domingo, 21 de enero de 2024

El propósito.

 



Para tratar el tema del propósito, entendido como propósito común o público, empezaré por hacer un ejercicio introductorio antes de reflexionar sobre el asunto. Tengan paciencia, por favor.


Empecemos por definir el propósito. Según la RAE, "propósito" significa:

1. m. Ánimo o intención de hacer o de no hacer algo.

2. m. Objetivo que se pretende conseguir.

3. m. Asunto, materia de que se trata.


Sinónimos de propósito: intención, determinación, voluntad, ánimo, empeño, deseo, aspiración, interés, idea, proyecto o plan.


Hagámonos unas preguntas: El oficio de una persona le da a esta un propósito. Por ejemplo: un carpintero hace muebles. Una empresa tiene un propósito o propuesta: por ejemplo, vender muebles. ¿Pero qué propósito puede tener una sociedad natural?


Y ahora hagámosle algunas preguntas a la inteligencia artificial:


10. Promover el diálogo intercultural y la diversidad cultural

User:

Imaginemos que un país entra en guerra con otro: ¿podemos considerar como propósito el vencer a nuestros enemigos?

Assistant:

El propósito de un país que entra en guerra no debería limitarse únicamente a vencer a sus enemigos. Un propósito más amplio podría incluir proteger las personas y los valores de la nación, defender los intereses nacionales, garantizar la paz y la estabilidad regional o incluso promover el cambio político en el país contrario. El objetivo de la guerra no debería ser solo vengativo sino que también debe tener en cuenta los beneficios para todos los involucrados al finalizar el conflicto

User:

Esto último es interesante. Es una lástima que no todos los países (sus líderes) lo cumplan.

Assistant:

Es verdad que a menudo las motivaciones y las acciones de los líderes políticos en tiempo de guerra pueden ser complejas e impredecibles. Los intereses nacionales, la influencia internacional y los factores internos dentro del propio país también influyen en las decisiones tomadas durante un conflicto. Es importante que las partes involucradas intenten abordar estas cuestiones de manera responsable y buscar soluciones pacíficas a los conflictos, cuando sea posible

User:

¿Podemos considerar también que es propósito de la sociedad elegir a buenos líderes?

Assistant:

Si, podríamos considerar que un propósito de una sociedad es elegir y apoyar líderes competentes, honestos y comprometidos con los intereses de la mayoría de sus ciudadanos. Un gobierno liderado por personas éticas y capaces es esencial para garantizar la gobernanza efectiva, el respeto a los derechos humanos y la promoción del bienestar general de la sociedad. La elección de líderes buenos también puede contribuir a la reducción de la corrupción y al fomento del desarrollo social, económico y político

User:

A menudo, las sociedades eligen a líderes corruptos o violentos. Esto tiene razones culturales y también es provocado por la pobreza. ¿Qué razón puede tener una persona a quien la sociedad no le da un propósito vital ni le abastece de lo mínimo que necesita para vivir con dignidad para elegir a un líder justo y no dejarse llevar por emociones tales como la ira y el miedo en el día de elecciones y así acabe votando a un líder totalitario?

Assistant:

La elección de líderes justos y competentes es fundamental para garantizar el bienestar y la prosperidad de una sociedad. Sin embargo, en ciertas circunstancias, las personas pueden ser influenciadas por factores como la corrupción, el miedo, la desinformación o la incertidumbre, que podrían llevar a votar por líderes no apropiados.

Una posible razón por la que algunas personas opten por elegir a líderes no justos puede ser la falta de información y concienciación sobre los problemas sociales, políticos y económicos. Al estar informadas y conscientes de sus derechos y responsabilidades, las personas son más capaces de tomar decisiones informadas y participar activamente en la vida política de su país.

Otro posible razón puede ser la falta de alternativas políticas o económicas adecuadas en el país. Si una sociedad no ofrece opciones para cambiar el sistema político o social actual, las personas pueden optar por aquellos que les prometen cambios rápidos y radicales, aunque no necesariamente sean buenos.

Para abordar estas problemáticas, es importante que las sociedades promuevan la educación política, la participación ciudadana y la transparencia en la toma de decisiones. También puede ser útil promover sistemas electorales inclusivos y justos, y fomentar el diálogo intercultural y la tolerancia para que las personas puedan discutir sus diferencias y encontrar soluciones comunes

User:

¿Y quién con qué sistema proporciona un sistema justo?

Assistant:

El sistema de elección justo y eficiente varía según la cultura, las tradiciones y las necesidades específicas de cada sociedad. No hay un sistema perfecto que pueda aplicarse universalmente, ya que cada país tiene sus propias características y desafíos.

Algunas características de un buen sistema electoral incluyen:

1. Transparencia: El proceso electoral debe ser claro y fácil de comprender para todos los ciudadanos. Las reglas y regulaciones deben ser estrictamente seguidas, y el proceso de votación debe estar libre de manipulación o fraude.

2. Inclusión: Todos los ciudadanos deben tener la oportunidad de participar en las elecciones y elegir a sus representantes. Las personas con discapacidades, las minorías étnicas y las comunidades marginalizadas también deben tener acceso a la votación y ser incluidas en el proceso.

3. Participación: El sistema electoral debe fomentar la participación ciudadana y dar voz a las diversas opiniones y puntos de vista dentro de la sociedad. Se puede lograr mediante la educación política, la promoción de la concienciación ciudadana y el apoyo a los medios de comunicación independientes y plurales.

4. Proporcionalidad: El sistema electoral debe reflejar la diversidad de opiniones dentro de la sociedad y garantizar que los resultados sean proporcionales al número de votos recibidos. Esto puede logarse mediante sistemas electorales como el voto preferencial o el voto por lista.

5. Equidad: El sistema electoral debe dar igualdad de oportunidades a todas las personas y grupos dentro de la sociedad, independientemente de su género, edad, origen étnico o económico. Esto puede logarse mediante el establecimiento de leyes antidiscriminatorias y el apoyo a programas de promoción de la igualdad de género y oportunidades.

6. Participación internacional: Los sistemas electorales también pueden beneficiarse de la cooperación internacional, mediante la observación de las elecciones por parte de organizaciones y expertos independientes, que puedan aportar experiencias y conocimientos para mejorar el proceso.

User:

¿Y si todo eso falla?

Assistant:

Aquí se corta la conversación con la máquina al excederse el número de tokens (mi ordenador es antiguo)

[Módulo de lenguaje Mistral Dolphin 221 7B con arquitectura Llama en un ordenador viejo con 8GB de RAM]


Veamos ahora qué opinan a día de hoy algunos intelectuales sobre el propósito:

"(...) las políticas deben recuperar el propósito público, de modo que su fin sea generar beneficios tangibles para los ciudadanos y establecer objetivos que le importen a la gente, motivados por consideraciones de interés público..."

Mariana Mazzucato, de "Misión Economía" (2021).


Para Klaus Schwab, el propósito de las empresas es la "Cuarta Revolución Industrial", el "nuevo paradigma" (1) que este magnate promueve. Y estos magnates del FEM (WEF) o de la ONU están haciendo mucho hincapié en "los que no se adaptan" y en señalar a los disidentes. Sería bueno no caer en la trampa e ir desmontando su discurso para poder ver los propósitos ocultos. Por suerte, su principal premisa, su principal promesa, lo que dice es su principal propósito, resulta demasiado conceptual: por supuesto, el propósito oculto ha de ser prosaico, pues todo esto se hace con la intención de alcanzar una realización material. Es lógico que haya muchas personas que se opongan al proclamado "nuevo paradigma", porque no es algo claro y provoca desconfianza, y porque para dar a un discurso tan conceptual una referencia en el mundo real, han recurrido a perfilar un grupo disidente o enemigo ("enemigo de la humanidad") al que hay que combatir. Todo esto se desinflará, pero hace daño.


Pero aparte de la política, ¿cómo se perciben las personas dentro de la sociedad y cómo pueden adquirir un propósito común?


El libro de Mazzucato es interesante y tiene una premisa brillante: la misión es un vehículo para un viaje con un propósito concreto. Lo discutible son los propósitos que sugiere, porque habla de nuevas estructuras públicas y empresariales para repartir riqueza. Lo veo difuso, porque se pierde en los vanos propósitos de la Agenda 2030 y en su enorme gasto, casi exclusivamente, en crear una organización compleja que implemente la agenda y en interminables estudios. Podría decirse que el principal fin de la Agenda 2030 sea ella misma y no las ODS. Y además, dice cosas, esta autora, que ya se vienen diciendo desde hace un siglo en términos parecidos y no precisamente por socialistas marxistas sino también por fascistas (que es otra opción anticapitalista)(2). Aún así, Mariana Mazzucato no es exactamente anticapitalista, sino que pretende una simbiosis entre Estado y empresa que beneficie a la sociedad. Yo estoy de acuerdo con eso. Esta autora me parece interesante, pero no comparto sus misiones, sus propósitos.

Un propósito interesante (del que no se habla en ese libro de Mazzucato) puede ser aumentar el poder adquisitivo de la gente, lo que implicaría cambios políticos y empresariales. Otro sería reducir el gasto público, sin perjudicar las prestaciones. Reducir gastos no tiene por qué ser malo y tampoco es malo que las cosas sean más baratas, dentro de lo posible.


Voy a poner algunos ejemplos de cómo se puede unir la empresa con la política pública, más allá de las grandes promociones de obra pública, que sería lo más evidente.

Un caso hipotético: el Estado nos obliga a tener los vehículos bien mantenidos y nosotros así lo queremos (eso es un propósito), pero no es necesario el sistema actual de la ITV, bastaría con que Industria homologue a determinados talleres para que hagan la revisión prescriptiva. Esto haría que los talleres contratasen a más mecánicos (tendrían más trabajo) y que invirtiesen en mejoras técnicas. Se habrían cumplido varios propósitos: reducir el gasto público, aumentar el empleo y mejorar la formación y la ejecución técnica en ese sector. Ese sería un ejemplo hipotético de cómo unir lo público (político) y lo privado para cumplir varios propósitos colectivos. ¿Pero cómo se hace para que los miembros de la sociedad estén de acuerdo con un proyecto común? ¿Qué pasa si el propósito oculto es recaudar y colocar a tus amigos?

Hay que tener cuidado con lo que nos proponemos y con los propósitos secundarios u ocultos (voluntarios e involuntarios), porque el efecto puede no ser bueno.

Otro caso hipotético: se intenta educar a un niño "para que sea fuerte", pero hay un límite a partir del cual se es fuerte: existe el propósito oculto de desechar a los débiles. De esta manera, puedes acabar desechando a un individuo que puede ser útil en aspectos no contemplados tales como el estudio de los átomos o escribir novelas. El propósito no debería ser "hacer individuos fuertes" sino "hacer individuos útiles", lo cual es más práctico y ofrece más posibilidades (a esto lo llaman "diversidad"), ya que casi todo el mundo es útil para algo.


Pero la pregunta sigue sin responderse:

¿Cómo se perciben las personas dentro de la sociedad y cómo adquieren un propósito común?


Para que haya un propósito común debe haber identidad de grupo. Y el propósito responde a una necesidad, que puede ser real o sugerida, básica, espiritual (e identitaria) o puede ser la necesidad percibida de alcanzar una vida mejor, en grupo. Creo que funciona mejor con una necesidad real o con una necesidad fácil de satisfacer (como comprar un celular) y que funciona mejor si esto es aceptado por un grupo lo más amplio posible dentro de un gran grupo natural, siendo los mayores la cultura o la nación. Los grupos ideológicos siguen sus propósitos con gran convencimiento, pero eso sólo funciona con su grupo y a menudo se acompaña de otros malos propósitos para con el exogrupo (y los peores para los disidentes). Así no son estos tan buenos propósitos, ¿no os parece? Pero se pueden tener buenos y honrados propósitos, ¿¡por qué no!?

A menudo se suele recurrir al miedo (necesidad de protección) y a la identidad de grupo ideológico; y sus propósitos suelen ser para interés del grupo dirigente o cosméticos, para resolver una crisis de imagen o crisis reputacional de ese grupo dirigente. Esto lo vemos a diario, cuando el Foro Económico Mundial nos amenaza con una extinción cataclísmica o cuando nuestro Gobierno (sea cual sea el partido que lo ocupe, da igual) diga que "va a tomar medidas" para algo y promulga alguna ley estúpida que no resuelve nada salvo hacerles a ellos y a su círculo de clientela más ricos, ya que esa "medida" tiene un jugoso y abundante presupuesto. Ya me gustaría a mí tener una buena porción de esa medida y salir de pobre (un noble propósito que yo tengo).


¿Cómo se perciben las personas dentro de la sociedad y cómo adquieren un propósito común?

Al fin voy a contestar a la pregunta:

La verdad es que casi todos nosotros tenemos problemas de identidad y sufrimos, durante largos periodos, la sensación de que nuestras vidas no tienen un sentido concreto (hacia la consecución de un propósito), por lo que los propósitos (o la "misión" de Mazzucato)(3) nos resultan atractivos. Es bueno tener una dirección en la que ir, pero no todas las direcciones son buenas necesariamente. Esta es mi respuesta a la primera pregunta.

En cuanto a cómo hacer que los ciudadanos adopten un propósito común, pues hay que tener en cuenta que la propia sociedad se ha creado en torno a necesidades comunes. La sociedad es cooperativa y se va creando para satisfacer las necesidades humanas con más eficiencia. Por tanto, para que el público adopte un propósito común (y se embarquen en una misión común) hace falta una necesidad común. Es evidente que si le dices a todo el mundo que hay una grave amenaza X, estás generando la necesidad de protegerse o defenderse de esa amenaza. Si le muestras a todo el mundo los beneficios de un nuevo dispositivo y además sugieres que su uso te confiere más estatus, generas la necesidad de usar ese dispositivo. Y así, en torno a la necesidad, se crean grupos con propósitos comunes, que pueden ser propósitos simples o más complicados.

Ahora bien, para que haya grupo, debe haber identidad grupal. Todas las personas que persiguen el mismo propósito forman parte de un grupo. esa identidad grupal se puede asentar en una cohesión "natural" fuerte, como la raza, la nación, la religión o la cultura, o puede basarse en una ideología o un propósito más o menos fuerte. en este caso, las emociones primarias como el miedo, la ira, pueden ser motivadores fuertes de cohesión en torno a una necesidad y, por tanto, a un grupo social. De la conformación del grupo se deriva la identificación del exogrupo y en la identificación del exogrupo se encuentra otro motivo de unión grupal, contra el exogrupo, contra la oposición, contra una amenaza existencial del grupo; y de ahí la necesidad de defenderse del grupo contrario y la afirmación del grupo... Creo que no hace falta explicar más que recurrir al miedo y a la ira para consolidar un grupo que favorezca los intereses de una oligarquía o grupo dirigente es algo rastrero.

Por último, sería necesario dar a los miembros del grupo un rol y unas funciones de rol, decirles qué tienen que hacer para que el propósito se cumpla. Y esto puede ser algo bueno o algo malo, creo que tampoco hace falta que lo explique.

Por tanto, podemos decir que, para que los miembros de un grupo tomen todos como propio un propósito hace falta darles una necesidad, una identidad y un rol (4). Y como digo, esto puede ser algo bueno y honorable o no serlo, o puede empezar bien y acabar mal. Hay que tener cuidado, porque el camino hacia el Infierno está empedrado de buenos propósitos.

La gente que se dedica a la política y que crea las agendas sabe perfectamente que esto se hace así, y últimamente se dejan llevar demasiado por una actitud pretendidamente científica en detrimento de la ética humanista o cristiana a las que estábamos acostumbrados. Prefieren tomar sin cuidado ninguno las teorías y los esquemas de autores como Thomas Kuhn o como Mariana Mazzucato para "implementar" sus planes utópicos (o interesados) que preocuparse del daño que hacen, y además, olvidan necesidades sociales tales como el nivel de industrialización, el poder adquisitivo de los ciudadanos o la paz social, que tan importantes eran antes (4). Como digo, hay que tener cuidado con esto.


Ernesto García-Testón Gómez a 21 de enero de 2024.



(1) El concepto de paradigma o nuevo paradigma proviene del libro "La estructura de las revoluciones científicas" de Thomas Kuhn (1971). El autor de este libro se pasó veinte años quejándose de las interpretaciones interesadas que hicieron de esta su obra más famosa. El libro es una de las obras imprescindibles de la filosofía de la ciencia del siglo XX y es perfectamente asequible a cualquier persona con una cultura media e interés por el tema, y aunque tiene algunos comentarios que se presten a la confusión, la intención del autor era hablar de revoluciones científicas, no políticas. De hecho, las revoluciones científicas siempre suponen un progreso, pero las revoluciones políticas, casi siempre, suponen un retroceso en las sociedades donde se producen. Una revolución científica (tal y como la describe Thomas Kuhn) no es la misma cosa que una revolución política, pero muchos idiotas con carrera han decidido extrapolar sus ideas al mundo político. como dije, Thomas Kuhn siempre protestó sobre esto.

(2) De "Discurso a las juventudes de España" de Ramiro de Ledesma (1935): "En España hay una necesidad insoslayable, y es la de traspasar al Estado la responsabilidad y la tarea histórica de ser él mismo quien, sustituyendo al capital privado o valiéndose de éste como auxiliar obligatorio a su servicio, incremente la industrialización con arreglo a la naturaleza de nuestra economía. Ello supondría dos formidables ventajas: una, realizar de un modo efectivo los avances económicos que corresponden lícitamente a España, teniendo en cuenta las características de sus materias primas, su comercio internacional y su propio mercado interior; otra, efectuarlo en beneficio único y exclusivo de todos los españoles, sin que las oligarquías financieras fuercen o deformen esos propósitos de acuerdo con sus intereses privados". Esto es muy parecido a lo que dice Mariana Mazzucato, aunque después el discurso se hace más revolucionario. Ya desde el siglo XVII -con el Estado nación, pero miles de años antes- se entiende que deben haber obras públicas y que la plutocracia debe ser controlada y su riqueza dirigida a beneficios comunes para la sociedad. Hoy día, salvo los descerebrados seguidores acérrimos e irreflexivos de Javier Milei, todo el mundo sabe que el Estado debe darnos infraestructuras y prestaciones mínimas, para que la sociedad funcione bien y con unos estándares adecuados a nuestra época de grandes avances tecnológicos. Estas son obviedades, o deberían serlo.
(3) Para Mariana Mazzucato, el Estado debe emprender misiones, como el Programa Apolo, la misión de llegar a la Luna antes que la Unión Soviética, y estas misiones, lejos de sustraer recursos a la sociedad, les proporcionarían grandes avances, como ocurrió con el programa espacial. El problema está en elegir la misión correcta, con el propósito de provocar avances sociales y el consecuente bienestar público. El enfoque de Mariana Mazzucato me parece muy interesante, aunque hay que tener cuidado con la misión que se emprende y los propósitos que pueda tener (explícitos o implícitos).   https://www.penguinlibros.com/es/tematicas/237117-ebook-mision-economia-9788430623952
Sobre este libro dejo una reseña aquí: 

(4) No tener cuidado con estas cosas está provocando polarización social y manifestaciones cada vez más frecuentes, aparte del auge de partidos de ideología totalitaria que piden que se vuelvan a atender las necesidades y el bienestar de los ciudadanos y que se vuelvan a hacer obras públicas necesarias con la magnitud de antaño. Y también, a partidos conservadores o de izquierda más tradicional, que hacen peticiones justas, se les acusa de ser totalitarios, para anularlos como oposición. Los dirigentes occidentales, el establishment, con el empeño de hacer cumplir sus propósitos, han demostrado que no merecen dirigirnos o, en el mejor de los casos, han creado efectos cobra; todo esto sin hacer la más mínima autocrítica, por supuesto, porque todo lo hacen "por nuestro bien". Sería bueno que den algún paso atrás, aunque sus fondos de inversión tengan menor rendimiento.

*

"La estructura de las revoluciones científicas" de Thomas Kuhn (1970): https://www.casadellibro.com/ebook-la-estructura-de-las-revoluciones-cientificas-ebook/9786071608253/3015063




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