martes, 29 de abril de 2025

Palabras.

 

 

 

Foto de Brett Jordan en Unsplash

 

 Hay que inventar palabras nuevas.

 Cuando se utiliza una palabra o significante ya existente para darle otro significado se crea confusión y se lleva a cabo una acción tiránica intentando imponer ese significado y el sistema de ideas (otros significados) que le acompaña; y se detiene el proceso de evolución de las ideologías filosóficas e incluso de las culturas si esto es impuesto por las instituciones del Estado, algo que viene ocurriendo desde hace algunas décadas. Pero no voy a hablar de política sino de la buena o mala funcionalidad del lenguaje en relación a las nuevas ideas que se imponen, por fuerza o por razón: con la aparición de nuevas teorías y el descubrimiento de nuevos conceptos se hace necesario el uso de nuevas palabras que los representen.

 Por ejemplo: la palabra "psiquiatra" no existió hasta el siglo XIX y antes se decía "alienista". El alienista estudiaba a los alienados, pero el psiquiatra irremediablemente acabaría estudiando la psique (1). Creo que este enfoque es absolutamente relevante en la aparición de la psicología moderna. Gracias a esta diversidad de palabras se estudia a los alienados, se estudian los cerebros y se estudian los pensamientos, es decir, todo aquello que conforma la personalidad. Quizá falten más palabras en el avance de esta y otras ciencias. Hay autores que utilizan palabras propias, como Ortega y Gasset con "rigoroso" o "protención" o Camilo José Cela con "erudipausia", algo que quizá motive que yo esté escribiendo este artículo. Estos últimos serían casos peculiares, pero crear nuevas palabras aumenta nuestras posibilidades y nos permite salir de marcos conceptuales que se vuelven dogmáticos.

 Porque si utilizamos palabras ya existentes como "sublimar", "sostenible", "género" (2), "despertar", etcétera, lo que pretendemos, queriendo o sin querer, es borrar el sistema ideológico existente e imponer otro, que por ser nuevo debe ser incompleto y limitado. Si los sistemas antiguos son incompletos, ¡mucho más lo será un sistema nuevo! Los pensadores alemanes y anglosajones son muy dados a reutilizar palabras, lo que puede explicar el fracaso de sus ideologías cuando han de ser entendidas. También puede ser que nosotros no debamos traducir literalmente las palabras dadas en la filosofía germánica (3). El caso es que si intentamos sustituir conceptos ya existentes estos se enfrentan a toda una cultura previa de siglos o milenios en las que manejábamos esos y otros conceptos con otras palabras ya arraigadas en los idiomas. Otra cosa que se intenta al hacer esto es provocar una revolución y establecer un nuevo dogma, y a veces hay una intención tiránica en esto, o termina habiéndola irremediablemente. Las terminologías basadas en nuevos usos para viejas palabras de algunas ideologías, por este motivo, deben ser revisadas y quizá necesiten de nuevas palabras (significantes) para poder sobrevivir. Desde luego las necesitan para evolucionar, para no quedarse siempre en el mismo marco, porque cuando fueron iniciadas la realidad era distinta a la realidad posterior. Por ejemplo, la palabra "liberal" quizá haya sido la más castigada: antiguamente era sinónimo de generoso y después, a principios del siglo XIX, fue usada en España para designar a la facción de política de quienes "siempre llevaban el nombre de libertad en los labios" (4); después fue usada como sinónimo de tolerante, después para designar a una nueva especie de libertinos (acerca de sus prácticas sexuales liberales) y a día de hoy es usada para identificar a los partidarios del capitalismo según las ideas de Friedrich Hayek (rechazan al fascismo y al comunismo) o para identificar a los extremistas capitalistas o "anarcocapitalistas", que dicen profesar el "libertarismo" (ideología del siglo XIX que no es la liberal ni se inicia en España). En este último caso quizá sí hiciera falta que cada una de estas variedades expuestas tuviera su propio nombre, pero la evocación de la libertad es un gran reclamo, y por escoger este reclamo han creado confusión y recelo, porque cuando se habla de liberales no se sabe muy bien si son políticos ilustrados, partidarios del libre comercio o personas que participan en orgías sexuales. Inventar palabras nuevas es bueno para evitar confusiones.

 

 Otro ejemplo sería "verde" como sinónimo de "ecológico". Al darle ese uso al adjetivo "verde" se entra en el campo semántico de la ideología ecologista y se asumen políticas ecologistas, aunque lo haga alguien que se enfrente a ellas. Quien hace ese uso de la palabra "verde" cae en la trampa sin remedio. George Lakoff tenía razón.

 

 Pero inventar palabras nuevas es muy complicado. Para facilitar la tarea usamos raíces que provienen de lenguas muertas como el latín, el griego, el sánscrito o la que sea. También puede recurrirse a palabras de lenguas asiáticas o americanas precolombinas o a cualquier personaje mitológico (sería el caso de la palabra "selenita"). Es una forma válida de hacerlo. También podríamos convertirnos en seres humanos primitivos y volver a dar nombre a las cosas, nombres que nunca antes se hayan oído o de los que en ninguna cultura se tenga constancia. Sería la manera absolutamente válida de enriquecer el léxico.

 Crear una nueva gramática también sería muy difícil y sería imposible implantarla en una cultura, porque nadie entendería ese lenguaje. Crear un nuevo lenguaje con una gramática y un léxico nuevos sería algo que sólo tendría sentido si queremos desarrollar inteligencias artificiales y hacer que ellas manejen ese lenguaje único, pero como ya sabemos las máquinas no pueden imaginar, no tienen intuición y algo como un lenguaje perfecto, una lengua de los dioses, sólo tendría sentido si lo utilizan seres verdaderamente inteligentes, o en todo caso los seres humanos, que tenemos intuición. Podría ser esta la lengua de una nueva comunidad de sabios, pero tal planteamiento es una quimera. De momento tendremos que conformarnos con los idiomas que tenemos.

 Quizá nuestras gramáticas y los léxicos puedan evolucionar hacia un lenguaje perfecto, pero eso no lo veremos todavía. Lo que sí podemos hacer es inventar nuevas palabras o símbolos para nuevos conceptos. Los sistemas de pensamiento se suceden a lo largo de la historia y no debemos imponer ninguno, porque esa imposición determinará nuestro futuro y sería una imprudencia. Lo mejor es comprender qué pensaban nuestros antepasados y no pisar sus ideas imponiendo las nuestras del presente ni pretender que nuestro sistema modele el futuro, porque el futuro es todo aquello que nos queda por descubrir. Me niego a creer que ya no haya nada nuevo por descubrir. En todo caso, a falta de un nuevo idioma maravilloso, lo que tenemos que hacer es usar cada vez mejor el idioma que tenemos (que tenga cada uno) y explicarse lo mejor posible, para dar a los demás la oportunidad de que discutan nuestras ideas. Me parece lo más ético. Para esto hay que intentar utilizar la acepción más aceptada (fuera de las ideologías) para las palabras, para que no haya confusión sobre a qué se refieren. Me parece lo más correcto en cualquier caso, aunque a veces no sea fácil hacerlo así, porque hay palabras muy maleadas (por ejemplo "liberal").

 No se puede pretender que el pueblo aprenda si le resulta imposible entender las enseñanzas. No se puede pretender que haya entendimiento entre las personas que componen la sociedad si cada facción utiliza su propio lenguaje. Y las palabras que usamos, el significado que les damos y los temas que se amplifican interesadamente, difundidos masivamente por medios tecnológicos, determinan el pensamiento de una época, no sólo el popular, también el político o el académico. Y eso tiene consecuencias reales, tanto en lo espiritual como en lo material. Los memes y los memes generados y filtrados con la IA y la difusión masiva enturbian el pensamiento colectivo y lo dirigen a sumideros intelectuales y morales. Algunas expresiones, analizadas en líneas hacia el futuro, acaban mal. Sería el caso de algunas consignas políticas, de la propaganda emocional, de los comentarios cínicos o difamatorios en los periódicos, etcétera. Sólo hay que llevar hasta el final esas ideas, en nuestra mente, y acabarán reducidas a algún absurdo inmoral. En la vida real acaban mal y sobre el papel también acaban mal. Y esto último es tema para otra ocasión, pero es bueno tenerlo en cuenta.


Ernesto García-Testón Gómez a 29 de abril de 2025.




(1) La palabra psicología la usó por primera vez el poeta Marko Marulić en su obra "Psichiologia de ratione animae humanae" en el siglo XVI. Eso dice Wikipedia.
(2) "Género" sería originalmente un sinónimo de "tipo" (lo sigue siendo), pero desde el siglo XIX las ciencias sociales y la antropología empiezan a distinguir entre sexo e identidad sexual. Después aparece el concepto de "rol de género" (Margaret Mead y John Money). Se separan así el sexo del género, lo que ha dado lugar a que se considere mujer a alguien que no ha nacido hembra. Esto es controvertido. Calamity Jane era heterosexual e incluso estaba  casada, pero aumía roles masculinos; hay hombres que practican profesiones tradicionalmente femeninas e incluso tienen maneras femeninas, asumiendo roles de género, pero son hombres; incluso ser homosexual no es dejar de ser hombre o mujer. Hay mucha controversia son esto, pero lo importante es saber que el sexo y el género son conceptos diferentes, aunque en la práctica suelen ir unidos. Y hay algo importante a tener en cuenta: la sociedad funciona gracias a que hay dos géneros, masculino y femenino, y quienes desean "transicionar" se adscriben a uno u otro. Se trató de establecer la existencia de 143 géneros, pero sólo hay dos, masculino y femenino, con independencia del sexo, como concepto. Esto es controvertido y es confuso, por la reasignación de significados a significantes ya conocidos.
(3) Kant, en el prólogo de la "Crítica de la razón práctica", explica que él trata de inventar una nueva forma de hablar para poder alcanzar nuevos conceptos muy complejos. No lo consigue, porque usa palabras que ya existían, de ningún modo es otro idioma nuevo. Posiblemente usara un lenguaje críptico para ocultar sus ideas, pero en sus discursos y opúsculos políticos se expresa muy bien. De todas formas, leer las críticas de Kant es muy engorroso, son difíciles de entender y sigue sin estar claro por completo qué trataba de decir. El caso de Freud es diferente, él crea una ideología en la que utiliza nuevos significados dentro de viejos significantes, pero es dogmático y todo lo basa en el principio de libido. La confusión de términos sirve para evitar que se rebatan tus ideas, sirve al dogmatismo. Y curiosamente, la palabra que siempre asociamos a Freud y la que ha tenido éxito a lo largo del tiempo como transmisora de un concepto concreto es "psicoanálisis", una palabra nueva en su momento. Sospecho que el aparente triunfo de las ideas de determinados pensadores se debe más a la deliberada imposición por determinados colectivos que a una aceptación real dentro de las culturas, de la cultura occidental incluso. En todo caso ya es sabido que el empleo de un determinado lenguaje supone la diferenciación de estatus y un rasgo identitario. Esto se ha visto en el nuevo lenguaje que la izquierda norteamericana ha querido imponer (es algo que se ha extendido por todo Occidente). Aunque sí han creado nuevas palabras como "homofobia", han usado otras ya existentes como "transición": la primera no causa confusión y se ha establecido en el vocabulario, pero la segunda genera confusión y enfado, no sólo por motivos identitarios, también porque se usurpa el significado que la mayoría de la gente da a esa palabra.
(4) Marcelino Meléndez Pelayo en "Historia de los heterodoxos españoles".

 

 

 

Ernesto García-Testón Gómez 2025.

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No se autoriza la alteración del documento ni su uso lucrativo.



viernes, 18 de abril de 2025

La posverdad y el lenguaje del simulacro.



Señalización de neón púrpura de Don't Just Exist encendida

Foto de Jan KIM en Unsplash

 

 La palabra "posverdad" (post truth) fue inventada por la facción sociopolítica del Partido Demócrata en los años 90 (1) para criticar a los gobiernos de Reagan y Bush en el Irán-Contra y la Guerra del Golfo, respectivamente. Después crearon los verificadores de noticias (2), para desmontar la tendencia de sus oponentes republicanos, en el contexto de la crisis de 2007. En 2008 aparece Bitcoin.

 Después vino Obama, que se hizo presidente gracias a Facebook (3), que utilizó las redes sociales para hacer estallar la "Primavera Árabe", lo que propició que se extendiera el islamismo radical. Y propició que estas empresas tecnológicas se hicieran inmensas y dominaran el mundo. La Primavera Árabe fue en 2011, como el 15M. En 2014 aparece Ethereum, a partir de una empresa de capitalización colectiva radicada en el Reino Unido y se lanza en 2015 (4).

 Después del 15M hubo un auge de la charla filosófica en las redes sociales, dominada por el "mainstream" (5), aunque esto ha sido bueno, porque nos obligó a estudiar sobre estas cosas y ha generado contestación. Pero lo que se ha producido es confusión epistemológica y enfrentamiento entre sistemas de pensamiento. Y la confusión es perfecta para seguir introduciéndonos en esa manera de hablar (confusa) a base de neologismos (como "posverdad") que pretenden configurar nuestra forma de pensar y la generación de un lenguaje adecuado a las ideas de la nueva izquierda norteamericana. Esto se pensó así desde el principio, pero no ha resultado como se pretendía, veamos por qué:

 Esto son ideas de lingüistas como Chomsky y Lakoff, que son de la Generación Silenciosa -tienen más de 80 años, me gustaría saber qué aporte de tal calado (aunque sea malo) idearon los "boomer"(6)-. La idea es crear un léxico a partir del cual generar lenguaje (7)(pensamiento) políticamente correcto, lo cual es bueno para ellos en unas elecciones, porque los votantes piensan dentro de ese marco conceptual y comparten unas creencias. La idea era esa.

 Pero como digo, no ha funcionado como ellos querían: la verdadera izquierda nunca tuvo el poder y se está invirtiendo el efecto. ¿Por qué? Por que esta idea la han utilizado varias escuelas de pensamiento: la izquierda del Partido Demócrata, Woke, la izquierda marxista, el feminismo, el activismo LGBT, los animalistas, etcétera. Ellos mismos se han aislado en su propio campo semántico, que han ido complicando cada vez más. Chomsky y Lakoff se expresan muy bien, pero sus adoradores no. Son como de otro planeta, nadie les entiende. Y en política se han alejado tanto de los problemas reales del Estado y de su población que han resultado disfuncionales. Al enfrentamiento entre escuelas de pensamiento sumamos esta "neolengua" y que las palabras, por medio de la política y la promulgación de leyes, tienen efectos negativos en la realidad; efectos negativos que explican en "neolengua" cuando mucha gente se enfada, lo que no arregla nada. ¿Me entienden?

 Aquí se cierra el círculo vicioso, viéndose que la "posverdad" empieza por quienes inventaron esta palabra, aunque la derecha norteamericana haya usado trucos sucios y finalmente les haya vencido usando sus propias armas. Este nuevo léxico de neologismos y resignificaciones ha creado el lenguaje para un simulacro de Baudrillard (8), y otro de los efectos que se han producido es la sensación de haber perdido la noción de la realidad y la desconfianza en la política y en las instituciones ha aumentado (como es lógico). Es decir, han creado una forma de hablar para un simulacro, para un mundo virtual que no es el real. Esto es algo que ha contribuido a debilitar los sistemas democráticos, porque ni las ideas ni los objetivos de nuestras democracias están claros últimamente.

 Estos lingüistas tan inteligentes tenían razón, una nueva forma de hablar cambiaría el mundo, pero no han controlado el efecto de esto. "En el principio era el verbo" (Juan 1:1), dice La Biblia, y estos no creen en Dios, pero se creen mejor que Él (con perdón).

 Termino ya. No os dejéis llevar por el engaño ni por la soberbia de estos genios. Sed fieles a vuestro sistema de pensamiento y hablad como os guste. Sed comprensivos con quienes no piensen como vosotros. Quereos mucho y abrazad una saludable y verdadera diversidad. Adiós.


Ernesto García-Testón Gómez a 18 de abril de 2025.


 

Notas:

1 "Qué significa y de dónde viene el término «posverdad»" https://www.fundeu.es/noticia/que-significa-y-de-donde-viene-el-termino-posverdad/ 

2 Politifact es de 2010 y Snopes de 2015, principales verificadores de noticias (fact-checking) tal y como los hemos conocido desde 2010. Ambos son afines a la izquierda (Partido Demócrata). Politifact tiene detrás al Times y al Instituto Poynter. Snopes está más localizado en Los Ángeles, California, y parece más independiente. Actualmente, el Intituto Poynter (Politifact) participa, junto a La Sexta y otros medios, en la verificación de noticias en España, con autorización del Estado español. https://www.lasexta.com/programas/el-objetivo/noticias/objetivo-ana-pastor-primer-equipo-espanol-miembro-international-factchecking-network_20170623594cedc10cf293cba82abb6f.html

3 La semana siguiente a la manifestación de la Plaza Tahrir, Obama se reunió en privado con los CEOs y dueños de las principales empresas tecnológicas. Noticia de Expansión México: https://expansion.mx/tecnologia/2011/02/18/fotografia-muestra-a-obama-comiendo-con-steve-jobs-y-mark-zuckerberg

4 La empresa de capitalización de Ethereum antes del lanzamiento (se llamaba así, Ethereum) ya no existe. Digamos que funcionaba como una "nube" financiera en la que se metía divisa y se intercambiaba Ethereum, hasta que alcanzó cierto volumen de negocio y se lanzó, quedando en funcionamiento la plataforma informática de intercambio de criptomoneda:
https://blog.ethereum.org/2015/07/30/ethereum-launches

 Sería interesante saber de dónde salió tanta pasta -a día de hoy tiene un capitalización global de 195.545.412.950 US$- y quiénes se han beneficiado más con esto. Bitcoin tiene una capitalización de 1,932T, 9,9 veces más que Ethereum, si se expresa en medida americana, trillions, que serían billones europeos. Es mucho dinero dedicado a esas criptomonedas, 1,25 veces más que todo el PIB de España (más o menos).

5 A fecha de hoy, 18 de abril de 2025, Viernes Santo, si "gugleáis" (con Google) "el filósofo del 15M" os aparece en primer lugar el nombre de Ernesto Castro. No voy a juzgar este fenómeno.

6  El mundo que conocemos se hizo para los boomers y sus descendientes (X, Y y Z), incluso los movimientos sociales que conocemos no son nuevos, si acaso han evolucionado (no tanto como puede parecer). Esta etapa histórica acaba ya. Estamos en una transición, según veo yo.

7 Teoría de la gramática generativa de Noam Chomsky y teoría del pensamiento metafórico de George Lakoff y Mark L. Johnson. Lakoff se ha basado en su trabajo sobre la metáfora ("Metaphors We Live By") para después analizar cómo entendemos el mundo y cómo se establece un pensamiento metafórico común. Fue quien dijo aquello de "no pienses en un elefante", es el título de uno de sus libros, sobre el establecimiento de marcos metafóricos y su efecto en la vida política. "«No pienses en un elefante». Si mantienes su lenguaje y su marco, y te limitas a argumentar en contra, pierdes tú, porque refuerzas su marco", dice. El elefante es el emblema del Partido Republicano. Chomsky desarrolló una teoría brillante, que ha contribuido, por ejemplo, a la creación de los LLMs (el trabajo en lingüística ha sido muy importante en el desarrollo de la IA) y Lakoff se dedicó a estudiar el lenguaje metafórico y creyó que podía torcerlo, en favor del Partido Demócrata.

8 Baudrillard concibió un simulacro capitalista de la sociedad de consumo (gran parte de razón tenía), pero se ha creado otro más complejo, con más componentes (Baudrillard se murió en 2007). Baudrillard criticó el pensamiento marxista de su época y trató el tema de la "posverdad" cuando la Guerra del Golfo, a principios de los 90. Y su teoría del simulacro no es de una sola dirección, la realidad es demasiado grande como para poder dominarla.

 

Hilo en Twitter de 18 de abril de 2025 usado para redactar este breve artículo: htthttps://x.com/ideascreacion24/status/191314211296445662

 

 

 

Ernesto García-Testón Gómez 2025.

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miércoles, 29 de enero de 2025

Una breve exploración en la música pop actual, primera parte.

 

Concert in Ohio. Selection from 'Whoop-Whoop' artist's book by Daniel D. Teoli Jr. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Concert_in_Ohio_.jpg

 

 

Las preguntas de por qué es tan mala la música pop actual o por qué no aparece nada nuevo y bueno son recurrentes, y son gancho para canales sobre este tema, como el de RickBeato y otros. Para las personas mayores de 40 años, la música ha sido importante en nuestras vidas. Hemos disfrutado de una música popular bastante buena y muy estimulante. Pero ahora, la música popular tiene composiciones pobres, es repetitiva y no innova más allá de que a algún chaval haya descubierto un sonido nuevo con el VirtualDJ, ProTools o algún otro software de edición musical. Sigue habiendo rock y virtuosismo sudoroso en los escenarios, pero esto no es nuevo. La música no está caracterizando ningún cambio cultural. Ninguna otra arte parece estar haciéndolo. Tanto los mercados como los estados han creado una sociedad que no innova estéticamente ni innova verdaderamente en nada, como consecuencia: la estética es algo esencial para la sociedad, el sentido estético general de la sociedad. Tomaré la música pop como referencia para analizar esta falta de innovación.

 

Dejaré de lado el tema de la SGAE, institución que coarta y determina la creación musical en España. Haré como si no existiera. Ojalá no existiera o que existiera de otra manera. Pero este es otro tema.


Seamos optimistas: ¿qué buena música se está haciendo? Hay buenos interpretes, Youtube está lleno de virtuosos y talentosos músicos jóvenes (como el hijo de Rick Beato), pero estos siempre hacen lo mismo, conservan lo que ya hay, ya sea música clásica, rock, rap o lo que sea. Y en el marco comercial que tiene ahora la música ya no hay bandas como las de antes, es decir, grupos como The Rolling Stones o como Nirvana. Sí las hay, pero no hay nicho para esto sino para estrellas generadas por las grandes discográficas que se acompañan de grupos profesionales, que tocan canciones compuestas por otros, cuyas canciones son retocadas por arreglistas profesionales (y menos mal) y cuyas voces son mejoradas con software de proceso instantáneo de audio (el Autotune). Hay montones de bandas y de solistas (con su banda) muy buenos, de todos los estilos conocidos e incluso creando estilos nuevos, pero no son números uno y se pierden en el maremagnum de las redes sociales y las plataformas de streaming. Son ruido, por muy buena música que hagan.


Y hay otra pregunta: ¿se está experimentando? Los espacios para vivir y para trabajar son cada vez más caros y más escasos. Este es otro factor más para que las bandas de amigos no puedan proliferar con tanta facilidad. En EEUU, el auge económico que vino tras la Segunda Guerra Mundial consolidó la clase media y los hijos nacidos de ella podían comprar discos, comprar instrumentos musicales y podían ensayar en sus casas o en locales baratos. Esto es algo que se puede ver en la película "El mundo de Wayne", en la que unos chavales de clase media emitían un canal pirata de televisión y tocaban música en directo con sus propios medios. Esto era real, podía hacerse, a pesar de la idealización de la película. Ahora ya no es tan fácil hacer esto y lo que sí se puede hacer es un trabajo más minimalista, en una habitación y con un ordenador personal. Y los chavales ya no compran discos sino que consumen por muy poco dinero o gratis miles de canciones a su disposición, sin apasionamiento ninguno. Y es por esto que, para muchos, sus ídolos sigan siendo las grandes estrellas del pasado, porque son muy buenos (mejores que los de ahora) y porque siguen dominando el mercado, aunque algunos tengan más de ochenta años ya (el caso de The Rolling Stones, por ejemplo). Pero tengamos cuidado al tratar el tema de la edad.

 

 

 El problema del edadismo.


"Por dentro, no tenemos edad... y cuando hablamos con nosotros mismos, tenemos la misma edad que la persona con la que hablábamos cuando éramos pequeños. Es el cuerpo el que está cambiando alrededor de ese centro sin edad".

David Lynch (1946-2025).



Voy a desarrollar una reducción al absurdo, una pequeña trampa, para que veamos el problema de edadismo. Definiré lo que en principio estoy buscando (algo absurdo):

1.- Bandas cuyos integrantes tengan entre 16 y 33 años.

2.- Que hagan algo nuevo y bueno, entendiendo lo nuevo como una fusión evolucionada de algo verdaderamente nuevo y un estilo ya existente.

3.- Que tengan espacios de experimentación sin control institucional (pueden ser institucionales, pero no se controla lo que hacen) y que utilicen instrumentos nuevos o inusuales o utilicen los ya conocidos de manera inusual.


Me llama la atención la banda japonesa "Electrónicos Fantásticos!", aunque sus miembros ya exceden de los 33, pero no mucho. Es una banda de 2015 que son un grupo homogéneo con lazos personales, que tienen su espacio de trabajo y que utilizan instrumentos electrónicos fabricados por ellos mismos (es un DIY o "do it yourself" avanzado). Su estilo puede calificarse de cyberpunk y fusión con estilos japoneses tradicionales y pop. Son realmente buenos, no trabajan con subvención pública, pero animan las convenciones tecnológicas, porque su estética es adecuada para las marcas japonesas. Japón tiene grupos muy buenos. Me gustan Band-Maid, que tienen todas sus integrantes unos 30 años. Hay buenas bandas en Japón.


La música electrónica es importante en este asunto, porque fue el mar de fondo de los años 90 y porque el rock sinfónico o progresivo evoluciona desde Pink Floid y Frank Zappa y este estilo sigue siendo influyente hoy en día entre diversas bandas, pero todas de los 90 o de principios de los 2000. Muchos superan la cincuentena ya, como mínimo.

 

Tiene que haber más bandas innovadoras. Esto me sugiere que la fusión es lo que necesitamos para encontrar un nuevo y bueno estilo, ¿y quiénes hacen fusión? Pues los músicos de jazz. Pero hay un problema: el jazz no está teniendo éxito entre los jóvenes, aunque cada vez parece haber más jóvenes virtuosos. El punk ya no impacta a nadie, porque está muy visto, porque su técnica es para alcornoques y porque ahora no se consumen tantas drogas (afortunadamente). Se conocen mejor las técnicas y la disponibilidad de la música es enorme, por lo que sólo tenemos que elegir el estilo que más nos guste y tocar así. Hay miles de tutoriales en YouTube, para todos los gustos. Antes se repetía más un mismo ejercicio y se variaba a partir del propio proceso mental de cada uno, paro ahora hay tanta variedad y tanto material audiovisual a nuestra disposición que es difícil aburrirse del proceso de aprendizaje y más difícil aún crear algo que no se haya inventado antes.

 

Por todo esto es necesario que hayan bandas con espacios propios (aunque sean cedidos), con material propio (DIY) y que experimenten intentando huir de influencias directas (aunque las influencias son inevitables y son necesarias).

 

¿Qué hay en el jazz? Pues claro, debe haber innovación en el jazz, el género de la improvisación, pero es un estilo de adultos, que cultivan estilos pasados. Quizá haya que subir el rango de edad de 16 a 45 años (Emmet Cohen tiene 34 años, por ejemplo). Pero lo que es necesario, por encima de otra consideración, es el afán por crear algo nuevo, y la experimentación. Y las personas mayores también quieren experimentar y crear cosas nuevas. Yo mismo, que estoy escribiendo esto, voy a cumplir 50 años en este 2025, y siempre he tenido y mantengo el afán por encontrar nuevas formas de expresión, nuevas estéticas y nuevos y mejores estilos de vida. Por este motivo, no podemos excluir a nadie por su edad. Y tengamos en cuenta que la innovación se nutre de lo pasado también, y por este motivo tampoco podemos excluir a los mayores de 36 de un proceso universal y no artificial de innovación artística. Nosotros los "senior" también estamos en esto.


Salgamos del pozo que es el absurdo de la segregación por edad...


Uno de los grandes errores que comete la Administración es la de segregar a la población por franjas de edad. Por ejemplo, dan ayudas para vivienda a jóvenes menores de 36 y para mayores de 65, suponiendo que la población con edades entre 36 y 65 años no tienen problemas de vivienda, pero dan ayudas a los parados mayores de 45 años, que tienen más problemas para encontrar trabajo... Es absurdo, hay muchos ejemplo así.


En el caso de las ayudas a la cultura, no ya los mayores de 36, sino los mayores de 27 años quedan excluidos de muchas ayudas y actividades, cuando sería enriquecedor que todo el mundo participara en esto. Y además no funciona, porque lo que se transmite como cultura no sé muy bien qué es; desde luego, es político, en muchas ocasiones, y transmite las extravagancias que padecemos en esta época (no voy a hablar de esto). Los jóvenes no aprenden nada interesante, como digo, y las personas mayores de 27 años son excluidas de muchos espacios, repito. Por ejemplo, actualmente resulta incomodo ir a una biblioteca, porque está llena de adolescentes y a estos no les gusta que haya viejos por allí, mucho menos si son hombres, por cierto. No sólo no se transmite verdadera cultura, propia ni de ninguna otra parte del mundo, sino que se ha creado un ambiente que impide la innovación y que expulsa a las personas mayores. Se ha creado una cámara de eco para la fatuidad adolescente, fatuidad de adolescentes actuales, alcornoques. Y estos alcornoques aprenden poquito con esto, por cierto. Yo lo sé porque he sido adolescente y porque estos planteamientos se vienen desarrollando desde hace mucho. Yo, como adolescente, fui víctima de esto.


Por supuesto, llega un momento en el que las estructuras y las reglas que se crearon hace tiempo son mantenidas por los ancianos que ostentan el verdadero poder y que impiden la innovación, por lo que el relevo generacional se hace necesario, ¿pero creéis que los cargos públicos y los catedráticos van a renunciar a sus prerrogativas? Jamás lo hacen. Y se da la paradoja de que son ellos -¡oh, genios de la pedagogía!- los que han creado la cámara de eco adolescente... Se establece un círculo vicioso.

 

Pero volvamos al tema principal ¿Cómo podemos rastrear la verdadera innovación o cómo podemos provocarla? Rastrearlo es muy difícil. Se puede encontrar algo nuevo y bueno pero de ninguna manera podemos asegurar que vaya a tener éxito, pero eso da igual, porque el éxito es algo que ahora sólo es posible dentro del conglomerado de corporaciones que dominan el mercado de la música. En cuanto a si se puede provocar, pues se puede crear un espacio para que se dé la TAZ.



La TAZ.


La TAZ no se planea, la TAZ sucede (1). Lo único que podemos hacer es disponer un espacio y medios para que los artistas experimenten y desarrollen su producción. Y esto se puede aplicar a las artes plásticas, las escénicas o la música. Por supuesto, debes indicarles cómo se hacen bien las cosas o qué errores cometen, pero no censurarles ni someterles a imposiciones políticas. Lo explico.


Actualmente se subvenciona arte que viene de la academia y arte comprometido con la política del poder. Los espacios son limitados y las adjudicaciones van dotadas de becas económicas para los agraciados, y no me refiero a conservatorios ni escuelas de bellas artes que bequen a virtuosos sino a espacios políticos y a becarios (no a becados). Esto es absolutamente equivocado y no puede generar innovación. Lo que hay que hacer es disponer espacio de trabajo sobrado para toda la comunidad artística, académica o no, y disponer espacios de venta, mercados o galerías, para los artistas. En el caso de la literatura, se puede disponer un espacio virtual para la distribución online de las obras. Se trataría simplemente de darles espacios para trabajar libremente, dotados de lo mínimo, como electricidad, servicios higiénicos e Internet, y nada más, que el dinero lo ganen ellos. Se trataría de crear una comunidad artística y darles lo mínimo para darse a conocer e interactuar con el público, en vivo y online. En este caso, el espacio físico de trabajo es fundamental, para generar auténticas comunidades, pero el espacio virtual es tan barato que no debemos renunciar a el, ¿no es cierto? Pero hay que tener cuidado con el espacio virtual, porque la cámara de eco de la fatuidad adolescente actúa aquí con mucho poder. Hay espacios virtuales exclusivos.

 

En España, en la actualidad, existen miles de espacios para formación artística y exposición de obras de arte (2), pero se prohíbe vender. Y no son espacios dinámicos, algunos son pequeños museos de arte contemporáneo, en pueblos de 5000 habitantes, donde las obras son elegidas por el poder político (Ministerio de Cultura, delegaciones, concejalías, etcétera). Esto es un error por muchos motivos: porque se hace en localidades pequeñas y la afluencia de público desaparece dos días después de la inauguración (no hay público suficiente en esos entornos); porque las obras son, en la mayoría de los casos, obsoletas o mediocres y carecen de interés; porque la selección de las obras es política y en muchas ocasiones el artista pertenece a la red de clientela política. Por supuesto, debe haber museos, pero eso es para un arte ya pasado. Si el arte llamado de vanguardia está en estos centros museísticos, no es vanguardia. De hecho, lo que llamamos arte contemporáneo debería llamarse de otra manera, porque se trata de arte que se produjo hace ya más de un siglo, bueno para museos, desde luego, y para ser estudiado en la academia, pero no como ejemplo de la vanguardia actual (fue vanguardia hace un siglo). Es una memez llamarlo así, vanguardia. No es vanguardia. La verdadera vanguardia no existe todavía, se está creando ahora mismo.


Para que se dé la TAZ y de ella surja algo nuevo y bueno, simplemente se trataría, como expliqué antes, de ceder espacios públicos con las instalaciones mínimas para que los artistas trabajen allí en horario comercial y administrativo, desarrollando su música o cualquier otro arte. Podrían ser espacios multidisciplinares con cubículos dotados de tomas de corriente e iluminación cenital y zonas comunes con mesas y conexión Wi-Fi, con un aforo suficiente para la comunidad a la que sirva. Aquí se podrían reunir y mostrarse al público pintores, escultores, músicos y escritores, todos juntos. Y debe estar permitido vender, ¿por qué no?

 

Esto es algo que se puede disponer en grandes ciudades o en pueblos y sería barato. La TAZ es barata. De hecho, este concepto de TAZ está ligado al movimiento hacker, a los okupas y a la cultura underground, no puede ser otra cosa que barato. Lo que caracterizaba a estos movimientos es el empeño de los artistas por hacer su arte, por ser vanguardia y por relacionarse en una comunidad, a pesar de la oposición de la autoridad incluso, en una época en la que había locales (tugurios) disponibles para hacerlo. Ahora los locales son caros y el gasto público es enorme (y hay mucha corrupción), por eso hay museos de arte contemporáneo en localidades de 5000 habitantes. Yo creo que debe cambiar el rumbo de las políticas de cultura. Sería mucho más barato crear estos espacios para que la gente pueda allí pintar, escribir o interpretar música con libertad que hacer lo que están haciendo ahora, en mi humilde opinión (sin dejar los cursos, por supuesto).


Esta es mi propuesta, crear espacios públicos para que se dé la TAZ. Yo creo que es barato, sólo hace falta el local, que paguen la luz, el agua y que pongan papel higiénico en los retretes, aunque siempre habrá alguien que lo robe para llevárselo a su casa. El papel del gestor cultural sería orientar, en base a su mayor conocimiento, y cuidar que haya un ambiente de seriedad mínimo.


 

Una exploración en la música pop actual.


Estoy buscando un nuevo estilo pop. Todo nuevo estilo aparece por fusión de estilos o géneros. El ritmo predominante ahora es de 60 BPM ( _ _ / _ _ ), sonido electrónico, percusión electrónica, Autotune y "brilli-brilli" que taladra el lóbulo temporal. Es insoportable. El rock va a 120 BPM (._.._/._.._), más rápido, con variaciones y solos de batería y todas esas cosas que nos gustan. El punk es igual que el rock, pero más rápido y con mucho bombo. El grunge se parece más a lo que busco: 120 BPM (.._/.._) con variaciones y cosas chulas, como el rock... Bueno, pues todo esto da igual. Digamos que el ritmo que manda ahora es el trap, a 60 BPM de máquina, sonidos caramelo y voces tuneadas, es decir, que la música da igual, lo importante es la propuesta estética general. Y podríamos pensar que esto se puede combatir insultándoles, pero no se puede, porque es una estética gansteril, erotizada, bastante agresiva, basada en la arrogancia juvenil. En realidad, la arrogancia juvenil siempre fue lo importante, y el sexo, pero antes la gente tenía vergüenza y se nos ofrecía algo de mejor calidad, aparte de que no había la tecnología que hay ahora y tenían que saber tocar.


Yo no sé música, salvo rasguear un poco la guitarra de oído y canturrear, así que saber que la música es lo de menos simplifica algo mi tarea. Voy a dar por sobreentendido que se necesitan talento y belleza (otras de mis carencias). Entonces, lo que mueve a estos artistas no es necesariamente la invención de un nuevo ritmo sino una inquietud estética. Y la inquietud estética de la música pop la provocan la formación estética y la rebeldía. Por eso la música actual es tan mala, porque la formación estética es pobre y porque no hay rebeldes: todos quieren un cochazo, follar mucho y una casa con piscina. El neoliberalismo dejó en coma a la poesía en 1981. Ha habido paréntesis notables, como el grunge, pero después, esa rebeldía se volvió políticamente correcta y todos los rebeldes decían lo mismo: todo era una cámara de eco de la corrección, del nuevo moralismo, y después, woke. Lo único bueno es que ya no se toman tantas drogas como antes (pero la noche es joven). La única manera de que vuelva a haber rebeldes genuinos y originales es dejar de machacar a la juventud con la cultura oficialista, mejorar el sistema educativo, dejar de segmentar por edades la sociedad y una política de expropiaciones masivas, para que disponer de viviendas y locales vuelva a ser barato. El mercado inmobiliario debe morir... Esto último es broma, pero me encantaría que sucediera.


Adivinar qué se va a poner de moda ni mucho menos adivinar qué va a consolidarse como un género es imposible. Pero si desde hace un cuarto de siglo la música mainstream ha ido bajando de calidad es porque nadie la rechaza. Ya di una sugerencia sobre cómo crear espacios de creación. Si observamos la aparición del grunge, este se dio en un estado de EEUU con poca población, un clima horrible, volcanes, bosques de secuoyas y consumo de alcohol y drogas en grandes cantidades. En Seattle se creó un microclima donde creció algo grande. Si observamos la cultura underground, también hay cierto grado de aislamiento en locales concretos y en zonas concretas, y sus miembros se esforzaban por ser originales, con los medios de entonces (tenías que hacerlo todo en modo manual). Así que no voy a buscar un nuevo estilo que se esté emitiendo por los canales habituales, voy a buscar grupos aislados que estén desarrollando su arte y su música sin subvención pública y sin influencia directa de las multinacionales ni grupos mediáticos que dominan estos mercados. Esta va a ser la parte más difícil de mi estudio y no sé cuánto tiempo me va a llevar, porque no ya entro en territorio desconocido sino que debo descubrir un territorio desconocido en un mundo que parece estar todo él a la vista, y tendré que moverme en una franja de la sociedad que es liminal si no marginal. Más difícil aún será llegar a grupos elitistas, que también están aparte y desprecian (que no se rebelan contra el) el mundo sobre el que están encima.


Recapitulo, resumo y concreto: voy a buscar en una zona insospechada a un grupo aislado y rebelde de personas que estén haciendo algo bueno y que, por tratarse de rebeldes, se apartan a toda costa de la estética comercial y buscan algo genuino y original. La segunda parte de este ensayo va a tardar en llegar: será el relato y descripción de lo que haya encontrado.




Ernesto García-Testón Gómez a 29 de enero de 2025.







Notas:

(1) Esto es de Hakim Bey, Peter Lamborn Wilson, pero no recuerdo si es de su libro "La zona temporalmente autónoma" (TAZ) o si es algo que dijo en una entrevista, pero define una de las características esenciales de la TAZ, la imprevisibilidad.

(2) Como digo, en cualquier municipio que tenga alguna entidad se pueden encontrar actividades de formación artística o laboral (gratuitas o muy baratas), pero es raro encontrar mercados de arte (en Conil hay uno, por citar una localidad pequeña) o espacios para trabajo y experimentación donde se pueda vender la producción. Hay muy pocos y los participantes actúan individualmente y dependientes del municipio, que les cede el espacio o se lo alquila por muy poco dinero. Es el caso del Zoco de Artesanía de Jerez de la Frontera o de la Lonja de Artesanía de Sevilla, que están pensados para los turistas, pero no son precisamente lugares donde se pueda trabajar y experimentar ni desarrollar un colectivo artístico. Eso sí, hay que reconocer que hay una gran red de locales destinados a actividades culturales.



Algunos grupos y solistas que he escuchado mientras escribía este ensayo:

 

Red Hot Chili Peppers, Rage Against the machine, Ataxia (se parece a Nirvana), The Mars Volta, Suzanne Ciani, Electronicos fantasticos!, Riverside, Pattern-Seeking Animals, Skrillex, Yerai Cortés, Frank Zappa, Nirvana, Jimi Hendrix, Electric Callboy, Tool, Skunk Anansie, Band-Maid, Gogol Bordello, Guerilla Toss, Tricky (sello False Idols), Speed, Leningrad Cowboys y los Red Elvises, entre muchos otros.

 

 

 





Ernesto García-Testón Gómez 2025.

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domingo, 12 de enero de 2025

La cultura del colapso demográfico.

 


 

 *

 Los diseñadores de la nueva humanidad son Victor Frankenstein y nosotros somos sus monstruos. Yo soy un monstruo como el de Frankenstein y mis quejas son muy parecidas a las que Mary Shelley puso en boca de este su personaje.

*

 

Hace 60 años, la oligarquía gringa decidió frenar la natalidad. Se impuso un modelo de sociedad consumista con un estándar muy alto para crear una familia. Y llegó a Europa. Y ahora, los del dinero quieren subir la natalidad... Pues van a tener que renunciar a ganar tanta pasta. Tendrá que venir un nuevo periodo de intervención suave y de promoción de viviendas sociales. Esto lo explicaré un poco después.

 Como digo, hubo un proceso de cambio social, y este cambio social se caracterizó por diversas manifestaciones culturales. Hay una fase previa, la posterior a la Segunda Guerra Mundial (en España nuestra posguerra), que en Estados Unidos se caracteriza por el auge del rock'n'roll y el pop. La buena música fue empeorando en los años 90. Ahora es bastante mala, la popular. Aquí hay fases: beatniks, hippies, punks, yuppies, tribus urbanas (de clases populares, destacando el heavy metal), la serie Friends, woke y su colapso... Y se cierra el círculo con los Z votando a Vox y escuchando a Rosalía. Hay una vuelta, ¿pero hay una revolución? Lo dudo.

 Ese proceso de cambio social consistió en configurar los sistemas de producción, los mercados financieros y el orden social, teniendo este la característica de tener una baja natalidad. Se decidió, primero en EEUU, que no debían nacer muchos niños, porque demasiada población era incompatible con un estándar de calidad de vida alto. Como el crecimiento del Baby Boom fue muy grande, se consideró, en la década de los 70, el "crecimiento cero", es decir, que el número de muertes y de nacimientos fuese el mismo. En los 90 consideraron que sería mejor un "desarrollo sostenible", es decir, mantenerse en una tasa de reemplazo de 2,1 hijos por mujer y limitar el desarrollo industrial. En España, en 2022, la tasa de natalidad fue de 1,16 y en EEUU de 1,66 hijos por mujer. Mueren más personas de las que nacen, estamos en crecimiento negativo desde 2015, y no se ve mejoría en la tendencia, por eso se habla de "colapso demográfico".

 Aquí voy a analizar brevemente el cambio y el desarrollo cultural de los últimos 60 años en EEUU y en Occidente. El caso de España es especial, porque hemos batido récords absolutos de baja natalidad. Pero cuidado, lo malo de ver algo a toro pasado es que se piensa que era mejor lo que había antes de eso o de que habría que hacer lo contrario, en vez de crear algo nuevo. Y lo malo de crear algo nuevo es que pueden someterse a las personas y a las cosas, otra vez, a un sistema totalitario que acabe teniendo malas consecuencias secundarias: lo de siempre, pero nuevo.

 

 

El Baby Boom.


La época del Baby Boom se caracterizó porque la imagen del matrimonio era buena, la vivienda era barata, había abundancia y la gente hacía "lo que le daba la gana", es decir, que era una época de aperturismo (también podías ser soltero). Fue un momento de equilibrio feliz.

Baby boom es igual a desarrollo económico y social más abundancia y programas sociales más aperturismo (con respecto a lo anterior).


BB=desarrollo+intervención+aperturismo

Yo me apunto a eso para la eternidad, con los parámetros actuales de calidad de vida, claro, aunque esos parámetros deberían variar en el caso de la vivienda, con el fin de abaratarla. Pero eso es otra historia.

El baby boom es el periodo entre el final de la II Guerra Mundial y 1965. Después de eso alguien pensó que había que frenar tanta fertilidad y ahora, después de 60 años, quieren que la sociedad vuelva a ser fértil y que se mantenga la población autóctona... Y esto es otra historia también. Hay demasiadas implicaciones en este asunto actual. Las ignoraré en este artículo, más o menos, sigamos con nuestro Baby Boom.

 El Baby Boom se da gracias a la paz después de la Segunda Guerra Mundial y gracias al desarrollismo, al auge económico y a la apertura social, como digo. Y si había desarrollo, intervención y aperturismo moral, ¿qué hicieron  para frenar la natalidad? Básicamente convencernos de que el matrimonio no era conveniente, retrasarlo, dificultarlo, y darle a la juventud otras alternativas a acabar siendo procreadores (no coment). Y esto último es lo que sobra, no hace falta volver a remover la sociedad, simplemente hay que dejar de removerla, para empezar. Hay que dejar a la gente en paz. Ese proceso de ahogo económico controlado y de emisión cultural controlada, debido a la guerra psicológica y la acción de los mercados, ha dejado una sociedad no tan avanzada como creíamos en los 70 o en los 80 (que fueron el desmadre de los boomers). Se ha vuelto al conservadurismo, curiosamente, pero se tienen pocos hijos. Hace falta algo más que conservadurismo: hace falta una estructura social de mayor tasa de natalidad. Pero nadie está en eso, porque de lo que se trata ahora es de estabilizar la última fase de la "transición demográfica", aunque han pasado muchas más cosas. Es complejo.

 Todo esto es mucho más complejo de lo que parece, porque en esta revolución, en este cambio social profundo, se establece un modelo, con estándares físicos, económicos, de pensamiento, etc. Y esto se hizo a través de "la cultura", de las películas, de las series de televisión, de los estereotipos publicitarios, de los grupos musicales. Al principio parecía genial, pero ahora es difícil salir de eso. Y el arte popular, el cine y la música, son cada vez peores, por cierto. El Baby Boom también supuso un aumento del nivel cultural y la aparición de la clase media. Fue una buena época (siempre en comparación con la anterior).



El papel de las mujeres.


 Las mujeres son las que tienen los hijos. Ellas son decisivas en esto. En el caso de las mujeres judías, por ejemplo, ser madre está muy por encima de cualquier discusión feminista: tienen una gran responsabilidad como perpetuadoras del linaje. Y esta costumbre es la que ha permitido que sobrevivan durante miles de años. Para las mujeres occidentales no es así, evidentemente.

 Pero son las mujeres las que tienen los hijos. Su vida laboral, el retraso del matrimonio y su actitud ante la maternidad son decisivos en este asunto que trato aquí. Lo son las mujeres y lo son las familias, pero no hay familias sin mujeres, al menos no de las que tienen hijos. Y son las mujeres las que dirigen las familias, generalmente.

 

¿Por qué no quieren tener hijos las mujeres?

 

El origen de la planificación familiar y las políticas de crecimiento cero.

 

La IPPF (International Planned Parenthood Federation) se fundó en 1952 en Bombay. La India es una preocupación para la política de planificación familiar (control de natalidad) de EEUU, que se proyecta hacia todo el mundo. Esta organización es ya tan conocida que no voy a hablar de ella, pero es interesante mencionarla, porque, aparte de que es la organización de control de natalidad más importante a nivel mundial, deja patente el interés de Estados unidos por guiar el control de la natalidad de otros países.

 

Y en el control de natalidad y en la configuración de nuestras sociedades de baja fertilidad hay un nombre muy importante a tener en cuenta: Kingsley Davis (1908-1997)(1). Este señor, miembro de la junta directiva de la American Eugenics Society, quizá fue el principal ideólogo de todo este asunto (no el único). Ya en 1951 escribió un trabajo titulado "The Population of India and Pakistan". La política de control de la natalidad estadounidense no se limitaba a Estados Unidos sino al mundo entero, y la India era y es un ejemplo de gran expansión demográfica, y también de nación impermeable a los cambios culturales que vienen del extranjero.

Pero hablemos de Kingsley, me parece interesante (aunque he leído muy poco de él, debo reconocer). Los estudios de Kingsley no se limitaban a la estadística sino que se dirigían hacia el comportamiento del individuo. Fue quien creó la expresión "crecimiento cero de la población" y esta meta de nulo crecimiento poblacional habría de conseguirse modificando el comportamiento de los miembros de la sociedad. Esto es crucial en todo este asunto de la política de natalidad y lo cambió todo a partir de la década de los años 60 del siglo XX.

A Kingsley le preocupaba el descenso de la fertilidad y llegó a la conclusión de que cosas como el sexo recreativo, la pornografía o el declive del matrimonio como institución o el abandono de la religión afectaban a la natalidad. Estas cosas han sido usadas después como medidas sociales anticonceptivas. Se trataba de cambiar el comportamiento de los individuos para que se produjeran menos nacimientos.

Influido por este sociólogo y otros investigadores, Frederick S. Jaffe escribió su famoso memorando, que recoge todas las medidas que se conocían en 1969 para frenar la natalidad. Muchas de ellas se aplican en la actualidad.

Dije antes que si miramos estas cosas a toro pasado solemos cometer el error de pensar que lo que había antes era mejor o que hay que hacer justo lo contrario. Teniendo en cuenta todo esto y muchas otras más cosas hay que crear algo nuevo que sea razonable y coherente. El error de crear sociedades de baja fertilidad o de "crecimiento cero" ha dado lugar a la situación actual de "colapso demográfico" y crecimientos negativos. Esto se consiguió tocando elementos muy concretos de la vida humana y alterando el funcionamiento de las familias. También hay muchas de estas cosas que me afectan a mí a nivel económico y también a nivel psicológico, como el urbanismo, el mercado inmobiliario, por ejemplo). Según mi madre, yo debería haber sido abortado, pero nací, no he desarrollado una identidad definida y he vivido con bastante soledad, porque he absorbido como una esponja todo el proceso de cambio social y cultural (soy un espécimen típico de la Generación X). No me gusta eso, pero por lo menos sé mucho de música y de cine. Al final trataremos este asunto de la cultura.


Pero bueno, repito, no penséis que se puede volver al pasado ni que el pasado es lo que queremos. Si viajáramos al pasado es muy probable que no nos guste. Al final, es cierto que elevamos el nivel de vida, pero al hacerlo hemos creado un mundo muy caro también. Tienen hijos quienes pasan un nivel de ingresos y la gente que vive y crea familias en el margen. Quienes quieren ese paraíso y no tienen dinero suficiente ni posición (están en la zona liminal) no procrean. Tienen hijos los pobres y los ricos, pero todos los demás, que son mayoría, los tienen menos.

Recuerden:

BB=desarrollo+intervención+aperturismo


La intervención sirvió para que muchas personas se civilizaran y pudieran también tener hijos y vivir según estándares modernos. Esa es la clase media, y el Baby Boom se dio porque existía la clase media, la clase media de entonces, con más poder adquisitivo que la de ahora y con otras expectativas (era otra época).



El familismo es un error.

 

Apostarlo ahora todo a la familia implica ayudar a las familias y a crear familias, pero mantener precios altos para los demás: "tu proyecto financiero de vida es más fácil si fundas una familia"... Esta es una de las malas ideas que se barajan.

Eso no funciona, porque desanima a un amplio sector de la juventud que no se apunte a esa "revolución cultural" familista. Es una estupidez.

También he leído por ahí lo de "privilegiar a las familias". Eso no es necesario, porque la familia ya goza de privilegios de manera natural (Kingsley Davis lo sabía). Insistir en eso es innecesario y desanima a quienes no participan en la revolución cultural faminazi.

En mi opinión, hay que crear un entorno económico propicio (baratito), hacer que cese la propaganda de la revolución cultural eugenésica y anticonceptiva que empezó hace 60 años y hacer que cese ese ruido de fondo tan molesto: dejar a la gente en paz y dejarles que hagan lo que quieran, para empezar.

*

La revolución neoliberal tampoco fue buena, pese a que Reagan y Thatcher diesen tanta importancia a la familia (en ellos había unos conservadores e iniciaron algo nada conservador que se les fue de las manos) Thatcher dijo que no existía la sociedad, sino las familias y los individuos. Pues ese (des)orden neoliberal lo que ha conseguido es el dominio de los más fuertes, incluso a nivel de las clases populares, y los individuos no pueden fundar familias, porque es muy caro. Esa manía de tener grandes pero simples ideas no suele acabar bien, porque las sociedades sí existen y son muy complejas (2).


Hay un tejido de familias fuertes extorsionadoras, sobre todo con el patrimonio inmobiliario. Y los individuos (fuera de la familia de sus padres) no pueden formar familias, repito; tienen un relato que desprecia el matrimonio, para resolver disonancias cognitivas, pero si quisieran hacer familia, no podrían (y ahora tampoco tienen buena música). No podrían hacerlo según los estándares de dignidad actuales, muy caros. Por eso quienes tienen hijos son los que sobrepasan unas condiciones o quienes están muy por debajo y viven del Estado o viven como se ha hecho desde hace milenios, en chabolas. Pero quienes están en la franja liminal no tienen hijos. Es una sociedad con demasiados individuos "quiero y no puedo". ¿Cómo vamos a tener hijos? Quizá haya un problema en ese "quiero": ¿quiero qué exactamente? Pero tampoco echemos la culpa a la gente, porque no la tienen.

 

 En España, los empleados con menos de treinta años no cobran más de 20.000 € al año, y tenemos unas cifras de paro juvenil muy altas. Esto suponen unos doce millones de personas jóvenes en edad de casarse. Y a esto hay que sumarle el precio de la vivienda, que ha alcanzado un récord histórico en 2024 y va a seguir subiendo en 2025, según previsiones del sector. ¿Cómo van a tener hijos los jóvenes? La edad de matrimonio suele ser de 33 años para las mujeres, cuando su edad física ideal para tener hijos es entre los 20 y los 30. En esto también influye el retraso del matrimonio por estudios y por trabajo. El actual estilo de vida de los jóvenes dificulta casarse y tener hijos.


 

La cultura.

 

Aparte de la manifiesta infertilidad física de nuestra sociedad, también esta adolece de infertilidad creativa. Es una sociedad preocupada del dinero, de la corrección política y de sus necesidades primarias, de nada más, y por este motivo, en parte, la música es tan mala y no sale nada nuevo que merezca la pena.

 

Tanto en el Baby Boom como en el proceso de cambio cultural hacia una sociedad de alto rendimiento económico y de baja natalidad la música y el cine eran muy buenos. Había abundancia, ocio y permisividad, con respecto a lo anterior. Tampoco era un paraíso, pero se ha idealizado esta época como un pasado dorado. En los 70 y los 80 había unas tasas de criminalidad enormes, y todo era mugriento, pero todo iba a mejor y había políticas sociales. Ahora no hay políticas sociales, hay instituciones sociales y la clase política juega con ellas como un gatito con un ovillo de lana, y se cuestionan constantemente. Ahora estamos en un punto en el que se ha pasado la cima y bajamos, en todo, porque la música y el cine son una mierda.

 

 En la posguerra mundial hubo un renacer y se dio también la inclusión de los negros en la sociedad norteamericana, no sólo por la adquisición de sus plenos derechos civiles, sino porque el jazz, el blues y el rock'n'roll eran tremendamente populares y habían influido también en los artistas blancos. El cine americano era espectacular. Estados Unidos había ganado la guerra, se desarrollaba a gran velocidad y hubo una explosión cultural occidental (The Beatles y The Rolling Stones también estaban influidos por la música norteamericana). Estados Unidos se convirtió en el faro del mundo y casi todas las tendencias de progreso vinieron de allí, para bien o para mal.

 

El cine y la música fueron decisivos en su predominio cultural. Y el cine y la música han sido decisivos en la configuración del comportamiento de los ciudadanos occidentales, pero también hubo una época gloriosa, fruto del desarrollo social y cultural reales que se dieron después de la Segunda Guerra Mundial (4). Es imposible que The Rolling Stones (el mejor grupo de la historia) o el heavy metal (tan influido por el Romanticismo) sean productos de laboratorio, pero es evidente que todas estas manifestaciones se canalizaron y se utilizó su estética por parte de fuerzas nada genuinas (mayormente para convertirlas en dinero). Debemos ser conscientes de que un estilo de vida implica una ideología y viceversa. Pero el problema siempre está en el control de los medios y en la manipulación de los contenidos, nunca en los artistas. Hay que impedir que la política meta sus zarpas en el arte, y demasiado las meten. En cuanto a los medios y plataformas mediáticas, escogen las producciones que consideran adecuadas o no o aprueban o deniegan la financiación de las producciones. Esto está provocando cierto hastío ya (después de décadas).


Ya en los años 50 en EEUU, empezaron a aumentar los divorcios, y en 1967, año de El Verano del Amor, surge un estilo de vida más promiscuo y fatuo (3) y los jóvenes empiezan a no casarse, por desprecio de las instituciones tradicionales, y tienen nuevos objetivos en la vida. En el cine, el matrimonio empieza a mostrarse como algo tedioso, como una prisión, y es objeto de numerosos dramas psicológicos como "¿Quién teme a Virginia Wolf?" y similares. Las películas de divorcios se convirtieron en un subgénero del drama, quizá la más característica sea "Kramer contra Kramer", de 1979. Y en 2019 se estrenó "Historia de un matrimonio", en esta línea. En estas películas siempre se habla de universitarios, de intelectuales atractivos, cuyos matrimonios entran en crisis, y se nos obliga a intelectualizar esa historia ficticia y a identificarnos con esos pijos y con los pobres hijos suyos que tanto sufren esa situación. La visión que se da del matrimonio es horrible (5). ¿Cuándo el matrimonio se convirtió en un drama psicológico?

 

 La televisión ha sido decisiva en esto, porque es el medio que más alcance ha tenido. Yo destacaría el subgénero de compañeros de piso, como "Apartamento para tres", "Friends" o "The Big Bang Theory". Ya "La extraña pareja" (1968) enseñaba a los hombres a resignarse a su vida de divorciado y estas series son para jóvenes que todavía no se han casado y les enseñan a vivir de una nueva manera. ¿Pero se puede vivir de otra manera? Desgraciadamente no, porque la sociedad de consumo y el mercado inmobiliario no lo permiten. Si acaso indultaría a "The Big Bang Theory", porque se centra en universitarios STEM, no es tan fácil identificarse con ellos y son muy divertidos, pero odio "Friends", estoy harto de esa mierda. En todo esto hay una intención moralizante y de hecho lleva provocando conductas de imitación desde hace décadas: jóvenes comportándose todos de la misma forma, haciendo lo mismo que hacen los personajes de la sitcom en su bar favorito, contando los mismos chistes y coincidiendo en las mismas ideas. Bueno, siempre existió la literatura moralizante, pero nunca fue tan difundida ni tan difundida en tan breve espacio de tiempo como lo es una serie de televisión, que además se puede ver una y otra vez, repetidamente y escogiendo los capítulos que nos gusten más.

 

 Y en cuanto a la música, desde ese Verano del Amor hasta el advenimiento del Grunge (finales de los 80), lo que se promueve en la música es el amor libre y el abuso de drogas. Y en los 90, el mensaje ecologista y abortista fue muy intenso, llegando a su máxima expresión en el festival Rock For Choice, organizado por el excelente grupo grunge femenino L7. Los 90 fueron el yunque de la Generación X. Y fueron una década caracterizada por el abuso de drogas y el ensalzamiento, por un lado, de las crisis de personalidad y, por otro lado, de producciones moralizantes que hablan siempre de chicos y chicas formales que tienen que retrasar el matrimonio (odio "Friends").

 

L7 en directo, de Wikimedia Commons https://commons.wikimedia.org/wiki/File:L7_band_live.jpg

 

A los más jóvenes y rebeldes se les sugiere que no se casen y a los más formales se les dice que el matrimonio es un infierno o que esperen al momento adecuado. Eso sí, la música seguía siendo buena en los 90, en todos los estilos, pero decayendo... Ahora la música es bastante mala, y las letras son más convencionales que en ninguna época pasada. Es curioso esto. Woke ha sido una revolución puritana disfrazada de feminista negra con el pelo teñido de verde y se ha conseguido un nivel de autocensura enorme, tanto en la producción artística como en el mismo comportamiento social, y también, claro está, en nuestro comportamiento sexual. El principal canal de difusión audiovisual de esta ideología es Netflix, pero ha topado con el techo de la polarización social y su efecto se limita al sesgo de confirmación, no puede considerarse verdaderamente popular. Y las películas de temas sociales protagonizadas por Meryl Streep o Jane Fonda eran mucho mejores que las de Janelle Monae (aunque ella me cae mejor que las otras dos).


Pero si Woke ha entrado en una fase de decadencia, está ocurriendo algo más importante: va a desaparecer la Generación Silenciosa y se va a intentar reconfigurar el complejo sistema de difusión de ideas. El mismo Hollywood parece estar desapareciendo. Están circulando imágenes falsas del cartel de Hollywood en llamas (6), y de alguna manera, parece esto simbolizar el final de una era. Todo esto es difuso y forma parte del presente, por lo que es difícil hacer un vaticinio, pero el cambio se va a producir, se está produciendo, aunque yo no creo que cese la intención de estabular a la población humana, algo que seguirá interfiriendo en el arte y en la difusión audiovisual, pero no de manera tan brillante como en los 50, los 60, los 70 y los 80. Tampoco podemos ser muy receptivos a algo así, porque en aquel tiempo todo era novedad y ahora todo es una mala imitación de todo aquello que se hizo. No se puede volver al pasado ni sería conveniente hacerlo, aunque se pudiera.



Conclusión. 
 
En este artículo os estoy contando que hay un plan para disminuir la población mundial, que empezó en la década de los años 50 del siglo XX, que aún está en marcha y que estamos entrando en la última fase de la Transición Demográfica: quizá no veamos una estabilización de la población hasta dentro de cincuenta años y ahora no hay ninguna voluntad, al menos en España, de cambiar esta tendencia. Todo empezó, como digo, en los años 50 y fue inducido a través de la cultura, haciéndonos creer que el futuro sería catastrófico por culpa de la superpoblación mundial.  
 
Isaac Asimov, por ejemplo, decía que "si ponemos más gente en el mundo desaparecerá la calidad de vida" (esa idea no era suya). En España hay cada vez menos españoles y hemos importado gente de fuera, con mal resultado, y seguimos, paralelamente, el proceso de transición demográfica. Nos estamos autoinmolando. Las políticas de control demográfico y de mejora genética de la población están muy bien hasta que descubres que quien sobra eres tú y que quienes proponen que desaparezcamos viven con todo lujo y tienen todos los hijos que quieren, como el propio Kingsley Davis, o como Ursula von der Leyen, que tiene siete hijos y promueve políticas antinatalistas y ecologistas. La ecología está necesariamente unida a esta ideología de la autodestrucción. La idea de "crecimiento cero" se extendió también al desarrollo económico, pero en un marco de capitalismo feroz: ya no hay desarrollo ni intervencionismo ni permisividad, estamos llegado a un extremo, aunque no lo veamos. Pero si seguimos, lo veremos.

Los ciudadanos estamos demasiado preocupados por estos temas políticos de nuestro tiempo, teniendo en cuenta que hablamos de nosotros mismos como si fuésemos sacrificables, porque creemos que el futuro nos depara el colapso de todos los sistemas de abastecimiento e incluso el colapso de todos los sistemas de equilibrio de la propia naturaleza. Llevan décadas diciéndonos que nosotros mismos somos una plaga. Estoy harto de eso, la verdad, no porque yo no haya tenido hijos (que no los he tenido ni los tendré) sino porque mi familia, mi personalidad, mi vida laboral y mi desarrollo emocional se han visto afectados por esto y quiero venganza. Yo y millones como yo somos modernos monstruos de Frankestein, los niños no bendecidos de los que hablaba Pasolini (3).


Anexo: El papel de la Iglesia Católica.
 
Durante todos estos años hemos creído que la Iglesia Católica no participó en todo esto y que se opuso a la cultura del colapso demográfico. Se tiene a Juan Pablo II como "defensor de la vida", y lo fue (7). Pero la Iglesia Católica también participó, guardando las apariencias, en esta política criminal e injerencista, por parte de Estados Unidos, dedicada a que dejáramos de tener hijos. Durante el papado de Pablo VI la Iglesia, en principio, aprobó la píldora anticonceptiva (de manera nada transparente), con una condición muy peculiar: que la mujer mantuviera el sangrado menstrual, para alterar su naturaleza lo menos posible (8). Pablo VI, al final de su papado publicó la Encíclica Humanae Vitae (9), centrándose, por supuesto, en el matrimonio. La Iglesia ha mantenido este punto de vista familista desde entonces. Es verdad que Pablo VI, que conocía perfectamente lo que se pretendía, señalaba a las condiciones laborales, económicas y de vivienda como vectores principales del problema, pero de ninguna manera abordaron bien el tema cultural, porque se escapaba de la doctrina. En el punto tres de su encíclica pregunta Pablo VI: "¿no sería indicado revisar las normas éticas hasta ahora vigentes, sobre todo si se considera que las mismas no pueden observarse sin sacrificios, algunas veces heroicos?", y acto seguido pide que tal sacrificio sea un "reproducción menos exuberante". Pues no, no deberían revisarse, al menos la Iglesia no debería hacerlo, porque lo que se pretendía iba en contra del mismo cristianismo y de la doctrina. A mí me da igual la religión, pero esto es incoherente. Y, como digo, se centra después en el matrimonio, pero no aborda (ni podría abordarlo ya como es debido al clero) el tema de la revolución cultural en marcha y de su alcance en la nueva Generación Boomer (los melenudos con bigote de Pasolini), que se convirtió en la ejecutora de esas políticas globales, universales, "católicas". Más tarde, la generación demográfica X (mi generación) y la Y o Millennial, estaban ya tan amoldadas a la cultura del colapso demográfico que la pérdida de población fue inevitable. ¿Tenían razón aquellos que diseñaron este proceso de ingeniería social? Ahora estamos todos muy preocupados porque no nacen niños suficientes y porque han aparecido una serie de nuevos trastornos mentales a causa de la soledad, la falta de identidad, el desarraigo y el consumismo. Quizá no sea buena idea diseñar la sociedad humana ni mucho menos permitir que nos la diseñen una serie de personas que quizá nos perciban como inferiores a ellos.

En el "mensaje de Benedicto XVI en los cuarenta años de la Humanae Vitae" (10), Benedicto XVI habla de matrimonio y de terapias para favorecer la fertilidad. Como es lógico, no puede hablar de ninguna otra forma de procreación que no sea dentro del matrimonio. Y es cierto que el retraso del matrimonio y la decadencia de la institución matrimonial son parte importantísima del problema, pero siguen sin oponerse directamente a la totalidad de estas políticas. De todas maneras, las fuerzas que hay detrás de estas políticas son tan grandes y el cambio cultural ha sido tan profundo, que poco pueden hacer ya salvo seguir en esta línea de proteger la institución del matrimonio. La Iglesia no es suficiente.

Tratar esto sería muy largo y no llegaríamos a una conclusión satisfactoria, pero que quede claro: la Iglesia conocía las políticas antinatalistas globales desde el principio y, por tanto, tales políticas antinatalistas son reales y han sido inducidas por medio de cambios sociales estructurales en todos los ámbitos de la vida humana y a través de la cultura, pasando por alto a la religión, como algo que inevitablemente se opondría a ellas.

Actualmente, IPPF y otras instituciones como la Clínica Mayo, recomiendan a las mujeres el uso de la píldora anticonceptiva para no tener la regla (11). Se ha llegado al punto en el que los procesos sexuales naturales del cuerpo de la mujer (y también del hombre) son considerados molestos y objeto de terapias médicas. Esto es algo central en la cultura del colapso demográfico. El componente transhumanista es evidente.
 
Pero bueno, como dije antes, estamos llegando a un extremo y más allá del extremo no se puede seguir.


Ernesto García-Testón Gómez a 12 de enero de 2025.




 

Nota de disculpa: siempre tiendo a divagar, pero esto es necesario si lo que quiero es describir una escena y sugerir qué implicaciones tiene su argumento y cómo suena. Divagar no es necesariamente malo, aunque puede resultar un poco farragoso para quien me lea. Esta edición tiene una calidad de borrador, por lo que pueden aparecer algunos errores.

Nota de 13 de enero de 2024: Los ciudadanos estamos demasiado preocupados por los temas políticos de nuestro tiempo, teniendo en cuenta que hablamos de nosotros mismos como si fuésemos sacrificables. Estoy harto de eso, la verdad.


 

Notas del texto principal:

(1) Nota biográfica de Kingsley Davis de la National Academy of Sciences: https://www.nasonline.org/wp-content/uploads/2024/06/davis-kingsley.pdf

(2) Thatcher, en su último discurso en la convención Tory de 1999 se quejaba del mal funcionamiento de los trenes y del sistema sanitario. Le salió la auténtica conservadora que tenía dentro, pero ese monstruo lo ayudó a crear ella.

(3) Pasolini critica este fenómeno de "los melenudos con bigote" en "Escritos corsarios" y "Las cartas Luteranas" de 1975.

(4) Recomiendo leer "AUAMBABULUBA BALAMBAMBÚ: La edad de oro del rock and roll" de Nik Cohn (1970) de Editorial la Felguera.

(5)  En ese subgénero del cine de divorcios no podemos incluir "La guerra de los Rose" de Danny de Vito (1989) o "Siete mil días juntos" de Fernando Fernán Gómez (1994), de humor negro. Yo las considero mucho más saludables, a pesar de lo macabro. 

(6)  "Las imágenes del famoso cartel de Hollywood en llamas por los incendios de Los Ángeles son falsas" https://www.20minutos.es/noticia/5671382/0/imagenes-famoso-cartel-hollywood-llamas-incendios-los-angeles-falsas/

 (7) Encíclica Sollicitudo Rei Socialis del papa Juan Pablo II, del año 1987. En el punto 25 habla del tema de la natalidad. En los estudios de Kingsley Davis y, posteriormente, de Judith Blake se señala a los católicos como más fecundos. La bronca viene de antiguo.
https://www.vatican.va/content/john-paul-ii/es/encyclicals/documents/hf_jp-ii_enc_30121987_sollicitudo-rei-socialis.html

(8) https://www.bbc.com/mundo/noticias-41421336

(9) https://www.vatican.va/content/paul-vi/es/encyclicals/documents/hf_p-vi_enc_25071968_humanae-vitae.html

(10) https://web.archive.org/web/20081220112757/http://www.zenit.org/article-28642?l=spanish

(11) Web de IPPF https://www.plannedparenthood.org/es/temas-de-salud/anticonceptivos/pastilla-anticonceptiva/cuales-son-los-beneficios-de-la-pastilla-anticonceptiva
Web de la Clínica Mayo https://www.mayoclinic.org/es/healthy-lifestyle/birth-control/in-depth/birth-control-pill/art-20045136 

Esto es una recomendación aceptada en todas las instituciones dedicadas a la salud reproductiva.








Ernesto García-Testón Gómez 2025.

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