domingo, 19 de noviembre de 2023

Adaptarse a los cambios.

 


El libro "La cuarta revolución industrial" de Klaus Schwab es interesante, pero encontré un punto problemático sobre adaptarse o no a los cambios que comentaré. Una de las tendencias es la pérdida de libertad, de buscar maneras alternativas de sobrevivir. Tanto el precio de las cosas como el control electrónico de la población limitan la vida.




Klaus Schwab no oculta estas cosas. Es un libro sobre las macrotendencias entre 2016 y 2025, en pleno proceso de transformación mundial de la Agenda 2030. Klaus Schwab desea que todo resulte en un mundo mejor, pero no lo está siendo para muchas personas. Sobre Klaus Schwab y el World Economic Forum se han emitido muchas teorías de conspiraciones, pero son sandeces. Ellos son presumidos y usan un lenguaje correcto, pero confuso, y les gusta acentuar la diferencia entre los que abrazan los cambios y los que no, pero no creo que dirijan un cónclave secreto de magnates conjurados.

Los principales elementos que han acentuado la polarización son: la teoría del cambio climático, las teorías de género y las políticas migratorias. El principal elemento característico de la desigualdad es la vivienda y el cambio de paradigma del mercado desde 2008 (el gran robo). Lo más criticable de Klaus Schwab es que no se moja en esos charcos y que sus declaraciones públicas son crípticas. Si fuera un filántropo sería más explícito, pero perdería dinero. De todas formas, el libro es interesante.

No se hacen políticas adecuadas para afrontar estos cambios porque las luchas por el poder lo impiden. Estamos afrontando los cambios gracias al dinero público, muy robado y gastado de manera ineficiente. La verdad es que necesitamos que alguien ponga orden.

El cambio cultural es importante y tampoco se está dando, por culpa de la polarización social y las luchas de poder (que exacerban la polarización). Leer estos libros es bueno, pero cuestan dinero y no todo el mundo es capaz de entenderlos, de ahí la importancia de hablar claro. Todo esto es complicado. Y el libro puede leerlo cualquiera, pero está dirigido a líderes, pero los líderes no aplican leyes oportunas ni hablan claro, se limitan a imitar el lenguaje correcto y los símbolos de este tipo de textos y nadie les entiende ni se sabe qué rumbo llevamos (si se lleva alguno).

Sobre el adaptarse o no a los cambios debo decir que ha habido gran abuso por parte de estos personajes relevantes y por parte de los ciudadanos que han vislumbrado el cambio y lo abrazan, siempre en la medida de su poder adquisitivo, claro. Lo explico:

Son personas ajenas a la polarización social o que están "en el bando correcto", que no sufren el peso de ser señalados y son más optimistas. Atribuyen a los aparatos cualidades ideológicas, por lo que provocan rechazo a ellos. En realidad, es una comprensión superficial. Al considerar los nuevos usos como característicos de su grupo, asocian su rechazo a las cualidades inferiores atribuidas a los miembros del grupo contrario. Así encontramos a convencidos progresistas que se burlan de personas que no automatizan su casa con Alexa (lo he visto).

Dicho de forma clara, para que se me entienda: quienes se adaptan al cambio (en la superficie) consideran inferiores a los que no, llegando a pensar que carecen de cualidades innatas para ello, por lo que se da un componente eugenésico. Supongo que esto siempre ha pasado, pero los discursos woke, discursos en el marco de la Agenda 2030 o discursos de la nueva izquierda (afín a las ideas del actual Partido Demócrata de EEUU) han contribuido a que se produzca esta discriminación. Creo que es interesante señalarlo, aunque no es un fenómeno nuevo. Creo también interesante señalar la violencia de Woke (que surge en EEUU) y del discurso de la izquierda desde el 15M, que han aumentado la polarización y favorecido estos cambios que benefician a los grandes monopolios FAANG. Y con motivo de la pandemia del COVID-19 se ha dado una batalla ideológica feroz entre "negacionistas" (quizá el bando de la Ilustración Oscura, otra locura de EEUU) y los globalistas favorables a la medicalización y el control de masas. Estos enfrentamientos han frenado un cambio cultural razonable y para todos, por lo que sospecho que sí hay muchas personas que desean tomar la delantera dejando atrás a otros, por lo que estoy explicando. No me parece bien, pero bueno, Klaus Schwab no tiene la culpa de que haya gente que se vuelva tonta con los aparatitos nuevos. Y sobre los aparatitos, yo digo que no hay que tener prisa en comprarlos, porque cada día sale uno nuevo.

Me pregunto: ¿Antes veíamos a conservadores que se hacían liberales (capitalistas) en oposición al comunismo y ahora vemos a socialdemócratas que se convierten en liberales en oposición al conservadurismo (ultraderecha)? Esto se puede hacer con dinero, es algo burgués. A mí no me gusta usar la palabra "capitalismo" para describir la realidad. Yo entiendo que el capitalismo es otra ideología, así que hablamos de "liberalismo" y borramos la otra:



Termino aquí mi crítica indirecta a Klaus Schwab y mi reflexión sobre la adaptación a los nuevos tiempos.


Ernesto García-T. G. a 19 de octubre de 2023.



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