendo un hobby para ellos. Yo creo que esto es genial y me parece maravilloso que haya tanta gente generosa que quiera compartir sus conocimientos en Internet. De hecho esa misma actividad divulgativa es una actividad comercial. Podría poner miles de ejemplos de esto, pero todos los conocemos gracias a las redes sociales -no hablo de criptobrós, onlyfaneras ni de pijos de TEDx (estos tiene dinero)-. Al final pondré un ejemplo-. Esto me parece muy bueno como inspiración y como canal por el que transmitir conocimientos, y aunque no todo el mundo tenga el talento comunicativo necesario para tener un canal de cierto éxito en las redes sociales, animan a muchas personas a hacer algo por su vida. Creo que es maravilloso.
El problema que tenemos en España es que resulta muy difícil hacer nada con la legislación que hay, precisamente porque quien comienza en una actividad no tiene reconocimiento y porque la narrativa les dice que caminan sobre una cuerda floja y pueden caer en el abismo de la ilegalidad. Si tomamos el ejemplo de los YouTubers vemos que son chavales con talento o que crecen dentro de grandes grupos de comunicación como PRISA, por ejemplo, o que han sido apoyados por partidos políticos o think tanks; y vemos que cuando empiezan a hacerse ricos tienen tantos problemas con Hacienda que deciden largarse a Portugal o a Andorra. En este caso la narrativa nos dice otra cosa horrible: que ganar dinero es peligroso y que necesitamos padrino. Después de este estrés desinformativo quedan muy lejos los tutoriales y los documentales inspiradores y decidimos ser "realistas" (es una realidad artificial e impuesta), quedarnos en la seguridad de la inactividad subvencionada, buscar un empleo por cuenta ajena o trabajar para el Estado (6).
Todas esos tutoriales, podcast y documentales sobre desarrollo profesional están muy bien para otras legislaciones más permisivas o para aquellos que tienen el dinero suficiente para poder hacer algo. No hablo de los profesionales muy cualificados que forman un equipo y piden un préstamo para financiar su empresa, porque estos ya han podido desarrollar sus capacidades (y por eso les prestan dinero). Yo hablo de subautónomos, que son legión y suponen un potencial enorme que está siendo desaprovechado por culpa de leyes chapuceras mantenidas en el tiempo. Son muchas personas que necesitan ayudas públicas y atención médica. Muchos de ellos tienen depresión, una de las plagas de nuestra época. Es lógico que acaben deprimidos.
Son políticas chapuceras mantenidas en el tiempo porque con la actual legislación el Estado cuenta con unos ingresos previsibles año tras año a costa de los autónomos. Prefieren mantener un sistema que no es eficiente y hacer daño a mucha gente simplemente porque es más fácil para ellos (para el PP también) mantener durante décadas una normativa que tiene más de cincuenta años y que ha sido parcheada y modificada según les venía el viento, sin tener la ambición ni el talento necesarios para crear otra normativa que pretenda ayudar a las personas y no ahogarlas con impuestos. Para mantener esto han creado un marco legal que impide el desarrollo de las personas (como he explicado) y han emitido una narrativa que proscribe a quienes intentan hacer algo.
Ernesto García-T. G. a 10 de septiembre de 2023.
Notas:
1.- Podríamos estar peor:
Todo el artículo está pensado para personas que quieran desempeñar oficios convencionales. En el campo de la informática, telecomunicaciones, programación y nuevas profesiones hay millones de tutoriales, charlas y podcast que sin duda son inspiradores, pero es un mundo un poco diferente, que requiere un alto grado de conocimientos y especialización. Una serie de televisión que me gustó fue "Halt and catch a fire", en el que se resume la historia del PC y de Internet (Steve Jobs es una inspiración evidente), y se ve una extraña unión entre emprendedores muy jóvenes sin dinero y grandes empresas, como lo es el mundo de las startups. Hay que tener en cuenta que el alto poder adquisitivo de los estadounidenses de clase media es el de los pijos burgueses españoles, pero el espíritu de este mundo creo que es inspirador (y atractivo). Nos sirve como inspiración pero desde luego choca con la legislación vigente siempre que te falte dinero o quieras ir tan rápido como tu mente te pida...
Pero antes hablemos de los autónomos. En España, autónoma es aquella persona que trabaja por su cuenta. En Cuba, donde hay una dictadura comunista, al autónomo se le llama cuentapropista (yo uso esa palabra como sinónimo de autónomo) y es todo aquel que trabaja por su cuenta, no para el Estado. Es lo mismo, pero los cubanos sufren un nivel de intervención mucho peor que en España y a menudo son tratados como delincuentes si se saltan las cuotas de producción o los canales y cuotas de racionamiento (1). Es este otro tema, pero lo traigo para evocar la sensación que produce el intervencionismo extremo.
En España, la actual norma de autónomos se basa en la franquista de 1970 (2). La ley franquista consideraba que no eran autónomos ni estaban obligados a pagar cuotas los cuentapropistas que ingresaran menos de 3500 pesetas, que era el sueldo medio de ese año. Si por ejemplo querías vender algo en la calle, te sacabas el permiso municipal correspondiente, pero no tributabas como autónomo si tus ingresos no eran suficientes. En países como Italia, Alemania o Reino Unido, estos supervivientes no pagan o pagan muy poco (3). En España tampoco, pero ocurrió algo allá por 1988. en ese año, la Comunidad Económica Europea envió una circular a nuestro Gobierno (el de Felipe González Márquez) advirtiendo de los elevados índices de economía sumergida de España (4). Y por economía sumergida debemos entender la actividad comercial que no es declarada, los beneficios por los que no se tributa. Entonces se consideró que las personas que llevaban a cabo actividades de subsistencia y que no tributaban, entraban dentro de esta categoría. Es decir, que se equiparó a un chatarrero indigente con un traficante de drogas, o a un albañil que hace chapuzas de poca monta con un proxeneta, o con un financiero que evade impuestos. Desde ese momento, las personas sin cualificación (o con ella) que trabajaban por libre y tenían ingreso por debajo de la media, tenían obligación de pagar una cuota de autónomos y pagar impuestos "como todo el mundo", sin tenerse en cuenta su condición económica inferior. A este grupo de personas que no pueden llamarse autónomos los llamaré subautónomos, como partículas subatómicas libres que pululan por el sistema como si fuesen partículas contaminantes, pero yo sé que son aprovechables.
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Ahora que ya tenemos claro qué es un subautónomo (en mi mente) vamos a analizar su carácter.
A menudo yo suelo ir a mercadillos o ferias de arte si hay alguna interesante cerca. Suelo mirarlo todo y hablar con los vendedores para escuchar lo que dicen y saber cómo son (tomo a estas personas para generar otra imagen). Muy a menudo me encuentro con subautónomos.
Suelen ser profesionales muy poco cualificados y con un nivel de ejecución, como dije, muy bajo. Son personas que durante años han estado en el paro y cuando no tenían un sueldo (casi siempre) han desarrollado alguna actividad para sobrevivir. Como esa actividad no puede desarrollarse dentro del marco legal establecido (porque tendrían que pagar un dinero que no tienen), nunca han podido cobrar mucho ni disponer de la tecnología y los medios de los que disponen otros que ya sí legalmente, hacen los mismo. Así, con el paso de los años, su nivel de ejecución sigue siendo propio de un principiante. Esto suele ser así muy a menudo con artistas, que al no disponer de un taller ni de tecnología actualizada no han evolucionado. Sobre esto no voy a poner ejemplos para no ofender, pero conozco ya a demasiados así. El hecho de que estas personas no hayan evolucionado como profesionales a lo largo del tiempo se debe a varias causas: a que ese oficio que llevan a cabo para sobrevivir no es el suyo, a que lo desarrollan de manera clandestina y a que no pueden adquirir una identidad sólida con ese oficio porque legalmente no lo desarrollan -pero lo ejercen, aunque sea mal-. Es decir, no tienen una formación adecuada, no se desarrollan satisfactoriamente dentro de esa profesión y no adquieren una identidad que los sitúe en la sociedad, lo que añade a las trabas económicas y sociales el componente psicológico, que es en esencia lo que nos mueve a todos.
Podemos considerar (muchos así lo consideran) que estas personas que describo son marginados, idiotas discapacitados que viven con su madre y no saben hacer nada bien, pero son tantos los que hay que deberíamos considerarlos un colectivo. Hablamos de millones de personas que están en un limbo legal e intelectual por culpa de un sistema educativo ineficiente, de unas políticas económicas inadecuadas y de una propaganda totalitaria que señala injustamente a personas que nunca han tenido intención de hacer nada malo sino muy al contrario sólo quieren trabajar y tener algo de libertad (de autonomía).
Desde 1988 estas personas pasaron a ese limbo y son despreciadas por la sociedad (son pobres y no tienen un trabajo reconocido ni estable) y por la Administración, o adquieren un estatus legal y una identidad reconocida como desempleados o discapacitados, improductivos y perceptores de alguna ayuda pública. Para el Estado esa sí es una identidad válida y lícita, apropiada para ellos. Es una de las causas de la medicalización.
Yo recuerdo aquel año de 1988 y sé qué piensan de estas personas los votantes de izquierda que creen ciegamente que las leyes de un pretendido gobierno de izquierdas son las mejores posibles: para ellos son parias, aprovechados que pretenden defraudar a Hacienda; o creen que son pobres discapacitados a los que hay que ayudar y que para eso son los elevados impuestos. Esto es otro ejemplo de cómo se desarrolla un sistema ineficiente y clasista (de izquierda).
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Ya he dado los datos básicos para entender de qué hablamos, ahora concluiré diciendo qué creo yo qué deberíamos hacer.
En primer lugar se debería cambiar la normativa de tal manera que no se considere autónomos ni delincuentes a quienes desarrollan una actividad por cuenta propia y no tienen los ingresos mínimos necesarios para poder tributar como autónomos, de acuerdo a unos ingresos considerados los mínimos necesarios para poder vivir con dignidad. Creo que esto es de sentido común.
Estas personas son en gran parte jóvenes sin experiencia laboral y otros no tan jóvenes que han sido desplazados de profesiones que entraron en crisis con la irrupción de nuevas formas de negocio o por efecto de los llamados atractores (5). Son millones de personas que quieren trabajar por cuenta propia para poder tener ingresos, pero que tienen muy complicado hacerlo con la actual normativa.
Todas estas personas deberían crear un "microclima" laboral por debajo de los autónomos. No ganan dinero suficiente para poder contribuir como autónomos pero están aprendiendo a trabajar y a adaptarse a las nuevas tecnologías. Y en vez de tratarlos como a delincuentes, el Gobierno debería ayudarles considerándolos exentos de tributación e incluso dándoles ayudas para adquirir equipo y obtener nuevos conocimientos. En definitiva, lo que necesita esta gente es que les reconozcan como profesionales y que les ayuden para que maduren como seres humanos y como profesionales y para que puedan dar el salto al nivel superior y hacerse autónomos, tributar y pagar las cuotas que les permitirán tener una mejor pensión de jubilación.
En la actualidad, por culpa de políticas consideradas "de izquierda", estas personas (que son millones) son consideradas delincuentes en potencia o discapacitados, cuando lo que necesitan es RECONOCIMIENTO, antes que nada.
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Desde que empezamos a ver tutoriales en YouTube (esta plataforma comenzó a funcionar en 2005) tenemos el ejemplo de jóvenes talentosos que son excelentes mecánicos, artistas, programadores, albañiles, reposteros o que eligieron cualquier otra profesión o actividad con la que trabajar y ganar dinero. A menudo vemos que hay personas que ganan dinero con algo que empezó siendo un hobby para ellos. Yo creo que esto es genial y me parece maravilloso que haya tanta gente generosa que quiera compartir sus conocimientos en Internet. De hecho esa misma actividad divulgativa es una actividad comercial. Podría poner miles de ejemplos de esto, pero todos los conocemos gracias a las redes sociales -no hablo de criptobrós, onlyfaneras ni de pijos de TEDx (estos tiene dinero)-. Al final pondré un ejemplo-. Esto me parece muy bueno como inspiración y como canal por el que transmitir conocimientos, y aunque no todo el mundo tenga el talento comunicativo necesario para tener un canal de cierto éxito en las redes sociales, animan a muchas personas a hacer algo por su vida. Creo que es maravilloso.
El problema que tenemos en España es que resulta muy difícil hacer nada con la legislación que hay, precisamente porque quien comienza en una actividad no tiene reconocimiento y porque la narrativa les dice que caminan sobre una cuerda floja y pueden caer en el abismo de la ilegalidad. Si tomamos el ejemplo de los YouTubers vemos que son chavales con talento o que crecen dentro de grandes grupos de comunicación como PRISA, por ejemplo, o que han sido apoyados por partidos políticos o think tanks; y vemos que cuando empiezan a hacerse ricos tienen tantos problemas con Hacienda que deciden largarse a Portugal o a Andorra. En este caso la narrativa nos dice otra cosa horrible: que ganar dinero es peligroso y que necesitamos padrino. Después de este estrés desinformativo quedan muy lejos los tutoriales y los documentales inspiradores y decidimos ser "realistas" (es una realidad artificial e impuesta), quedarnos en la seguridad de la inactividad subvencionada, buscar un empleo por cuenta ajena o trabajar para el Estado (6).
Todas esos tutoriales, podcast y documentales sobre desarrollo profesional están muy bien para otras legislaciones más permisivas o para aquellos que tienen el dinero suficiente para poder hacer algo. No hablo de los profesionales muy cualificados que forman un equipo y piden un préstamo para financiar su empresa, porque estos ya han podido desarrollar sus capacidades (y por eso les prestan dinero). Yo hablo de subautónomos, que son legión y suponen un potencial enorme que está siendo desaprovechado por culpa de leyes chapuceras mantenidas en el tiempo. Son muchas personas que necesitan ayudas públicas y atención médica. Muchos de ellos tienen depresión, una de las plagas de nuestra época. Es lógico que acaben deprimidos.
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Son políticas chapuceras mantenidas en el tiempo porque con la actual legislación el Estado cuenta con unos ingresos previsibles año tras año a costa de los autónomos. Prefieren mantener un sistema que no es eficiente y hacer daño a mucha gente simplemente porque es más fácil para ellos (para el PP también) mantener durante décadas una normativa que tiene más de cincuenta años y que ha sido parcheada y modificada según les venía el viento, sin tener la ambición ni el talento necesarios para crear otra normativa que pretenda ayudar a las personas y no ahogarlas con impuestos. Para mantener esto han creado un marco legal que impide el desarrollo de las personas (como he explicado) y han emitido una narrativa que proscribe a quienes intentan hacer algo.
A pesar de todo, hay muchas personas que han conseguido desarrollar sus negocios y son felices, pero esos ya han saltado a ese nivel, y se mantendrán en él mientras les vaya bien, que es lo deseable. De acuerdo a los últimos datos económicos, en España están cerrando muchísimos negocios desde hace años, al mismo tiempo que aumentan los casos de depresión y los suicidios (7). El empresario siempre se enfrenta al cambio de los tiempos y a la incertidumbre, porque todo cambia. Lo que no cambia nunca es la corrupción y la estupidez de nuestros políticos ni cambian sus leyes, que parecen ser reveladas y eternas, pero no lo son.
Ernesto García-T. G. a 10 de septiembre de 2023.
Notas:
1.- Podríamos estar peor:
2.- Ley de 1970:
3.- La Razón: "Ser autónomo en Europa, más fácil y más barato que en España"
4.- El informe sobre economía sumergida preocupa a España https://elpais.com/diario/1988/06/28/internacional/583452002_850215.html
5.- Los cinco atractores son: megatendencias tecnológicas, espacios hiperpersonales, la Agenda 2030, cambios acelerados en los mercados y la publicidad personalizada.
Esto es algo fuera del alcance de las personas a las que me refiero en este artículo, pero nos afecta a todos.
6.- El Mundo: "España quiere ser funcionaria: siete millones de ciudadanos ya han opositado o se preparan para hacerlo" https://www.elmundo.es/economia/macroeconomia/2023/03/02/63ff85cae4d4d845258b45d5.html
Cada vez más jóvenes quieren ser funcionarios https://www.eleconomista.es/ecoaula/noticias/9862633/05/19/Cada-vez-mas-jovenes-quieren-ser-funcionarios.html
7.- El cierre de empresas en España batió récords en 2022, con 26.207 disoluciones https://cincodias.elpais.com/cincodias/2023/02/10/companias/1676017227_392354.html
Aquí os dejo un par de ejemplos de tutoriales o vídeos en las redes sociales que pueden servir a cualquiera de inspiración para desarrollar una actividad comercial por cuenta propia:
-EFE UNO JOAQUIN es uno de los canales de tutoriales más interesantes de todo YouTube y sin duda una gran inspiración para jóvenes emprendedores:
Instagram está lleno de vídeos que te enseñan a realizar toda clase de trabajos de arte y artesanía:
En el caso de un proyecto real de empresa tecnológica, el grado de complejidad es tan alto que no está a la altura de cualquiera. Aquí no se trata sólo de dinero sino de conocimiento, de estudiar matemáticas y programación y conocer una serie de técnicas muy concretas, por lo que esto se aleja del tema de este artículo, más dirigido a trabajadores manuales o de servicios y artesanos. Veamos un ejemplo:
En este caso nos están hablando de una startup que se ha establecido con éxito, pero no es algo al alcance de todo el mundo. Si en Internet prolifera este tipo de material (no tan bueno) es simplemente porque es precisamente el medio donde estos profesionales desarrollan su trabajo, pero el mundo está poblado por gente de todo tipo que hace todo tipo de cosas, desde fregar escaleras hasta restaurar muebles.
Las autoridades se hacen eco de "la nueva moda" (Internet se liberalizó hace treinta años) y sólo hablan de los emprendedores del sector tecnológico, por lo que parece que no se preocupan de dinamizar el trabajo en España y sí de aparentar hablando de cosas que no les importan demasiado. Al menos eso es lo que parece.
P.D. Si lo que queréis es inspiraros y animaros os desaconsejo ver vídeos de influencers, criptobrós y triunfadores. Tienen la misma naturaleza, credibilidad y efectividad que esos vídeos para aprender a ligar.
P.D.2 Este artículo de Infoautónomos corrobora lo que digo:
"Ser autónomo o no serlo con ingresos bajos en 2023"
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