viernes, 15 de marzo de 2024

Notas para un relato distópico.


Cronicas de Nuremberg, los Siete Sabios de Grecia, Wikimedia Commons.



El relato distópico suele tener como marco un régimen totalitario. No me gustan las historias sobre páramos apocalípticos. Tengamos una pesadilla civilizada.

Cuando hablamos de totalitarismo siempre nos vienen a la mente el comunismo y el fascismo y también el anarcocapitalismo, como reino de los oligarcas, pero el siglo XX dio otra forma de totalitarismo, que comenzó a desarrollarse al mismo tiempo, pero que se fue haciendo más fuerte a medida que la sociedad occidental progresaba gracias a la tecnología, bajo el dominio anglosajón y la lucha entre bloques mundiales: la Cibernética.


La Cibernética.

La Cibernética es el gobierno a través de la tecnología y los modelos de replicación biológica, asesorado por científicos de muchas disciplinas. A partir de las matemáticas, las aplicaciones informáticas, la biología, la neurología, la termodinámica, la física cuántica o cualquiera otra disciplina (también la filosofía), se extrapolan teorías con el fin de lograr un control social que elimine el mal y facilite la cobertura de necesidades a la población. A pesar de que esto debería ser suficiente para conseguir este propósito, el ser humano queda atrapado en un sistema parcelado que lo cataloga de acuerdo a sus capacitaciones, estado físico y mental, edad e historial, con cada vez menos posibilidades de modificar su estatus. A menudo, las decisiones tomadas por este sistema cibernético no tienen en cuenta el libre albedrío ni las necesidades espirituales, aunque tienen un moralismo muy puritano. Tampoco tiene en cuenta, esta orden Cibernética, la posibilidad de que pueda cometer errores. La Cibernética no comete errores.

Aunque este sistema cibernético sea eficiente, presenta las características de un totalitarismo en cuanto a la imposición de un relato, la creencia de su infalibilidad por parte de sus dirigentes (que dependen del propio sistema y a su vez obtienen de él el estatus más alto y riquezas), el uso de la fuerza, el control absoluto de comunicaciones terrestres, aéreas y marítimas, control de los medios de comunicación y de los mensajes emitidos (basados en un relato único).

Es cierto que es necesario mantener el orden y obligar al bien a los ciudadanos, pero la parcelación de la actividad humana, la clasificación de los individuos y el hecho de que existen carencias y de que los magnates defienden sus intereses, hace que todo ese aparato de control, aun buscando la justicia, sea totalitario e injusto. Nuevamente, el sueño se convertirá en pesadilla.


Nuevo orden y nuevas castas.

En este marco, se hace necesario dejar parcelas que no estén bajo el control del Estado ni de los poderes económicos como la banca o la patronal: proteger la intimidad, liberalizar más el desarrollo de actividades laborales por cuenta propia que supongan bajos ingresos y asegurar el acceso a la vivienda a las personas con ingresos inferiores al salario medio.

Por lo que he observado, el Estado y la empresa usan medios de control tecnológico sin la debida coordinación y sin anteponer a todo el bien mayor de proporcionar a todos los recursos mínimos para una vida digna. Más bien se anteponen los beneficios percibidos por la alta burguesía y la clase política. En cuanto al componente totalitario, este se basa casi exclusivamente en la imposición de una narrativa única dominada por los relatos de la crisis climática (cambio climático) y la necesidad de eliminar el dominio patriarcal (dentro de un marco de control de la natalidad). Por el primer relato se pretende disminuir la actividad industrial, lo que provocará la miseria de millones de ciudadanos; aparte de eso, se está despoblando el medio rural y tendiendo a la explotación agrícola muy tecnificada y controlada por multinacionales y a la deslocalización de cultivos a países del Tercer Mundo. Por el relato de la igualdad de género se ha provocado un perjuicio grave a la población masculina en trabajos de mayor cualificación y una disminución de la natalidad por haber menos matrimonios, por el retraso del matrimonio, por le retraso de la edad de tener hijos y por el empoderamiento femenino -esto es algo etológico, por desistimiento de los especímenes masculinos menos aptos-. Como guinda al pastel, se promociona y se festeja la homosexualidad, gozando en la actualidad de su día de desfile y homenaje, como lo tuvo en las antiguas bacanales. El motivo de que todo esto sea así no es dar a nadie más libertad sino disminuir la natalidad.

La oposición de izquierda (oposición a este movimiento) culpa al capitalismo de los desequilibrios actuales, sin embargo hay tres componentes que operan juntos: el capitalismo (oligarquía industrial y financiera), la clase política (oligarquía política) y La Cibernética (oligarquía científica), sostenida por las fuerzas anteriores para poner en marcha el sistema de control totalitario.

Podríamos pensar que el relato o narrativa es el corpus ideológico que mantiene este sistema totalitario, pero no es así. Por encima de todo es el positivismo, la creencia ciega en la ciencia como solución para todo, lo que sostiene esto. Los científicos serían una suerte de sacerdotes, mientras que los empresarios y los políticos usan la tecnología que les proporcionan para mantener su estatus. El resto de los ciudadanos viven de prestaciones sociales de algún tipo o de trabajos mal remunerados o de remuneración baja en comparación con los que mantienen un estilo de vida digno o acomodado - la antigua clase media, los nuevos camarlengos tecnológicos-, consumiendo lo que esos poderes políticos y económicos les proporcionan. A estas alturas no podemos decir que sea un sistema de gobierno basado en la abundancia y la generosidad sino en el mantenimiento de la riqueza y la posición de esos poderes que, asesorados por la ciencia (la orden de La Cibernética), creen que los recursos se acabarán y que deben dosificarlos, así como deben controlar la población humana, para no ponerse en peligro ellos.


Esbozos.

Los únicos que mantienen alguna parcela de libertad son los constructores, los mecánicos, los electricistas... ¿Están ellos detrás de los sabotajes? Tarde o temprano serán sustituidos y su revolución no será nunca.

Es una situación de la que va a ser difícil salir. En realidad, no se trata de "salir", de romper la situación con un movimiento revolucionario, sino de ir alterando las estructuras políticas, los flujos de riqueza y los marcos legales. También habrá que realizar actos destructivos, pero deben ser desde dentro y calculados: que no sea peor el remedio que la enfermedad. No debemos destruir los medios de producción de riqueza ni, desde luego, destruir la prodigiosa tecnología actual, pero sí podemos ser gobernados por personas con otras ideas y otras motivaciones a las descritas.

La oligarquía científica es el punto más débil de la estructura, pero es también el más importante de todos, su base. Hacen falta científicos que estén al margen de la estupidez de las ideologías políticas, de la inútil pelea entre "izquierdas" y "derechas" (que ya no son una cosa ni otra), que piensen como santos y que amen al pueblo, del que proceden. El mundo es suyo y será lo que ellos quieran.

En este contexto, surgieron un nuevo tipo de ecología y un nuevo tipo de mujer que pretendían preservar el nivel tecnológico de la humanidad y la armonía entre hombres y mujeres.  Y de ellos, nuevos científicos que ya no pretendían dominar la creación. Y con esta inspiración surgió la Hermandad de los Zoisképticos, "los que viven pensando", casta mística de los imperios...

[Aquí la cosa se pone muy Métal Hurlant, no sé si es el estilo que debería tener. Lo dejaré aquí.]


Nota final.

Supongo que estoy pensando en una nueva casta de científicos no impíos, que no consideren que los seres humanos y los gusanos se rigen por las mismas leyes. Y estoy pensando en unos dirigentes que son capaces de sacrificar en algo su riqueza (potencial) por el bien de su nación. Tengan en cuenta que esto son sólo unas notas para un relato de ficción.


Ernesto García-Testón Gómez a 14 de marzo de 2024.


Nota de 18 de marzo de 2024: podría ser una historia hopepunk. ¿Por qué no?



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