domingo, 12 de enero de 2025

La cultura del colapso demográfico.

 


 

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 Los diseñadores de la nueva humanidad son Victor Frankenstein y nosotros somos sus monstruos. Yo soy un monstruo como el de Frankenstein y mis quejas son muy parecidas a las que Mary Shelley puso en boca de este su personaje.

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Hace 60 años, la oligarquía gringa decidió frenar la natalidad. Se impuso un modelo de sociedad consumista con un estándar muy alto para crear una familia. Y llegó a Europa. Y ahora, los del dinero quieren subir la natalidad... Pues van a tener que renunciar a ganar tanta pasta. Tendrá que venir un nuevo periodo de intervención suave y de promoción de viviendas sociales. Esto lo explicaré un poco después.

 Como digo, hubo un proceso de cambio social, y este cambio social se caracterizó por diversas manifestaciones culturales. Hay una fase previa, la posterior a la Segunda Guerra Mundial (en España nuestra posguerra), que en Estados Unidos se caracteriza por el auge del rock'n'roll y el pop. La buena música fue empeorando en los años 90. Ahora es bastante mala, la popular. Aquí hay fases: beatniks, hippies, punks, yuppies, tribus urbanas (de clases populares, destacando el heavy metal), la serie Friends, woke y su colapso... Y se cierra el círculo con los Z votando a Vox y escuchando a Rosalía. Hay una vuelta, ¿pero hay una revolución? Lo dudo.

 Ese proceso de cambio social consistió en configurar los sistemas de producción, los mercados financieros y el orden social, teniendo este la característica de tener una baja natalidad. Se decidió, primero en EEUU, que no debían nacer muchos niños, porque demasiada población era incompatible con un estándar de calidad de vida alto. Como el crecimiento del Baby Boom fue muy grande, se consideró, en la década de los 70, el "crecimiento cero", es decir, que el número de muertes y de nacimientos fuese el mismo. En los 90 consideraron que sería mejor un "desarrollo sostenible", es decir, mantenerse en una tasa de reemplazo de 2,1 hijos por mujer y limitar el desarrollo industrial. En España, en 2022, la tasa de natalidad fue de 1,16 y en EEUU de 1,66 hijos por mujer. Mueren más personas de las que nacen, estamos en crecimiento negativo desde 2015, y no se ve mejoría en la tendencia, por eso se habla de "colapso demográfico".

 Aquí voy a analizar brevemente el cambio y el desarrollo cultural de los últimos 60 años en EEUU y en Occidente. El caso de España es especial, porque hemos batido récords absolutos de baja natalidad. Pero cuidado, lo malo de ver algo a toro pasado es que se piensa que era mejor lo que había antes de eso o de que habría que hacer lo contrario, en vez de crear algo nuevo. Y lo malo de crear algo nuevo es que pueden someterse a las personas y a las cosas, otra vez, a un sistema totalitario que acabe teniendo malas consecuencias secundarias: lo de siempre, pero nuevo.

 

 

El Baby Boom.


La época del Baby Boom se caracterizó porque la imagen del matrimonio era buena, la vivienda era barata, había abundancia y la gente hacía "lo que le daba la gana", es decir, que era una época de aperturismo (también podías ser soltero). Fue un momento de equilibrio feliz.

Baby boom es igual a desarrollo económico y social más abundancia y programas sociales más aperturismo (con respecto a lo anterior).


BB=desarrollo+intervención+aperturismo

Yo me apunto a eso para la eternidad, con los parámetros actuales de calidad de vida, claro, aunque esos parámetros deberían variar en el caso de la vivienda, con el fin de abaratarla. Pero eso es otra historia.

El baby boom es el periodo entre el final de la II Guerra Mundial y 1965. Después de eso alguien pensó que había que frenar tanta fertilidad y ahora, después de 60 años, quieren que la sociedad vuelva a ser fértil y que se mantenga la población autóctona... Y esto es otra historia también. Hay demasiadas implicaciones en este asunto. Las ignoraré en este artículo, sigamos con nuestro Baby Boom.

 El Baby Boom se da gracias a la paz después de la Segunda Guerra Mundial y gracias al desarrollismo, al auge económico y a la apertura social, como digo. Y si había desarrollo, intervención y aperturismo moral, ¿qué hicieron  para frenar la natalidad? Básicamente convencernos de que el matrimonio no era conveniente, retrasarlo, dificultarlo, y darle a la juventud otras alternativas a acabar siendo procreadores (no coment). Y esto último es lo que sobra, no hace falta volver a remover la sociedad, simplemente hay que dejar de removerla. Hay que dejar a la gente en paz. Ese proceso de ahogo económico controlado y de emisión cultural controlada, debido a la guerra psicológica y la acción de los mercados, ha dejado una sociedad no tan avanzada como creíamos en los 70 o en los 80. Se ha vuelto al conservadurismo, curiosamente, pero se tienen pocos hijos.

 Todo esto es mucho más complejo de lo que parece, porque en esta revolución, en este cambio social profundo, se establece un modelo, con estándares físicos, económicos, de pensamiento, etc. Y esto se hizo a través de "la cultura", de las películas, de las series de televisión, de los estereotipos publicitarios, de los grupos musicales. Al principio parecía genial, pero ahora es difícil salir de eso. Y el arte popular, el cine y la música, son cada vez peores, por cierto. El Baby Boom también supuso un aumento del nivel cultural y la aparición de la clase media. Fue una buena época (siempre en comparación con la anterior).



El papel de las mujeres.


 Las mujeres son las que tienen los hijos. Ellas son decisivas en esto. En el caso de las mujeres judías, por ejemplo, ser madre está muy por encima de cualquier discusión feminista: tienen una gran responsabilidad como perpetuadoras del linaje. Y esta costumbre es la que ha permitido que sobrevivan durante miles de años. Para las mujeres occidentales no es así, evidentemente.

 Pero son las mujeres las que tienen los hijos. Su vida laboral, el retraso del matrimonio y su actitud ante la maternidad son decisivos en este asunto que trato aquí. Lo son las mujeres y lo son las familias, pero no hay familias sin mujeres, al menos no de las que tienen hijos. Y son las mujeres las que dirigen las familias, generalmente.

 

¿Por qué no quieren tener hijos las mujeres?

 

El origen de la planificación familiar y las políticas de crecimiento cero.

 

La IPPF (International Planned Parenthood Federation) se fundó en 1952 en Bombay. La India es una preocupación para la política de planificación familiar (control de natalidad) de EEUU, que se proyecta hacia todo el mundo. Esta organización es ya tan conocida que no voy a hablar de ella, pero es interesante mencionarla, porque, aparte de que es la organización de control de natalidad más importante a nivel mundial, deja patente el interés de Estados unidos por guiar el control de la natalidad de otros países.

 

Y en el control de natalidad y en la configuración de nuestras sociedades de baja fertilidad hay un nombre muy importante a tener en cuenta: Kingsley Davis (1908-1997)(1). Este señor, miembro de la junta directiva de la American Eugenics Society, quizá fue el principal ideólogo de todo este asunto (no el único). Ya en 1951 escribió un trabajo titulado "The Population of India and Pakistan". La política de control de la natalidad estadounidense no se limitaba a Estados Unidos sino al mundo entero, y la India era y es un ejemplo de gran expansión demográfica, y también de nación impermeable a los cambios culturales que vienen del extranjero.

Pero hablemos de Kingsley, me parece interesante (aunque he leído muy poco de él, debo reconocer). Los estudios de Kingsley no se limitaban a la estadística sino que se dirigían hacia el comportamiento del individuo. Fue quien creó la expresión "crecimiento cero de la población" y esta meta de nulo crecimiento poblacional habría de conseguirse modificando el comportamiento de los miembros de la sociedad. Esto es crucial en todo este asunto de la política de natalidad y lo cambió todo a partir de la década de los años 60 del siglo XX.

A Kingsley le preocupaba el descenso de la fertilidad y llegó a la conclusión de que cosas como el sexo recreativo, la pornografía o el declive del matrimonio como institución o el abandono de la religión afectaban a la natalidad. Estas cosas han sido usadas después como medidas sociales anticonceptivas. Se trataba de cambiar el comportamiento de los individuos para que se produjeran menos nacimientos.

Influido por este sociólogo y otros investigadores, Frederick S. Jaffe escribió su famoso memorando, que recoge todas las medidas que se conocían en 1969 para frenar la natalidad. Muchas de ellas se aplican en la actualidad.

Dije antes que si miramos estas cosas a toro pasado solemos cometer el error de pensar que lo que había antes era mejor o que hay que hacer justo lo contrario. Teniendo en cuenta todo esto y muchas otras más cosas hay que crear algo nuevo que sea razonable y coherente. El error de crear sociedades de baja fertilidad o de "crecimiento cero" ha dado lugar a la situación actual de "colapso demográfico" y crecimientos negativos. Esto se consiguió tocando elementos muy concretos de la vida humana y alterando el funcionamiento de las familias. También hay muchas de estas cosas que me afectan a mí a nivel económico y también a nivel psicológico, como el urbanismo, el mercado inmobiliario, por ejemplo). Según mi madre, yo debería haber sido abortado, pero nací, no he desarrollado una identidad definida y he vivido con bastante soledad, porque he absorbido como una esponja todo el proceso de cambio social y cultural. No me gusta eso, pero por lo menos sé mucho de música y de cine. Al final trataremos este asunto de la cultura.


Pero bueno, repito, no penséis que se puede volver al pasado ni que el pasado es lo que queremos. Si viajáramos al pasado es muy probable que no nos guste. Al final, es cierto que elevamos el nivel de vida, pero al hacerlo hemos creado un mundo muy caro también. Tienen hijos quienes pasan un nivel de ingresos y la gente que vive y crea familias en el margen. Quienes quieren ese paraíso y no tienen dinero suficiente ni posición (están en la zona liminal) no procrean.

Recuerden:

BB=desarrollo+intervención+aperturismo


La intervención sirvió para que muchas personas se civilizaran y pudieran también tener hijos y vivir según estándares modernos. Esa es la clase media, y el Baby Boom se dio porque existía la clase media.



El familismo es un error.

 

Apostarlo ahora todo a la familia implica ayudar a las familias y a crear familias, pero mantener precios altos para los demás: "tu proyecto financiero de vida es más fácil si fundas una familia"... Esta es una de las malas ideas que se barajan.

Eso no funciona, porque desanima a un amplio sector de la juventud que no se apunte a esa "revolución cultural" familista. Es una estupidez.

También he leído por ahí lo de "privilegiar a las familias". Eso no es necesario, porque la familia ya goza de privilegios de manera natural (Kingsley Davis lo sabía). Insistir en eso es innecesario y desanima a quienes no participan en la revolución cultural faminazi.

En mi opinión, hay que crear un entorno económico propicio (baratito), hacer que cese la propaganda de la revolución cultural eugenésica y anticonceptiva que empezó hace 60 años y hacer que cese ese ruido de fondo tan molesto: dejar a la gente en paz y dejarles que hagan lo que quieran.

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La revolución neoliberal tampoco fue buena, pese a que Reagan y Thatcher diesen tanta importancia a la familia (en ellos había unos conservadores e iniciaron algo que se les fue de las manos) Thatcher dijo que no existía la sociedad, sino las familias y los individuos. Pues ese (des)orden neoliberal lo que ha conseguido es el dominio de los más fuertes, incluso a nivel de las clases populares, y los individuos no pueden fundar familias. Esa manía de tener grandes pero simples ideas no suele acabar bien, porque las sociedades sí existen y son muy complejas (2).


Hay un tejido de familias fuertes extorsionadoras, sobre todo con el patrimonio inmobiliario. Y los individuos no pueden formar familias, repito; tienen un relato que desprecia el matrimonio, para resolver disonancias cognitivas, pero si quisieran hacer familia, no podrían (y ahora tampoco tienen buena música). No podrían hacerlo según los estándares de dignidad actuales, muy caros. Por eso quienes tienen hijos son los que sobrepasan unas condiciones o quienes están muy por debajo y viven del Estado o viven como se ha hecho desde hace milenios, en chabolas. Pero quienes están en la franja liminal no tienen hijos. Es una sociedad con demasiados individuos "quiero y no puedo". ¿Cómo vamos a tener hijos?

 

 En España, los empleados con menos de treinta años no cobran más de 20.000 € al año, y tenemos unas cifras de paro juvenil muy altas. Esto suponen unos doce millones de personas jóvenes en edad de casarse. Y a esto hay que sumarle el precio de la vivienda, que ha alcanzado un récord histórico en 2024 y va a seguir subiendo en 2025, según previsiones del sector. ¿Cómo van a tener hijos los jóvenes? La edad de matrimonio suele ser de 33 años para las mujeres, cuando su edad física ideal para tener hijos es entre los 20 y los 30. En esto también influye el retraso del matrimonio por estudios y por trabajo. El actual estilo de vida de los jóvenes dificulta casarse y tener hijos.


 

La cultura.

 

Aparte de la manifiesta infertilidad física de nuestra sociedad, también esta adolece de infertilidad creativa. Es una sociedad preocupada del dinero, de la corrección política y de sus necesidades primarias, de nada más, y por este motivo, en parte, la música es tan mala y no sale nada nuevo que merezca la pena.

 

Tanto en el Baby Boom como en el proceso de cambio cultural hacia una sociedad de alto rendimiento económico y de baja natalidad la música y el cine eran muy buenos.

 

 En la posguerra mundial hubo un renacer y se dio también la inclusión de los negros en la sociedad norteamericana, no sólo por la adquisición de sus plenos derechos civiles, sino porque el jazz, el blues y el rock'n'roll eran tremendamente populares y habían influido también en los artistas blancos. El cine americano era espectacular. Estados Unidos había ganado la guerra, se desarrollaba a gran velocidad y hubo una explosión cultural occidental (The Beatles y The Rolling Stones también estaban influidos por la música norteamericana). Estados Unidos se convirtió en el faro del mundo y casi todas las tendencias de progreso vinieron de allí, para bien o para mal.

 

El cine y la música fueron decisivos en su predominio cultural. Y el cine y la música han sido decisivos en la configuración del comportamiento de los ciudadanos occidentales, pero también hubo una época gloriosa, fruto del desarrollo social y cultural reales que se dieron después de la Segunda Guerra Mundial (4). Es imposible que The Rolling Stones (el mejor grupo de la historia) o el heavy metal (tan influido por el Romanticismo) sean productos de laboratorio, pero es evidente que todas estas manifestaciones se canalizaron y se utilizó su estética por parte de fuerzas nada genuinas (mayormente para convertirlas en dinero). Debemos ser conscientes de que un estilo de vida implica una ideología y viceversa. Pero el problema siempre está en el control de los medios y en la manipulación de los contenidos, nunca en los artistas. Hay que impedir que la política meta sus zarpas en el arte, y demasiado las meten. En cuanto a los medios y plataformas mediáticas, escogen las producciones que consideran adecuadas o no o aprueban o deniegan la financiación de las producciones. Esto está provocando cierto hastío ya (después de décadas).


Ya en los años 50 en EEUU, empezaron a aumentar los divorcios, y en 1967, año de El Verano del Amor, surge un estilo de vida más promiscuo y fatuo (3) y los jóvenes empiezan a no casarse, por desprecio de las instituciones tradicionales, y tienen nuevos objetivos en la vida. En el cine, el matrimonio empieza a mostrarse como algo tedioso, como una prisión, y es objeto de numerosos dramas psicológicos como "¿Quién teme a Virginia Wolf?" y similares. Las películas de divorcios se convirtieron en un subgénero del drama, quizá la más característica sea "Kramer contra Kramer", de 1979. Y en 2019 se estrenó "Historia de un matrimonio", en esta línea. En estas películas siempre se habla de universitarios, de intelectuales atractivos, cuyos matrimonios entran en crisis, y se nos obliga a intelectualizar esa historia ficticia y a identificarnos con esos pijos y con los pobres hijos suyos que tanto sufren esa situación. La visión que se da del matrimonio es horrible (5). ¿Cuándo el matrimonio se convirtió en un drama psicológico?

 

 La televisión ha sido decisiva en esto, porque es el medio que más alcance ha tenido. Yo destacaría el subgénero de compañeros de piso, como "Apartamento para tres", "Friends" o "The Big Bang Theory". Ya "La extraña pareja" (1968) enseñaba a los hombres a resignarse a su vida de divorciado y estas series son para jóvenes que todavía no se han casado y les enseñan a vivir de una nueva manera. ¿Pero se puede vivir de otra manera? Desgraciadamente no, porque la sociedad de consumo y el mercado inmobiliario no lo permiten. Si acaso indultaría a "The Big Bang Theory", porque se centra en universitarios STEM, no es tan fácil identificarse con ellos y son muy divertidos, pero odio "Friends", estoy harto de esa mierda. En todo esto hay una intención moralizante y de hecho lleva provocando conductas de imitación desde hace décadas: jóvenes comportándose todos de la misma forma, haciendo lo mismo que hacen los personajes de la sitcom en su bar favorito, contando los mismos chistes y coincidiendo en las mismas ideas. Bueno, siempre existió la literatura moralizante, pero nunca fue tan difundida ni tan difundida en tan breve espacio de tiempo como lo es una serie de televisión, que además se puede ver una y otra vez, repetidamente y escogiendo los capítulos que nos gusten más.

 

 Y en cuanto a la música, desde ese Verano del Amor hasta el advenimiento del Grunge (finales de los 80), lo que se promueve en la música es el amor libre y el abuso de drogas. Y en los 90, el mensaje ecologista y abortista fue muy intenso, llegando a su máxima expresión en el festival Rock For Choice, organizado por el excelente grupo grunge femenino L7. Los 90 fueron el yunque de la Generación X. Y fueron una década caracterizada por el abuso de drogas y el ensalzamiento, por un lado, de las crisis de personalidad y, por otro lado, de producciones moralizantes que hablan siempre de chicos y chicas formales que tienen que retrasar el matrimonio (odio "Friends").

 

L7 en directo, de Wikimedia Commons https://commons.wikimedia.org/wiki/File:L7_band_live.jpg

 

A los más jóvenes y rebeldes se les sugiere que no se casen y a los más formales se les dice que el matrimonio es un infierno o que esperen al momento adecuado. Eso sí, la música era excelente, en todos los estilos. Ahora la música es bastante mala, y las letras son más convencionales que en ninguna época pasada. Es curioso esto. Woke ha sido una revolución puritana disfrazada de feminista negra con el pelo teñido de verde y se ha conseguido un nivel de autocensura enorme, tanto en la producción artística como en el mismo comportamiento social, y también, claro está, en nuestro comportamiento sexual. El principal canal de difusión audiovisual de esta ideología es Netflix, pero ha topado con el techo de la polarización social y su efecto se limita al sesgo de confirmación, no puede considerarse verdaderamente popular. Y las películas de temas sociales protagonizadas por Meryl Streep o Jane Fonda eran mucho mejores que las de Janelle Monae (aunque ella me cae mejor que las otras dos).


Pero si Woke ha entrado en una fase de decadencia, está ocurriendo algo más importante: va a desaparecer la Generación Silenciosa y se va a intentar reconfigurar el complejo sistema de difusión de ideas. El mismo Hollywood parece estar desapareciendo. Están circulando imágenes falsas del cartel de Hollywood en llamas (6), y de alguna manera, parece esto simbolizar el final de una era. Todo esto es difuso y forma parte del presente, por lo que es difícil hacer un vaticinio, pero el cambio se va a producir, se está produciendo, aunque yo no creo que cese la intención de estabular a la población humana, algo que seguirá interfiriendo en el arte y en la difusión audiovisual, pero no de manera tan brillante como en los 50, los 60, los 70 y los 80. Tampoco podemos ser muy receptivos a algo así, porque en aquel tiempo todo era novedad y ahora todo es una mala imitación de todo aquello que se hizo. No se puede volver al pasado ni sería conveniente hacerlo, aunque se pudiera.



Conclusión. 
 
En este artículo os estoy contando que hay un plan para disminuir la población mundial, que empezó en la década de los años 50 del siglo XX, que aún está en marcha y que estamos entrando en la última fase de la Transición Demográfica: quizá no veamos una estabilización de la población hasta dentro de cincuenta años y ahora no hay ninguna voluntad, al menos en España, de cambiar esta tendencia. Todo empezó, como digo, en los años 50 y fue inducido a través de la cultura, hacíendonos creer que el futuro sería catastrófico por culpa de la sobrepoblación mundial.  
 
Isaac Asimov, por ejemplo, decía que "si ponemos más gente en el mundo desaparecerá la calidad de vida"... En España hay cada vez menos españoles y hemos importado gente de fuera, con mal resultado, y seguimos, paralelamente, el proceso de transición demográfica. Nos estamos autoinmolando. Las políticas de control demográfico y de mejora genética de la población están muy bien hasta que descubres que quien sobra eres tú y que quienes proponen que desaparezcamos viven con todo lujo y tienen todos los hijos que quieren, como el propio Kingsley Davis, o como Ursula von der Leyen, que tiene siete hijos y promueve políticas antinatalistas y ecologistas. La ecología está necesariamente unida a esta ideología de la autodestrucción.

Los ciudadanos estamos demasiado preocupados por estos temas políticos de nuestro tiempo, teniendo en cuenta que hablamos de nosotros mismos como si fuésemos sacrificables, porque creemos que el futuro nos depara el colapso de todos los sistemas de abastecimiento e incluso el colapso de todos los sistemas de equilibrio de la propia naturaleza. Llevan décadas diciéndonos que nosotros mismos somos una plaga. Estoy harto de eso, la verdad, no porque yo no haya tenido hijos (que no los he tenido ni los tendré) sino porque mi familia, mi personalidad, mi vida laboral y mi desarrollo emocional se han visto afectados por esto y quiero venganza. Yo y millones como yo somos modernos monstruos de Frankestein, los niños no bendecidos de los que hablaba Pasolini (3).


Anexo: El papel de la Iglesia Católica.
 
Durante todos estos años hemos creído que la Iglesia Católica no participó en todo esto y que se opuso a la cultura del colapso demográfico. Se tiene a Juan Pablo II como "defensor de la vida", y lo fue (7). Pero la Iglesia Católica también participó, guardando las apariencias, en esta política criminal e injerencista, por parte de Estados Unidos, dedicada a que dejáramos de tener hijos. Durante el papado de Pablo VI la Iglesia, en principio, aprobó la píldora anticonceptiva (de manera nada transparente), con una condición muy peculiar: que la mujer mantuviera el sangrado menstrual, para alterar su naturaleza lo menos posible (8). Pablo VI, al final de su papado publicó la Encíclica Humanae Vitae (9), centrándose, por supuesto, en el matrimonio. La Iglesia ha mantenido este punto de vista familista desde entonces. Es verdad que Pablo VI, que conocía perfectamente lo que se pretendía, señalaba a las condiciones laborales, económicas y de vivienda como vectores principales del problema, pero de ninguna manera abordaron bien el tema cultural, porque se escapaba de la doctrina. En el punto tres de su encíclica pregunta Pablo VI: "¿no sería indicado revisar las normas éticas hasta ahora vigentes, sobre todo si se considera que las mismas no pueden observarse sin sacrificios, algunas veces heroicos?", y acto seguido pide que tal sacrificio sea un "reproducción menos exuberante". Pues no, no deberían revisarse, al menos la Iglesia no debería hacerlo, porque lo que se pretendía iba en contra del mismo cristianismo y de la doctrina. A mí me da igual la religión, pero esto es incoherente. Y, como digo, se centra después en el matrimonio, pero no aborda (ni podría abordarlo ya como es debido al clero) el tema de la revolución cultural en marcha y de su alcance en la nueva Generación Boomer (los melenudos con bigote de Pasolini), que se convirtió en la ejecutora de esas políticas globales, universales, "católicas". Más tarde, la generación demográfica X (mi generación) y la Y o Millennial, estaban ya tan amoldadas a la cultura del colapso demográfico que la pérdida de población fue inevitable. ¿Tenían razón aquellos que diseñaron este proceso de ingeniería social? Ahora estamos todos muy preocupados porque no nacen niños suficientes y porque han aparecido una serie de nuevos trastornos mentales a causa de la soledad, la falta de identidad, el desarraigo y el consumismo. Quizá no sea buena idea diseñar la sociedad humana ni mucho permitir que nos la diseñen una serie de personas que quizá nos perciban como inferiores a ellos.

En el "mensaje de Benedicto XVI en los cuarenta años de la Humanae Vitae" (10), Benedicto XVI habla de matrimonio y de terapias para favorecer la fertilidad. Como es lógico, no puede hablar de ninguna otra forma de procreación que no sea dentro del matrimonio. Y es cierto que el retraso del matrimonio y la decadencia de la institución matrimonial son parte importantísima del problema, pero siguen sin oponerse directamente a la totalidad de estas políticas. De todas maneras, las fuerzas que hay detrás de estas políticas son tan grandes y el cambio cultural ha sido tan profundo, que poco pueden hacer ya salvo seguir en esta línea de proteger la institución del matrimonio.

Tratar esto sería muy largo y no llegaríamos a una conclusión satisfactoria, pero que quede claro: la Iglesia conocía las políticas antinatalistas globales desde el principio y, por tanto, tales políticas antinatalistas son reales y han sido inducidas por medio de cambios sociales estructurales en todos los ámbitos de la vida humana y a través de la cultura, pasando por alto a la religión, como algo que inevitablemente se opondría a ellas.

Actualmente, IPPF y otras instituciones como la Clínica Mayo, recomiendan a las mujeres el uso de la píldora anticonceptiva para no tener la regla (11). Se ha llegado al punto en el que los procesos sexuales naturales del cuerpo de la mujer (y también del hombre) son considerados molestos y objeto de terapias médicas. Esto es algo central en la cultura del colapso demográfico.



Ernesto García-Testón Gómez a 12 de enero de 2025.




 

Nota de disculpa: siempre tiendo a divagar, pero esto es necesario si lo que quiero es describir una escena y sugerir qué implicaciones tiene su argumento y cómo suena. Divagar no es necesariamente malo, aunque puede resultar un poco farragoso para quien me lea. Esta edición tiene una calidad de borrador, por lo que pueden aparecer algunos errores.

Nota de 13 de enero de 2024: Los ciudadanos estamos demasiado preocupados por los temas políticos de nuestro tiempo, teniendo en cuenta que hablamos de nosotros mismos como si fuésemos sacrificables. Estoy harto de eso, la verdad.


 

Notas del texto principal:

(1) Nota biográfica de Kingsley Davis de la National Academy of Sciences: https://www.nasonline.org/wp-content/uploads/2024/06/davis-kingsley.pdf

(2) Thatcher, en su último discurso en la convención Tory de 1999 se quejaba del mal funcionamiento de los trenes y del sistema sanitario. Le salió la auténtica conservadora que tenía dentro, pero ese monstruo lo ayudó a crear ella.

(3) Pasolini critica este fenómeno de "los melenudos con bigote" en "Escritos corsarios" y "Las cartas Luteranas" de 1975.

(4) Recomiendo leer "AUAMBABULUBA BALAMBAMBÚ: La edad de oro del rock and roll" de Nik Cohn (1970) de Editorial la Felguera.

(5)  En ese subgénero del cine de divorcios no podemos incluir "La guerra de los Rose" de Danny de Vito (1989) o "Siete mil días juntos" de Fernando Fernán Gómez (1994), de humor negro. Yo las considero mucho más saludables, a pesar de lo macabro. 

(6)  "Las imágenes del famoso cartel de Hollywood en llamas por los incendios de Los Ángeles son falsas" https://www.20minutos.es/noticia/5671382/0/imagenes-famoso-cartel-hollywood-llamas-incendios-los-angeles-falsas/

 (7) Encíclica Sollicitudo Rei Socialis del papa Juan Pablo II, del año 1987. En el punto 25 habla del tema de la natalidad. En los estudios de Kingsley Davis y, posteriormente, de Judith Blake se señala a los católicos como más fecundos. La bronca viene de antiguo.
https://www.vatican.va/content/john-paul-ii/es/encyclicals/documents/hf_jp-ii_enc_30121987_sollicitudo-rei-socialis.html

(8) https://www.bbc.com/mundo/noticias-41421336

(9) https://www.vatican.va/content/paul-vi/es/encyclicals/documents/hf_p-vi_enc_25071968_humanae-vitae.html

(10) https://web.archive.org/web/20081220112757/http://www.zenit.org/article-28642?l=spanish

(11) Web de IPPF https://www.plannedparenthood.org/es/temas-de-salud/anticonceptivos/pastilla-anticonceptiva/cuales-son-los-beneficios-de-la-pastilla-anticonceptiva
Web de la Clínica Mayo https://www.mayoclinic.org/es/healthy-lifestyle/birth-control/in-depth/birth-control-pill/art-20045136 

Esto es una recomendación aceptada en todas las instituciones dedicadas a la salud reproductiva.








Ernesto García-Testón Gómez 2025.

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