domingo, 3 de septiembre de 2023

La identidad del explorador.

Psicologia or identidad or psicology or identity
San Brandán celebrando la misa de Pascua en la mítica isla de San Brandán (en las Canarias) Wikimedia Commons.


El ser humano es un ser social (unos más que otros) y necesitamos a los demás para saber quiénes somos, es decir, para adquirir identidad. Como nacemos en una familia determinada, que posee un determinado estatus dentro de la sociedad o se identifican a sí mismos centro de un grupo determinado, debemos ser reconocidos como miembros de ese grupo, en primer lugar por nuestra familia. Al ser niños estamos en blanco, por escribir, pero para poder pertenecer a un grupo debemos ser reconocidos desde el principio por los demás como pertenecientes al grupo. Después habremos de pasar una serie de pruebas, de ritos de paso.

En la actualidad es normal que el rito de paso de la Primera Comunión nos permita entrar conscientemente en el grupo de los cristianos católicos (esta costumbre creo que es moderna) ya habiendo sido bautizados cuando no éramos conscientes. Hasta aquí bien, pero para muchos de nosotros, esa ceremonia no tenía mucho sentido, porque después nunca más volvimos a misa: lo importante era el convite, los regalos y lo guapos que íbamos. Ese rito de paso, por tanto, se ha desprovisto de significado, por lo que contribuye en muchos casos a generar confusión en cuanto a la identidad de cada niño.

Otra manera de provocar confusión con respecto a la identidad es la desestructuración familiar, las desavenencias y el maltrato a los niños, no ya físico, sino psicológico, en el sentido de que a ellos se les atribuye la culpa del desorden reinante en su casa. Es común ver cómo a algunos se les grita, se les falta al respeto y se les ningunea como a no deseados. No hace falta decir que esa no es manera de dar una identidad adecuada a un niño, y los niños que sufren ese trato posiblemente nunca lleguen a tener verdadera identidad dentro de un grupo social, por lo que tendrán graves problemas de adaptación, fracasarán en los estudios y en sus trabajos. Esto es así en gran parte porque nada de lo que hacen tiene verdadero sentido para ellos, ya que no pertenecen a ningún grupo definido. Esto es así en sus mentes, que no tienen nada que ver con instituciones ni con culturas empresariales. Intelectualmente pueden comprender qué son estas cosas, pero nunca tendrán claro qué hacen allí. Lo que mal empieza, mal acaba.

Si no tienes reconocimiento, no tienes identidad. El reconocimiento es uno de las necesidades básicas establecidas por Maslow. Se dice que las personas no reconocidas tienen baja autoestima, pero no es la estima algo que se tenga por sí mismo: el reconocimiento y por tanto la identidad, te las tienen que conceder. Hay personas que nunca consiguen este reconocimiento, por encontrarse bajo el control de personas excesivamente exigentes o desapegados de ellos. Como dije, es un mal comienzo para conseguir eso que llamamos identidad. En mi opinión, ya desde niño te acostumbras a no pertenecer a ningún grupo, a no saber qué haces en tu casa, en el colegio, en el instituto, en la universidad, en el trabajo. No es una cuestión de esforzarse o de tener genio (de echarle cojones) sino de "para qué vas a hacerlo" si no puedes tener lo más esencial para ti. A medida que creces te esfuerzas en hacer todas esas cosas sin sentido y ya de adulto se convierte en una forma agotadora de vivir.

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En la vida adulta se puede adquirir identidad gracias al trabajo y como podemos cambiar de trabajo podemos cambiar así de identidad, y podemos ser reconocidos dentro de ese grupo siempre que tengamos éxito. La ciencia psicológica ha advertido que se puede conferir identidad a las personas de acuerdo a un determinado proceso. En la actualidad tienen mucho peso la idea de que podemos cambiar nuestra identidad de género, entendiendo género como la identidad sexual. Hay que advertir que ser carpintero no es lo mismo que ser hombre o mujer. La identidad sexual se establece a partir de los tres o cuatro años y después resulta difícil de alterar, aunque se está consiguiendo cambiar esto a edades cada vez más tempranas. Yo considero que hacer experimentos con la identidad de un niño es un crimen, no ya mediante malos tratos sino alterando sus características físicas esenciales con resultados irreversibles. En este caso también se cumple que la identidad te la dan los demás. Y podemos considerar que hay identidades esenciales y otras que no lo son.

El conflicto de identidad provoca comportamientos anómalos. En la actualidad, la sociedad reacciona de forma más amable ante los comportamientos anormales de individuos físicamente sanos, y se hace la distinción entre mal psiquiátrico y mal psicológico, pero se medicaliza y se procesa al sujeto cuyo comportamiento no es normal o es inadecuado, nunca a quienes son causa de tal cosa. Por esto, me atrevo a decir que tampoco hoy existe mucha comprensión sobre este asunto y a estos sujetos se les reconoce como discapacitados pero nunca como miembros capaces del grupo. En el caso de los "niños trans" ocurre lo mismo, lo que da al asunto connotaciones eugenésicas. Pero ese es otro tema.

Lo que se está haciendo es tomar teorías, sistematizarlas y extrapolarlas a al sistema que te interese. Eso se viene haciendo desde hace mucho, es lo que hicieron con Hegel. Es un error. Aceptar como cierto el mito del "conflicto edípico" es otro error. Y muchas de estas cosas vienen aún hoy de las ideas de Freud y sus seguidores (Robert Stoller). Lo que se está haciendo desde hace mucho desarrollar una revolución silenciosa a través de la política, precisamente alterando la identidad y la manera de adquirir la identidad de los ciudadanos. No me atrevo a decir qué efecto real tiene esto, ni tampoco que ahora haya más neuróticos y psicóticos que antes, pero sí que son propuestas ajenas a la tradición y la moral anteriores y por tanto chocan con ellas. Es evidente (porque no se oculta) que ahora también se considera ético que las instituciones trabajen (o jueguen) con la identidad infantil.

Hay que reconocer que la osadía de algunos pensadores del pasado han abierto nuevos caminos hacia la comprensión y la tolerancia, pero sus teorías (las freudianas por ejemplo) son erróneas y pueden considerarse pseudociencia. Ni que decir tiene que no se deben hacer leyes (impuestas por la fuerza) en base a esas teorías.

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Hay un caso positivo de conflicto de identidad, si tal conflicto fuese positivo o bueno. Este caso es el de quienes que tratan de hacer cosas diferentes, vivir de manera diferente, inventar cosas nuevas y explorar caminos que nadie ha explorado antes. Es una manera dura de vivir, pero efectivamente da frutos en cuanto a que es así como se establecen nuevas costumbres, nuevas técnicas, como se inventan nuevas cosas. Lo que ya tenemos claro es que la identidad te la conceden los demás, por lo que cambiar, ser distinto o ser pionero en algo te llevará a una crisis de identidad y es necesario ser fuerte y estar motivado para no ceder.

¿Pero ceder conviene? Yo os digo que no, porque ceder supone aceptar todo aquello que queremos cambiar. Rendirse y aceptar una vida insatisfactoria, porque la autoridad de otros y el miedo a la miseria nos obligan, es aceptar vivir sin ser reconocidos, sin identidad o con una identidad que nos condena a un estatus inferior, a una vida inferior. En el caso de que no queramos claudicar me parece muy sensato y acertado tomar la identidad del explorador, la identidad secreta o pública del que transita por caminos desconocidos o de quien se adentra en mundos desconocidos (a los que no pertenece). La identidad te la conceden los demás, pero eso no tiene por qué ser bueno ni es algo con lo que nos sintamos cómodos, porque puede ser justo lo contrario que habíamos pensado, y eso es algo que nos obliga a cambiar, a romper con esa identidad y a explorar. Del mismo modo ocurre si tenemos ambición y queremos hacer cosas interesantes, más importantes y más estimulantes.

En estos casos, el esfuerzo y las dudas serán enormes, y no sabremos, una vez más, quiénes somos ni qué hacemos, por lo que considerarnos exploradores es lo acertado, pues así todo adquirirá un nuevo sentido y seguiremos el camino con paso más decidido. La identidad secreta o pública (repito) del explorador es ante todo nuestra, ya nos la reconozcan o no.


Ernesto García-T. G., a nueve de septiembre de 2023.



Nota breve para completar el contenido de este artículo:

En el caso del bullying o el mobbing o acoso escolar y laboral, los compañeros del acosado intentan despojar de identidad al individuo acosado. Es una forma de negar su existencia o de reducirla a un estado inferior.

Nota sobre mis fuentes de inspiración para escribir este artículo:

La idea final de "el explorador" la he tomado de Javier G. Recuenco, matemático, programador y empresario español, profesor universitario y CSO de la empresa Singular Solving. Recomiendo leer su página El Turrero Post y seguir su perfil de Twitter (X).

Mi otra fuente de inspiración ha sido la maker y gamer otaku llamada Chaoko, de la que os dejo el vídeo al final del post.

Aunque sus ideas me han inspirado, las opiniones dadas en este artículo son mías y ellos no tienen nada que ver con eso.

Nota final:

El contenido de este artículo se basa en mis experiencias personales, mis conocimientos sobre diversos autores y en mi afán por explorar. Yo no soy psiquiatra, por lo que no tengo ninguna autoridad. No recomiendo a nadie seguir mis poéticas propuestas con fines terapéuticos. También hay que tener en cuenta que ha habido exploradores que no han vuelto a casa cargados de tesoros porque han sido almuerzo de caníbales o porque han desaparecido para siempre en la selva o en el océano.



P.D. El aislamiento social también actúa en contra de la definición de la identidad. Por tanto es algo a evitar: es bueno salir más (con sentido) y buscar gente con la que tengamos afinidades o que nos caigan simpáticas. Eso siempre es bueno.




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