Concert in Ohio. Selection from 'Whoop-Whoop' artist's book by Daniel D. Teoli Jr. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Concert_in_Ohio_.jpg
Las preguntas de por qué es tan mala la música pop actual o por qué no aparece nada nuevo y bueno son recurrentes, y son gancho para canales sobre este tema, como el de RickBeato y otros. Para las personas mayores de 40 años, la música ha sido importante en nuestras vidas. Hemos disfrutado de una música popular bastante buena y muy estimulante. Pero ahora, la música popular tiene composiciones pobres, es repetitiva y no innova más allá de que a algún chaval haya descubierto un sonido nuevo con el VirtualDJ, ProTools o algún otro software de edición musical. Sigue habiendo rock y virtuosismo sudoroso en los escenarios, pero esto no es nuevo. La música no está caracterizando ningún cambio cultural. Ninguna otra arte parece estar haciéndolo. Tanto los mercados como los estados han creado una sociedad que no innova estéticamente ni innova verdaderamente en nada, como consecuencia: la estética es algo esencial para la sociedad, el sentido estético general de la sociedad. Tomaré la música pop como referencia para analizar esta falta de innovación.
Seamos optimistas: ¿qué buena música se está haciendo? Hay buenos interpretes, Youtube está lleno de virtuosos y talentosos músicos jóvenes (como el hijo de Rick Beato), pero estos siempre hacen lo mismo, conservan lo que ya hay, ya sea música clásica, rock, rap o lo que sea. Y en el marco comercial que tiene ahora la música ya no hay bandas como las de antes, es decir, grupos como The Rolling Stones o como Nirvana. Sí las hay, pero no hay nicho para esto sino para estrellas generadas por las grandes discográficas que se acompañan de grupos profesionales, que tocan canciones compuestas por otros, cuyas canciones son retocadas por arreglistas profesionales (y menos mal) y cuyas voces son mejoradas con software de proceso instantáneo de audio (el Autotune). Hay montones de bandas y de solistas (con su banda) muy buenos, de todos los estilos conocidos e incluso creando estilos nuevos, pero no son números uno y se pierden en el maremagnum de las redes sociales y las plataformas de streaming. Son ruido, por muy buena música que hagan.
Y hay otra pregunta: ¿se está experimentando? Los espacios para vivir y para trabajar son cada vez más caros y más escasos. Este es otro factor más para que las bandas de amigos no puedan proliferar con tanta facilidad. En EEUU, el auge económico que vino tras la Segunda Guerra Mundial consolidó la clase media y los hijos nacidos de ella podían comprar discos, comprar instrumentos musicales y podían ensayar en sus casas o en locales baratos. Esto es algo que se puede ver en la película "El mundo de Wayne", en la que unos chavales de clase media emitían un canal pirata de televisión y tocaban música en directo con sus propios medios. Esto era real, podía hacerse, a pesar de la idealización de la película. Ahora ya no es tan fácil hacer esto y lo que sí se puede hacer es un trabajo más minimalista, en una habitación y con un ordenador personal. Y los chavales ya no compran discos sino que consumen por muy poco dinero o gratis miles de canciones a su disposición, sin apasionamiento ninguno. Y es por esto que, para muchos, sus ídolos sigan siendo las grandes estrellas del pasado, porque son muy buenos (mejores que los de ahora) y porque siguen dominando el mercado, aunque algunos tengan más de ochenta años ya (el caso de The Rolling Stones, por ejemplo). Pero tengamos cuidado al tratar el tema de la edad.
El problema del edadismo.
"Por dentro, no tenemos edad... y cuando hablamos con nosotros mismos, tenemos la misma edad que la persona con la que hablábamos cuando éramos pequeños. Es el cuerpo el que está cambiando alrededor de ese centro sin edad".
David Lynch (1946-2025).
Voy a desarrollar una reducción al absurdo, una pequeña trampa, para que veamos el problema de edadismo. Definiré lo que en principio estoy buscando (algo absurdo):
1.- Bandas cuyos integrantes tengan entre 16 y 33 años.
2.- Que hagan algo nuevo y bueno, entendiendo lo nuevo como una fusión evolucionada de algo verdaderamente nuevo y un estilo ya existente.
3.- Que tengan espacios de experimentación sin control institucional (pueden ser institucionales, pero no se controla lo que hacen) y que utilicen instrumentos nuevos o inusuales o utilicen los ya conocidos de manera inusual.
Me llama la atención la banda japonesa "Electrónicos Fantásticos!", aunque sus miembros ya exceden de los 33, pero no mucho. Es una banda de 2015 que son un grupo homogéneo con lazos personales, que tienen su espacio de trabajo y que utilizan instrumentos electrónicos fabricados por ellos mismos (es un DIY o "do it yourself" avanzado). Su estilo puede calificarse de cyberpunk y fusión con estilos japoneses tradicionales y pop. Son realmente buenos, no trabajan con subvención pública, pero animan las convenciones tecnológicas, porque su estética es adecuada para las marcas japonesas. Japón tiene grupos muy buenos. Me gustan Band-Maid, que tienen todas sus integrantes unos 30 años. Hay buenas bandas en Japón.
La música electrónica es importante en este asunto, porque fue el mar de fondo de los años 90 y porque el rock sinfónico o progresivo evoluciona desde Pink Floid y Frank Zappa y este estilo sigue siendo influyente hoy en día entre diversas bandas, pero todas de los 90 o de principios de los 2000. Muchos superan la cincuentena ya, como mínimo.
Tiene que haber más bandas innovadoras. Esto me sugiere que la fusión es lo que necesitamos para encontrar un nuevo y bueno estilo, ¿y quiénes hacen fusión? Pues los músicos de jazz. Pero hay un problema: el jazz no está teniendo éxito entre los jóvenes, aunque cada vez parece haber más jóvenes virtuosos. El punk ya no impacta a nadie, porque está muy visto, porque su técnica es para alcornoques y porque ahora no se consumen tantas drogas (afortunadamente). Se conocen mejor las técnicas y la disponibilidad de la música es enorme, por lo que sólo tenemos que elegir el estilo que más nos guste y tocar así. Hay miles de tutoriales en YouTube, para todos los gustos. Antes se repetía más un mismo ejercicio y se variaba a partir del propio proceso mental de cada uno, paro ahora hay tanta variedad y tanto material audiovisual a nuestra disposición que es difícil aburrirse del proceso de aprendizaje y más difícil aún crear algo que no se haya inventado antes.
Por todo esto es necesario que hayan bandas con espacios propios (aunque sean cedidos), con material propio (DIY) y que experimenten intentando huir de influencias directas (aunque las influencias son inevitables y son necesarias).
¿Qué hay en el jazz? Pues claro, debe haber innovación en el jazz, el género de la improvisación, pero es un estilo de adultos, que cultivan estilos pasados. Quizá haya que subir el rango de edad de 16 a 45 años (Emmet Cohen tiene 34 años, por ejemplo). Pero lo que es necesario, por encima de otra consideración, es el afán por crear algo nuevo, y la experimentación. Y las personas mayores también quieren experimentar y crear cosas nuevas. Yo mismo, que estoy escribiendo esto, voy a cumplir 50 años en este 2025, y siempre he tenido y mantengo el afán por encontrar nuevas formas de expresión, nuevas estéticas y nuevos y mejores estilos de vida. Por este motivo, no podemos excluir a nadie por su edad. Y tengamos en cuenta que la innovación se nutre de lo pasado también, y por este motivo tampoco podemos excluir a los mayores de 36 de un proceso universal y no artificial de innovación artística. Nosotros los "senior" también estamos en esto.
Salgamos del pozo que es el absurdo de la segregación por edad...
Uno de los grandes errores que comete la Administración es la de segregar a la población por franjas de edad. Por ejemplo, dan ayudas para vivienda a jóvenes menores de 36 y para mayores de 65, suponiendo que la población con edades entre 36 y 65 años no tienen problemas de vivienda, pero dan ayudas a los parados mayores de 45 años, que tienen más problemas para encontrar trabajo... Es absurdo, hay muchos ejemplo así.
En el caso de las ayudas a la cultura, no ya los mayores de 36, sino los mayores de 27 años quedan excluidos de muchas ayudas y actividades, cuando sería enriquecedor que todo el mundo participara en esto. Y además no funciona, porque lo que se transmite como cultura no sé muy bien qué es; desde luego, es político, en muchas ocasiones, y transmite las extravagancias que padecemos en esta época (no voy a hablar de esto). Los jóvenes no aprenden nada interesante, como digo, y las personas mayores de 27 años son excluidas de muchos espacios, repito. Por ejemplo, actualmente resulta incomodo ir a una biblioteca, porque está llena de adolescentes y a estos no les gusta que haya viejos por allí, mucho menos si son hombres, por cierto. No sólo no se transmite verdadera cultura, propia ni de ninguna otra parte del mundo, sino que se ha creado un ambiente que impide la innovación y que expulsa a las personas mayores. Se ha creado una cámara de eco para la fatuidad adolescente, fatuidad de adolescentes actuales, alcornoques. Y estos alcornoques aprenden poquito con esto, por cierto. Yo lo sé porque he sido adolescente y porque estos planteamientos se vienen desarrollando desde hace mucho. Yo, como adolescente, fui víctima de esto.
Por supuesto, llega un momento en el que las estructuras y las reglas que se crearon hace tiempo son mantenidas por los ancianos que ostentan el verdadero poder y que impiden la innovación, por lo que el relevo generacional se hace necesario, ¿pero creéis que los cargos públicos y los catedráticos van a renunciar a sus prerrogativas? Jamás lo hacen. Y se da la paradoja de que son ellos -¡oh, genios de la pedagogía!- los que han creado la cámara de eco adolescente... Se establece un círculo vicioso.
Pero volvamos al tema principal ¿Cómo podemos rastrear la verdadera innovación o cómo podemos provocarla? Rastrearlo es muy difícil. Se puede encontrar algo nuevo y bueno pero de ninguna manera podemos asegurar que vaya a tener éxito, pero eso da igual, porque el éxito es algo que ahora sólo es posible dentro del conglomerado de corporaciones que dominan el mercado de la música. En cuanto a si se puede provocar, pues se puede crear un espacio para que se dé la TAZ.
La TAZ.
La TAZ no se planea, la TAZ sucede (1). Lo único que podemos hacer es disponer un espacio y medios para que los artistas experimenten y desarrollen su producción. Y esto se puede aplicar a las artes plásticas, las escénicas o la música. Por supuesto, debes indicarles cómo se hacen bien las cosas o qué errores cometen, pero no censurarles ni someterles a imposiciones políticas. Lo explico.
Actualmente se subvenciona arte que viene de la academia y arte comprometido con la política del poder. Los espacios son limitados y las adjudicaciones van dotadas de becas económicas para los agraciados, y no me refiero a conservatorios ni escuelas de bellas artes que bequen a virtuosos sino a espacios políticos y a becarios (no a becados). Esto es absolutamente equivocado y no puede generar innovación. Lo que hay que hacer es disponer espacio de trabajo sobrado para toda la comunidad artística, académica o no, y disponer espacios de venta, mercados o galerías, para los artistas. En el caso de la literatura, se puede disponer un espacio virtual para la distribución online de las obras. Se trataría simplemente de darles espacios para trabajar libremente, dotados de lo mínimo, como electricidad, servicios higiénicos e Internet, y nada más, que el dinero lo ganen ellos. Se trataría de crear una comunidad artística y darles lo mínimo para darse a conocer e interactuar con el público, en vivo y online. En este caso, el espacio físico de trabajo es fundamental, para generar auténticas comunidades, pero el espacio virtual es tan barato que no debemos renunciar a el, ¿no es cierto? Pero hay que tener cuidado con el espacio virtual, porque la cámara de eco de la fatuidad adolescente actúa aquí con mucho poder. Hay espacios virtuales exclusivos.
En España, en la actualidad, existen miles de espacios para formación artística y exposición de obras de arte (2), pero se prohíbe vender. Y no son espacios dinámicos, algunos son pequeños museos de arte contemporáneo, en pueblos de 5000 habitantes, donde las obras son elegidas por el poder político (Ministerio de Cultura, delegaciones, concejalías, etcétera). Esto es un error por muchos motivos: porque se hace en localidades pequeñas y la afluencia de público desaparece dos días después de la inauguración (no hay público suficiente en esos entornos); porque las obras son, en la mayoría de los casos, obsoletas o mediocres y carecen de interés; porque la selección de las obras es política y en muchas ocasiones el artista pertenece a la red de clientela política. Por supuesto, debe haber museos, pero eso es para un arte ya pasado. Si el arte llamado de vanguardia está en estos centros museísticos, no es vanguardia. De hecho, lo que llamamos arte contemporáneo debería llamarse de otra manera, porque se trata de arte que se produjo hace ya más de un siglo, bueno para museos, desde luego, y para ser estudiado en la academia, pero no como ejemplo de la vanguardia actual (fue vanguardia hace un siglo). Es una memez llamarlo así, vanguardia. No es vanguardia. La verdadera vanguardia no existe todavía, se está creando ahora mismo.
Para que se dé la TAZ y de ella surja algo nuevo y bueno, simplemente se trataría, como expliqué antes, de ceder espacios públicos con las instalaciones mínimas para que los artistas trabajen allí en horario comercial y administrativo, desarrollando su música o cualquier otro arte. Podrían ser espacios multidisciplinares con cubículos dotados de tomas de corriente e iluminación cenital y zonas comunes con mesas y conexión Wi-Fi, con un aforo suficiente para la comunidad a la que sirva. Aquí se podrían reunir y mostrarse al público pintores, escultores, músicos y escritores, todos juntos. Y debe estar permitido vender, ¿por qué no?
Esto es algo que se puede disponer en grandes ciudades o en pueblos y sería barato. La TAZ es barata. De hecho, este concepto de TAZ está ligado al movimiento hacker, a los okupas y a la cultura underground, no puede ser otra cosa que barato. Lo que caracterizaba a estos movimientos es el empeño de los artistas por hacer su arte, por ser vanguardia y por relacionarse en una comunidad, a pesar de la oposición de la autoridad incluso, en una época en la que había locales (tugurios) disponibles para hacerlo. Ahora los locales son caros y el gasto público es enorme (y hay mucha corrupción), por eso hay museos de arte contemporáneo en localidades de 5000 habitantes. Yo creo que debe cambiar el rumbo de las políticas de cultura. Sería mucho más barato crear estos espacios para que la gente pueda allí pintar, escribir o interpretar música con libertad que hacer lo que están haciendo ahora, en mi humilde opinión (sin dejar los cursos, por supuesto).
Esta es mi propuesta, crear espacios públicos para que se dé la TAZ. Yo creo que es barato, sólo hace falta el local, que paguen la luz, el agua y que pongan papel higiénico en los retretes, aunque siempre habrá alguien que lo robe para llevárselo a su casa. El papel del gestor cultural sería orientar, en base a su mayor conocimiento, y cuidar que haya un ambiente de seriedad mínimo.
Una exploración en la música pop actual.
Estoy buscando un nuevo estilo pop. Todo nuevo estilo aparece por fusión de estilos o géneros. El ritmo predominante ahora es de 60 BPM ( _ _ / _ _ ), sonido electrónico, percusión electrónica, Autotune y "brilli-brilli" que taladra el lóbulo temporal. Es insoportable. El rock va a 120 BPM (._.._/._.._), más rápido, con variaciones y solos de batería y todas esas cosas que nos gustan. El punk es igual que el rock, pero más rápido y con mucho bombo. El grunge se parece más a lo que busco: 120 BPM (.._/.._) con variaciones y cosas chulas, como el rock... Bueno, pues todo esto da igual. Digamos que el ritmo que manda ahora es el trap, a 60 BPM de máquina, sonidos caramelo y voces tuneadas, es decir, que la música da igual, lo importante es la propuesta estética general. Y podríamos pensar que esto se puede combatir insultándoles, pero no se puede, porque es una estética gansteril, erotizada, bastante agresiva, basada en la arrogancia juvenil. En realidad, la arrogancia juvenil siempre fue lo importante, y el sexo, pero antes la gente tenía vergüenza y se nos ofrecía algo de mejor calidad, aparte de que no había la tecnología que hay ahora y tenían que saber tocar.
Yo no sé música, salvo rasguear un poco la guitarra de oído y canturrear, así que saber que la música es lo de menos simplifica algo mi tarea. Voy a dar por sobreentendido que se necesitan talento y belleza (otras de mis carencias). Entonces, lo que mueve a estos artistas no es necesariamente la invención de un nuevo ritmo sino una inquietud estética. Y la inquietud estética de la música pop la provocan la formación estética y la rebeldía. Por eso la música actual es tan mala, porque la formación estética es pobre y porque no hay rebeldes: todos quieren un cochazo, follar mucho y una casa con piscina. El neoliberalismo dejó en coma a la poesía en 1981. Ha habido paréntesis notables, como el grunge, pero después, esa rebeldía se volvió políticamente correcta y todos los rebeldes decían lo mismo: todo era una cámara de eco de la corrección, del nuevo moralismo, y después, woke. Lo único bueno es que ya no se toman tantas drogas como antes (pero la noche es joven). La única manera de que vuelva a haber rebeldes genuinos y originales es dejar de machacar a la juventud con la cultura oficialista, mejorar el sistema educativo, dejar de segmentar por edades la sociedad y una política de expropiaciones masivas, para que disponer de viviendas y locales vuelva a ser barato. El mercado inmobiliario debe morir... Esto último es broma, pero me encantaría que sucediera.
Adivinar qué se va a poner de moda ni mucho menos adivinar qué va a consolidarse como un género es imposible. Pero si desde hace un cuarto de siglo la música mainstream ha ido bajando de calidad es porque nadie la rechaza. Ya di una sugerencia sobre cómo crear espacios de creación. Si observamos la aparición del grunge, este se dio en un estado de EEUU con poca población, un clima horrible, volcanes, bosques de secuoyas y consumo de alcohol y drogas en grandes cantidades. En Seattle se creó un microclima donde creció algo grande. Si observamos la cultura underground, también hay cierto grado de aislamiento en locales concretos y en zonas concretas, y sus miembros se esforzaban por ser originales, con los medios de entonces (tenías que hacerlo todo en modo manual). Así que no voy a buscar un nuevo estilo que se esté emitiendo por los canales habituales, voy a buscar grupos aislados que estén desarrollando su arte y su música sin subvención pública y sin influencia directa de las multinacionales ni grupos mediáticos que dominan estos mercados. Esta va a ser la parte más difícil de mi estudio y no sé cuánto tiempo me va a llevar, porque no ya entro en territorio desconocido sino que debo descubrir un territorio desconocido en un mundo que parece estar todo él a la vista, y tendré que moverme en una franja de la sociedad que es liminal si no marginal. Más difícil aún será llegar a grupos elitistas, que también están aparte y desprecian (que no se rebelan contra el) el mundo sobre el que están encima.
Recapitulo, resumo y concreto: voy a buscar en una zona insospechada a un grupo aislado y rebelde de personas que estén haciendo algo bueno y que, por tratarse de rebeldes, se apartan a toda costa de la estética comercial y buscan algo genuino y original. La segunda parte de este ensayo va a tardar en llegar: será el relato y descripción de lo que haya encontrado.
Ernesto García-Testón Gómez a 29 de enero de 2025.
Notas:
(1) Esto es de Hakim Bey, Peter Lamborn Wilson, pero no recuerdo si es de su libro "La zona temporalmente autónoma" (TAZ) o si es algo que dijo en una entrevista, pero define una de las características esenciales de la TAZ, la imprevisibilidad.
(2) Como digo, en cualquier municipio que tenga alguna entidad se pueden encontrar actividades de formación artística o laboral (gratuitas o muy baratas), pero es raro encontrar mercados de arte (en Conil hay uno, por citar una localidad pequeña) o espacios para trabajo y experimentación donde se pueda vender la producción. Hay muy pocos y los participantes actúan individualmente y dependientes del municipio, que les cede el espacio o se lo alquila por muy poco dinero. Es el caso del Zoco de Artesanía de Jerez de la Frontera o de la Lonja de Artesanía de Sevilla, que están pensados para los turistas, pero no son precisamente lugares donde se pueda trabajar y experimentar ni desarrollar un colectivo artístico. Eso sí, hay que reconocer que hay una gran red de locales destinados a actividades culturales.
Algunos grupos y solistas que he escuchado mientras escribía este ensayo:
Red Hot Chili Peppers, Rage Against the machine, Ataxia (se parece a Nirvana), The Mars Volta, Suzanne Ciani, Electronicos fantasticos!, Riverside, Pattern-Seeking Animals, Skrillex, Yerai Cortés, Frank Zappa, Nirvana, Jimi Hendrix, Electric Callboy, Tool, Skunk Anansie, Band-Maid, Gogol Bordello, Guerilla Toss, Tricky (sello False Idols), Speed, Leningrad Cowboys y los Red Elvises, entre muchos otros.
Ernesto García-Testón Gómez 2025.
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