domingo, 11 de agosto de 2024

El Desencanto.



Diseño de cabecera propio para representar el desencanto (por el azul). Pica y amplía.



Nota introductoria (8 de agosto de 2024).

 

Este artículo parte de los disturbios de Reino Unido en agosto de 2024, pero va a evolucionar. No es un único artículo sino varios. Voy a cruzar varios artículos en un texto continuo. El tema común será los efectos negativos de la política internacionalista de las democracias occidentales en los últimos 35 años, cómo hemos partido de la aceptación mayoritaria de la democracia a dudar de ella; de la idea generalizada de que las vacunas son buenas a dudar de ellas; de evolucionar hacia un estado de respeto a las mujeres bastante aceptable a un despertar de la misoginia; del consenso sobre la necesidad de la defensa militar de la nación a el abandono e incluso ser seducidos por fuerzas enemigas a través de su propaganda; y más asuntos relacionados.

Estoy escribiendo este Desencanto como una crónica, con una visión absolutamente subjetiva.

En todo momento intentaré ser objetivo, aunque cometeré errores, sin duda. Les pido disculpas de antemano y les insto a comentar respetuosamente todo aquello que no les convenza en mi escrito.

 

Nota de 15 de agosto de 2024:

Dije que iba a evolucionar y he salido del tema de los disturbios y la noción que podamos tener sobre la nación para dirigirme hacia otros temas como el turismo y la vivienda y dar un repaso a la historia. No estoy divagando, es una crónica.


Nota de 17 de agosto sobre el título:

Hubo una época en la que era más joven, en la que me sentía más fuerte, en la que me gustaba presumir y creía que todo tenía sentido. Pero con el paso del tiempo eso se ha ido agotando. Nací en una casa donde no había dinero, de unos padres que no querían que yo naciese, pero de los que aprendí una cantidad enorme de tonterías, porque los niños aprenden de sus padres, de su familia. Los niños hacen eso y eso que aprenden configura su personalidad.

Con el paso del tiempo, lo aprendido y mi personalidad no sirven -no soy simpático ni afectuoso, porque no me enseñaron a serlo, no estoy así configurado- y sigo sin tener dinero, lo que ha provocado que nada tenga sentido para mí. El orden que me domina me quiere donde estoy y eso no me conviene. El orden que me domina no es lo que yo había pensado: debo acatar la jerarquía, pero sé que quienes gobiernan no son de fiar.

Hubo una época de ilusión, en la que España y las convenciones sociales me encantaban, pero ya no me encantan. En eso consiste mi desencanto y supongo que el desencanto de muchas más personas.


Nota de 22 de agosto:

Hay esperanza en la integración, pero la parte que falta por integrarse debo ser yo.

 


Escila y Caribdis (8 de agosto de 2024).

 

He leído muchos artículos sobre los disturbios en Reino Unido provocados por el asesinato de tres niñas pequeñas en Southport. He visto los reportajes fotográficos y videográficos de los disturbios y de las manifestaciones pacíficas. A pesar de los gritos, las palizas y el fuego, lo que más me ha llamado la atención han sido los ciudadanos británicos inocentes que más se parecen a mí: británicos blancos y pobres, buena gente que son los que más sufren las consecuencias de las políticas migratorias.

La población autóctona de los países europeos occidentales está entre la espada y la pared, entre Escila y Caribdis, entre los grupos neofascistas que se erigen como sus defensores (nadie más lo hace) y las políticas pretendidamente progresistas de los partidos socialdemócratas y los partidos neoliberales. Hay partidos marxistas (pretendidamente) y partidos de derecha conservadora que necesitan a los movimientos radicales para mover al voto. Los radicales de izquierda apoyan las políticas migratorias extremas y la inmigración ilegal. Los partidos de derecha conservadora no tienen más remedio que tener relación con movimientos de extrema derecha, en parte porque han sido cancelados (por su oposición a la Agenda 2030, la Alianza de Civilizaciones y otras resoluciones de la ONU) y necesitan redes alternativas de propaganda y activismo. Las redes de propaganda y activismo marxistas parecen las de siempre, pero en ocasiones actúan como disidencia controlada, a pesar de su violencia, equiparable a la de los neonazis. Nos encontramos en un ambiente en el que es imposible estar en contra de las políticas migratorias y las políticas sociales y económicas del llamado globalismo. Estar en contra de esto es estar en contra de la democracia y del bien, aunque no traiga nada bueno. Quienes más sufren esto son las personas con menos poder adquisitivo, por debajo del salario medio. Y el sector de población más agraviado es la población autóctona.

El pasado 29 de julio, un adolescente de diecisiete años, Axel Rudakubana, hijo de ruandeses (pero de nacionalidad inglesa), asesinó a puñaladas a tres niñas pequeñas (de entre seis y nueve años) en una fiesta temática sobre Taylor Swift. La prensa tardó días en desvelar la identidad del asesino, siguiendo una línea de ocultación de la raza de quienes cometen este tipo de crímenes. Ante esto, activistas fascistas del Partido Nacional Británico y de la Liga Inglesa de Defensa Antiyihad, difundieron un bulo por el cual Axel Rudakubana sería un inmigrante ilegal, y usaron esto para provocar disturbios.

La prensa oficialista, de inmediato, usó de pantalla el bulo y los disturbios para desviar la atención sobre el asesinato de tres niñas pequeñas. Debido a la gravedad de los disturbios, la prensa británica y la prensa internacional informaron profusamente sobre esto, con los sesgos ya conocidos. Pudimos ver, en un vídeo viral, como un sujeto encapuchado, miembro de un grupo de musulmanes radicales, pinchaba las ruedas de una furgoneta de la prensa y les ordenaba marcharse del lugar donde tenían los disturbios en Birmingham (1).

La prensa oficialista trata de radicales de ultraderecha a otras personas inocentes, los británicos pobres blancos de los que yo antes hablaba, a personas pacíficas que salen con pancartas a pedir seguridad, sanidad y vivienda pública. Se quejan de que se les da a los inmigrantes las prestaciones que ellos necesitan, que les dan vivienda social cuando son ellos, los ingleses autóctonos, quienes las necesitan. en España, en Francia y en otros países pasa igual. Esto sin duda es un agravio enorme, es una ruptura del contrato social que nadie esperaba y que no vimos venir hace treinta años, porque la propaganda en favor de la inmigración masiva fue enorme. Hay manifestantes que se preguntan "¿para esto pagamos impuestos?" o "why should we paid for them?", "¿por qué deberíamos pagar por ellos?" (2). Como digo, es una ruptura del contrato social, que se ha producido en muchos aspectos de nuestra vida, en el Estado del bienestar, en el mercado laboral y en las costumbres. Pero estos son otros temas, volvamos al caso que nos ocupa.

Trataba yo sobre la prensa oficialista, que es la parte hegemónica del periodismo, una bandada de sinsontes a favor del Estado y la gran empresa. Pero hay otra prensa, los medios de extrema derecha, que llaman patriotas a los neonazis y hablan de una inexistente Liga de Defensa Musulmana y que esta es usada contra "los patriotas" -aunque sí es cierto que la policía inglesa es más permisiva con los grupos violentos de musulmanes y antifas que con los de ultraderecha-. Y detrás de esta prensa de ultraderecha hay intereses oscuros también, de verdaderos nazis, supremacistas, de grupos oligárquicos católicos con intención de volver a un sistema político basado en la nación, la raza y la religión. Bien es cierto que, en este planteamiento, el pueblo autóctono compuesto de aborígenes blancos de cultura cristiana es fundamental, por eso se erigen en defensores suyos. Y por las ideas fascistas de intervención estatal, por la preocupación ante el daño cultural de las políticas globalistas o por el distributismo cristiano (esto es más católico, pero los ingleses se parecen mucho a nosotros y conocen las prestaciones sociales modernas desde el siglo XIX), sus programas políticos son más sociales que los de socialdemócratas y liberales (que no derechistas) de la actualidad, lo que les está haciendo ganar popularidad y les está permitiendo crecer y hacerse más fuertes.

Pero claro, hay que tener en cuenta también que la llamada a la lucha callejera tiene efecto sobre esa población que viene sufriendo mucho desde hace décadas. En Rotherham han quemado un hotel con alojamientos para inmigrantes ilegales, pero fue aquí donde durante treinta años actuó un grupo de pakistaníes que violaban y captaban para las redes de prostitución a niñas inglesas de clase obrera, más de 1400 niñas. Dos generaciones fueron dañadas sin que los políticos hicieran nada y sin que la prensa oficialista dijera nada, por no parecer racistas. Es lógico que estén indignados y que quieran quemar cosas.

Resumiendo, la política en el poder y la prensa oficialista atacan a la población blanca empobrecida, desplazada y agraviada; y los partidos y la prensa de ultraderecha atacan la política migratoria, difunde mensajes de fondo racista (no abiertamente) y llama patriotas a los miembros de partidos radicales de extrema derecha (el Partido Nacional Británico procede de la British Union of Fascist, al igual que otros partidos similares). Y esto es bastante preocupante para la población blanca pobre y empobrecida, porque unos les atacan y otros les prometen un paraíso totalitario que de hacerse realidad lamentarían. Por esto digo que la población autóctona blanca (pobre, empobrecida y agraviada) está entre Escila y Caribdis.



División social (8 de agosto de 2024).

 

La política migratoria no sólo ha provocado un conflicto entre blancos pobres e inmigrantes. También se ha creado un conflicto entre defensores y detractores de las políticas de inmigración y de otras políticas cuya imposición tiene el fin de la trasformación social y que han sido muy disruptivas con el contrato social preestablecido.

La mayoría de las personas intentan no meterse en ningún conflicto, para poder seguir con sus vidas sin problemas añadidos y sin sufrir represalias. Quien decide opinar en contra de la agenda transformadora sólo encontrará aliados en la derecha conservadora (muy capitalista), en los supremacistas o en algunos grupos radicales de izquierda muy minoritarios. Quien se opone a la agenda transformadora se enfrenta al Estado que lleva a cabo estas agendas, que mantiene la política migratoria y que ha disminuido el Estado de bienestar para satisfacer otros gastos que no benefician directamente a la población.

La cultura de la cancelación (algo surgido de la guerra psicológica) señala y condena al ostracismo, sin juicio, a quienes opinan en contra de las agendas transformadoras (3). Se han creado nuevas leyes que tipifican los delitos de odio y se puede amenazar con la cárcel a quienes se oponen públicamente a las leyes migratorias, a las leyes de género o a cualesquiera otras de estas nuevas medidas disruptivas (esa es su finalidad), aunque sus puntos de vista y alegatos sean razonables. Y como resultado de estas y de otras imposiciones, los partidos fascistas, nacionalistas o reaccionarios han crecido y se han fortalecido, han vuelto a tener una razón de ser.

Pero yo aquí, en este apartado, estoy tratando la división social. Hay que tener en cuenta que, en caso de una hipotética guerra civil en cualquier país occidental, los defensores y los detractores de las agendas transformadoras, de las políticas migratorias o de las políticas de género, serían enemigos. Estarían en bandos opuestos, sin duda. Se ha creado una situación difícil de resolver. Han quemado las naves, ya no se puede regresar, tan sólo se puede vencer o morir. Y yo me pregunto si era necesario hacer esto así o si han obtenido el resultado que esperaban. Hay que tener en cuenta que es rarísimo ver a un político hacer autocrítica. También hay que esperar que haya progresistas que oculten oscuros propósitos.



Desestabilización (9 de agosto de 2024).

 

Hago un paréntesis necesario. Este largo artículo mutante tomará a veces forma de crónica histórica y la historia es un arte cuando se trata de interpretar la complejidad de la asociación de sucesos de un momento dado. Por eso es necesario, para ambientar la confusa actualidad.

Traté anteriormente el asunto de los disturbios de Reino Unido de agosto de 2024. En esto, como en otras cosas, se ve que hay una prensa oficialista hegemónica y una prensa contestataria o reaccionaria minoritarias. Y vimos que nadie se preocupa realmente ni de la libertad de expresión ni del pueblo, tan sólo de satisfacer oscuros propósitos y de emitir propaganda. Hablemos de oscuras intenciones, de turbios planes, pero sobre todo hablemos de propaganda.

Las políticas disruptivas (muchas de ellas motivadas por el gran capitalismo) y la guerra de propaganda es algo que está dañando la democracia y que desestabiliza nuestros países. La perturbación de los disturbios de Reino Unido ha llegado a España también y ya hemos visto como bots rusos que se hacen pasar por activistas de ultraderecha llaman a levantarse, a provocar disturbios (4). Pero no es el único caso ni toda la propaganda es un ataque de una nación extranjera (ahora somos enemigos de Rusia).

Y también tenemos fuerzas subversivas dentro. La ruptura del contrato social y la pérdida del bienestar favorece el crecimiento de la extrema derecha, como ya dije, y de la extrema izquierda, que ya no es soviética, no depende de Rusia, sino que es latinoamericana, afín a las dictaduras cubana y venezolana y al Grupo de Puebla o el Foro de Sao Paulo. Sus propuestas políticas son bastante peligrosas y aprovechan el debilitamiento de las democracias para crecer.


El Estado, la prensa, la gran empresa, todos usan la propaganda para implementar sus agendas. La implementación de las agendas políticas y capitalistas es disruptiva, la disrupción provoca malestar y empobrecimiento, el pueblo está confundido y es más receptivo a la propaganda. Y en esta situación, la desestabilización se ve como una oportunidad, como una oportunidad para hacer el mal, aunque se pretenda que las intenciones son buenas. Y el pueblo, los autóctonos, también tienen estas amenazas de la desestabilización, de la pérdida del bienestar y de la ultraizquierda, acechándole. Me parece perfectamente lógico que haya muchas personas que decidan ignorar la política, porque no tiene nada que ver con ellos, en el mejor de los casos. En el peor de los casos, en la política no hay nada bueno para ellos.

 

 

Vivienda (9 de agosto de 2024).

 

Debido a la falta de vivienda asequible y a que el Estado español lleva años sin construir vivienda social, hace más de una década que la izquierda radical ha creado, a través de la propaganda, el movimiento okupa. La realidad del movimiento okupa es que son muy pocos y que se reúnen en edificios cedidos por municipios. El resto de los okupas son pobres que no tienen donde vivir, y de estos cada vez sí hay más, muchos de ellos inmigrantes ilegales (5). El caso es que los inmigrantes necesitan un sitio para vivir y han agravado el problema de la falta de disponibilidad de vivienda asequible, aumentado también por el alquiler turístico. No hay vivienda asequible y el alquiler de larga duración ahora mismo es casi imposible. Pero hay muchas casas vacías, que ni se venden ni se alquilan, por muchos motivos, por lo que ha aumentado el fenómeno de la ocupación ilegal. El caso es que los okupas también necesitan una casa para vivir. Pero yo estaba hablando de propaganda.

Acabo de explicar que la izquierda (por ejemplo, Ana Colau), ha creado el movimiento okupa. Y la derecha a creado a Desokupa (6), una empresa dedicada a echar a los okupas: han encontrado un nicho de mercado y, con un ideario y unas intervenciones públicas de derecha, realizan este trabajo. Desokupa no resuelve el problema de la falta de vivienda, por lo que no resuelve el problema de la ocupación, pero han sido tomados como ejemplo en la propaganda de derecha y de ultraderecha, la ideología de los miembros de esta empresa.

Desokupa no resuelven el problema, lo agravan: el efecto de la publicidad de sus acciones es que se genera pánico moral en el colectivo de propietarios y arrendadores, que tienen miedo de alquilar (7)(y tampoco es rentable un alquiler barato para ellos, por los impuestos). Este pánico moral conviene a la derecha para captar votantes.

La izquierda, para captar votantes, creó el movimiento okupa y generó pánico moral hacia los propietarios (que no necesariamente son tan ricos como un político de izquierda). La derecha ha creado pánico moral hacia los okupas, hacia los pobres, hacia los inmigrantes y hacia los inquilinos de larga duración que necesitan alquileres baratos (no hay alquiler social, recuerden). A los políticos les conviene el pánico moral, resolver el problema de la escasez y los elevados precios de la vivienda no.

Ante este panorama de degradación social, el pueblo necesita soluciones, pero nadie se las da, que no os confundan con acciones pretendidamente bizarras. En el caso de la vivienda, votar a unos u otros no resuelve el problema, pero a ellos les convienen los problemas a corto plazo, para conseguir votos. No existe una solución democrática en este caso. La única solución es que quien gobierne (sea quien sea) tenga voluntad de resolver el problema de la vivienda.

 

 

El contrato social y La Isla de los BEP (10 de agosto de 2024).

 

Existen minorías dirigentes, la alta burguesía, la clase política y la prensa. El uno por ciento son los ricos y el otro uno por ciento son políticos, y el seis por ciento de la población son funcionarios. Todo esto suma un ocho por ciento. Hay otro dieciocho por ciento de la población que son pensionistas (yo soy uno de ellos, aunque mi situación es liminal). Las posturas de estos últimos son variadas, pero su situación es similar en todos los casos: su vida está estancada, ya no van a desarrollar un proyecto vital diferente, porque son demasiado ancianos, porque no pueden o porque no les conviene hacer nada más. Ya tenemos un veintiséis por ciento de la población, algo más de la cuarta parte. ¿Y qué pasa con el restante setenta y cinco por ciento?

Vamos a aplicar el porcentaje estimado entre propietarios y no propietarios de su vivienda (o de más inmuebles). En torno al ochenta por ciento son propietarios o están pagando hipoteca. Eso deja un veinte por ciento, pero se estima que en torno al dos y medio por ciento van a perder su vivienda por impago de la hipoteca (datos del Banco de España). Y hay alrededor de un siete y medio por ciento de inmigrantes en España. Esto nos deja un quince por ciento de blancos españoles pobres.

Hay un youtuber que se hace llamar Un Tío Blanco Hetero  o UTBH, pero él es rico y famoso, por tanto representa al uno por ciento antes mencionado (y se ha ido a Andorra). Pero hay un quince por ciento de blancos españoles pobres  o BEP. Los llamaré BEP a partir de ahora. Antes os dije que yo soy pensionista pero que estoy en una situación liminal, porque no soy propietario y ya no puedo pagar un alquiler (aunque mi pensión no esta mal), por lo que soy BEP a efectos prácticos; pero de algún modo yo soy un privilegiado, porque no tengo que trabajar para comer (puedo comer pero no puedo alquilar un pisito barato, no hay pisitos baratos para alquilar). A día de hoy, hasta que sea propietario o esté pagando una hipoteca, soy BEP. La mayoría de pensionistas son BEP (8), por lo que los BEP son más de ese quince por ciento, pero calcularé por bajo, para que no se diga que inflo las cifras. Hablaré de BEP estrictos, los que cobran menos del salario medio y no cobran pensión.

Entre clase media y BEP sumamos el noventa y cinco por ciento de la población, y hemos sido polarizados entre ideologías de "derecha" y "izquierda". entrecomillo estas palabras porque no son ni una cosa ni la otra: mayoritariamente serían opciones liberales de la derecha y de la socialdemocracia, es decir, liberalismo y neoliberalismo. Esa división se conserva en los BEP, pero ocurre algo interesante a medida que bajamos de ingresos económicos: mientras que entre la clase media predomina una opción liberal y otra de izquierda, entre las clases bajas predominan la derecha más tradicional y la socialdemocracia. ¿Por qué es esto así? Porque las clases bajas esperan seguir recibiendo prestaciones, ya sea por la política distributista o distribucionista de la derecha o por la política también distributista de la socialdemocracia, frente a la justicia social asignativa rawlsiana (por John Rawls) del neoliberalismo. Y es en las clases bajas donde encontramos el radicalismo de izquierda o de derecha, los fascistas y los antifascistas, pero no los de salón (de clase media o alta) sino los que salen a la calle a pegarse. Es sabido que los grupos radicales siempre han reclutado entre la clase obrera. Hasta aquí nada nuevo.

La "novedad" (desde hace décadas) está en la inmigración masiva, en la falta de vivienda social, en la falta de oferta de vivienda asequible, en el desempleo causado por la deslocalización industrial y por que hay demasiados inmigrantes. Todo esto afecta más a ese quince por ciento de población BEP. Y los grupos de extrema derecha son racistas y de clase obrera. Por  otra parte, el Estado ha cambiado el contrato social y ya no se debe a la población autóctona (de la tierra) sino que prioriza sus atenciones a los inmigrantes por considerarlos más vulnerables. Este cambio o disrupción en el contrato social ha provocado que crezcan los grupos de extrema derecha, porque aprovechan para protagonizar el muy justificado descontento BEP. De hecho, nadie defiende realmente a los BEP salvo partidos de derecha como Vox, que tienen un componente neoliberal muy fuerte, y la ultraderecha. La izquierda marxista no defiende a los BEP, porque defienden el modelo de inmigración masiva y porque el modelo de tributación por tramos afecta a los trabajadores que perciben entre el salario mediano (1600€/mes) y el medio (2200€/mes), que están en el rango de ingresos BEP. Y además, estos políticos de la izqueirda marxista ya no son como el frugal Julio Anguita (a excepción de Teresa Rodríguez y cuatro más, que son frugales pero pobres no son), sino que son ricos también, pertenecen a ese 1% de la clase política.

Hay castas. Una casta académica, que no son como la casta bramán, pues no tienen latifundios, pero son una élite pagada por el Estado con sueldos de categoría A; y su palabra es ley divina, es decir, que es dogma, pero se les hace caso a conveniencia. Hay una casta política y otra casta financiera (chatrias y vaisías), una clase obrera (sudras) y los intocables BEP. Los BEP no saben, no entienden y no pertenecen a grupos de especial protección (salvo discapacitados graves, gais y mujeres maltratadas o esclavizadas, pero pasando a una situación de asilo poco favorable).

Los BEP son una isla rodeada de tiburones y monstruos marinos (megatiburones y crocosaurios, el Kraken y el Leviatán). Estos tiburones y monstruos marinos son: la clase política, los usureros neoliberales, los progres ricos, los inmigrantes, los neonazis y las potencias extranjeras y los comunistas subversivos patrios que aprovechan la desestabilización para malmeter, empeorar la situación de los BEP y exacerbar su descontento o su deseo de venganza (4). El nuevo contrato social está diciéndonos que nos quedemos en nuestra isla y que no molestemos.

Es evidente que tienen que construir un puente para unir la isla con el continente, porque mantener las líneas de ferris cuestan mucho dinero: constantemente los monstruos marinos se comen los barcos, con los BEP dentro.



Esperar el colapso del capitalismo es como esperar a que te toque la lotería (11 de agosto de 2024).
 
Recuerdo una serie de televisión de 2008 (que es pura doctrina del shock) llamada "Jericho", en la que EEUU sufría un golpe de Estado después de varias explosiones nucleares en sus principales capitales. Fue cancelada, afortunadamente.

La idea de que EEUU y por ende Occidente se vayan a la mierda es un consuelo para los pobres, azotados por el gran robo mundial de 2008.
Esa es la emoción profunda que explotan esa mierda de narrativas. Es droga para pobres, crack para el alma.

Todo el mundo habló mucho de la película "Civil War" de Alex Garland (2024) , pero llevamos ya mucho tiempo pensando que EEUU se va al carajo y nunca sucede nada parecido. Civil War fue nº1 de taquilla en EEUU, pero fue nº18 en España. Esto es un ejemplo de importación de emociones tóxicas. Y que conste que son ellos los que dan la tabarra al mundo entero con el miedo al colapso de su propia nación. Esto es doctrina del shock llevada a la narrativa, pero al nivel de un polvo por compasión.

Esperar el colapso del capitalismo es una esperanza vana. Los sentimientos profundos que motiva esta esperanza es un sentido pueril de la justicia, verse a sí mismo convertido en héroe, ver caer a los poderosos... No es un deseo marxista ni libertario (del libertarismo norteamericano), sólo es una estupidez.

 

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Recuerdo los programas de preperismo o survivalismo. Man vs Wild (El último superviviente de Bear Grylls) se emitió entre 2006 y 2011. Hubo muchos otros programas, variantes. Durante diez años reinó la locura preparacionista (9). Todo esto acabó con la pandemia y con la película Nomadland de Chloé Zhao (2020).


Según las narrativas vivimos en un mundo postapocalíptico, pero no es 
postapocalíptico sino postcapitalista, posterior al advenimiento del totalitarismo capitalista (10). El mundo no se ha destruido, simplemente ha cambiado. El mundo ha cambiado y quienes no se han adaptado satisfactoriamente deben sobrevivir como nómadas. Sobrevivirán si se lo merecen, si Dios quiere. Ese es el relato. Detrás de todo esto hay un tufillo a psyop evangelista que es pura mierda.

La realidad es que podréis crear una familia y vivir como dignos hijos de Dios, con aire acondicionado y lavavajillas, si contraéis una gran deuda con un banco. Quienes no puedan, serán los hijos pródigos, los parias, los nómadas. Todo esto sigue siendo importación de ideología tóxica norteamericana.

Le doy vueltas a esto y no veo nada bueno.

 

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He recordado también la narrativa zombi es más variada y no sólo se ha usado para inducir comportamientos y vender machetes, sino también para hacer humor y crítica social. Es algo más antiguo y viene del cine de serie B y del cómic.

Las producciones sobre el cambio climático y esas mandangas van también en la línea del familinazismo y el miedo a perder tu estilo de vida, tu coche, tu casa y tus trastos electrónicos y volver a la Edad de Piedra. La narrativa da para mucho: los disturbios sociales reales y el tratamiento que se les da en la prensa, en la televisión y en el cine también forman parte de la narrativa. El cambio climático o los disturbios son lo de menos, lo importante son tus miedos, por que tus miedos te controlan. Cuando alguien os diga que el mundo, el capitalismo, el clima, o lo que sea, van a colapsar, o es imbécil o intenta meteros miedo para que hagáis algo sin pensar.

El miedo nos impulsa a hacer algo (impulsivamente). Si eso se repite constantemente pues se convierte en una costumbre, en un estilo de vida. El miedo es eso que necesitamos para dar el paso y la doctrina del shock consiste en usar el miedo para inducir comportamientos sociales. El problema es cuando tenemos el miedo pero no el dinero suficiente para dar el paso. Eso es una gran putada, porque la vida moderna se basa casi exclusivamente en el consumo y en estar hipotecado hasta las trancas.

El problema de la ruptura del contrato social es muy complejo, pero el apocalipsis capitalista que se produjo en USA entre 1998 y 2008 tiene gran parte de culpa. Aunque no es irreversible, la historia cambia constantemente. No es un apocalipsis real, sólo existe en la narrativa. Es un problema de percepción y voluntad.

Hay que volver a plantear un sistema de justicia social, pero no limitándose a la idea de John Rawls -de orden capitalista donde la estructura económica y la mano invisible (13) reparten satisfactoriamente la riqueza- sino combinando esto con un sistema distributista para atender a los desfavorecidos y sin perder lo que conocemos como Estado del bienestar. No parece conveniente aferrarse a las estructuras conocidas, porque las han minado, pero se pueden hacer cosas buenas y más eficientes, ¿por qué no?

Se han producido demasiados cambios, de todo tipo, por lo que es un problema complejo el que se plantea: volver a poner orden, después de los desequilibrios provocados, pero esta vez con los medios de los que se disponen en la actualidad y aportándose soluciones nuevas a nuestros problemas (educación, desempleo, vivienda, sanidad, etcétera).

El Estado del bienestar es europeo y la idea epicúrea de felicidad también lo es (con la influencia oriental que tenga): vivir sin temor, alcanzar el estado de ataraxia y ser virtuoso. Es mucho mejor que la doctrina del shock, el cabreo permanente y el puritanismo de los despiertos. Nosotros tenemos un ideario mucho más rico al que recurrir que no ese protestante y capitalista que es tan duro y limitado. Ellos han comprado los rincones más bonitos de Portugal, España, Italia y Grecia, porque desean vivir como nosotros vivíamos (ya no es así). Pese a todos nuestros defectos, nuestras mezquindades, la miseria y la violencia de nuestra historia, vivíamos con más tranquilidad que ellos, rodeados de belleza (no siempre, esto es una idealización) y todo por mucho menos dinero. Hay ideas e historias mucho más bonitas que las contenidas en una película de comunidades protestantes que sobreviven en un éxodo del apocalipsis zombi. Todo eso son estupideces. Ese mundo de la tradición protestante se está destruyendo, como todas las tradiciones, y evoluciona hacia algo nuevo. El mundo siempre está cambiando.


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Cuando yo era niño, el peligro era la Unión Soviética, el escenario desolador era la guerra de guerrillas y los protagonistas eran boinas verdes americanos encarnados por actores musculosos (todo esto parecía entonces muy heterosexual). El objetivo era reclutar tontainas con poca autoestima y defender el estilo de vida americano. Ahora el objetivo es recuperarlo, después del apocalipsis zombi. Todo gira en torno a un ideal, un ideal inalcanzable que a cada cual le cuesta mucho dinero mantener. Pero eso ha cambiado.

Ahora se considera que el capitalismo ha triunfado y que la humanidad no avanza y mantiene su atraso por culpa de las estructuras estatales existentes. fuera de las narrativas del cine y la televisión, hay una narrativa política capitalista que dice que hay que destruir el Estado tal y como lo conocemos y adaptarnos a un orden nuevo adaptado a la tecnología, las finanzas y las criptomonedas. Lo que se viene representando en el arte audiovisual y literario, desde hace tiempo, es la destrucción del mundo viejo, mientras se crea el nuevo en la vida real. Otra vez estamos ante una revolución de la burguesía, de la burguesía financiero-tecnológica. Es la misma de siempre, pero con ordenadores y con mucho más dinero.

Estamos ante algo muy peligroso, porque los fanáticos de estas ideas quieren la eliminación del Estado de bienestar y están generando pánico moral hacia todas aquellas personas que no son productivas. Otra vez hay quien habla de parásitos, como si fueran Goebbels. Se trata de personas normales que, mientras son jóvenes, tienen unos años de productividad en trabajos de baja cualificación y después dejan de trabajar, pasando a ser perceptores de alguna prestación (los BEP). Estamos hablando de millones de personas, de buenas personas que quieren ser útiles pero no tienen ocasión de serlo y que no quieren dejar de existir, como les gustaría a los anarcocapitalistas. Y aquí está uno de los puntos a tratar en el tema de la ruptura del contrato social: a efectos prácticos, da igual que hayas nacido en Senegal o en Ajofrín, lo que importa es que seas productivo y que no protestes.

Por otra parte, todas esas personas tienen derecho a voto. Y nos encontramos con una clase política corrupta, cuyas familias y sus propias personas se han enriquecido con dinero público, que no ofrecen soluciones a los nuevos problemas, que están teniendo que hacer frente a las viejas ideologías radicales (que están fortalecidas) y que se enfrentan ahora a un nuevo fenómeno: a estrellas de las redes sociales y los canales de mensajería que se han colado en el sistema, que tienen su propia financiación y que quieren llegar a gobernar. El caso de Alvise Pérez no va a ser el único, me temo (12).

El caso es que esa ruptura del contrato social (por la izquierda y la derecha) es la que está minando la democracia y no se percibe que el Estado y la actual clase dirigente estén solucionando el problema. Pero no os preocupéis, que no estamos solos y, aunque no lo parezca, en España hay quienes piensan en estos problemas y conseguiremos solucionarlos. Pero esto es una historia que no conozco todavía y habrá que dejarla para otra ocasión.

 

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Nota: este texto del día 11 de agosto de 2024 se basa en un hilo en X (11). He tenido que corregirlo y ampliarlo, porque el hilo tiene unos cuantos errores de concepto y de sintaxis. Suelo usar esa plataforma como bloc de notas, escribiendo de manera divagante en fichas de no más de 280 caracteres.

Nota: Estados Unidos es un país que tiene muchas cosas buenas, pero también tiene muchas cosas malas. Es difícil distinguirlas a veces. Yo no odio a Estados Unidos, pero no los considero ejemplares.

 

 

El turismo (14 de agosto de 2024).

 

 El turismo sí es un problema para la clase baja. Lo que hemos visto durante todo este agosto es una campaña en redes sociales para defender el turismo, probablemente dirigida por agencias pagadas por el sector. Y a los gobiernos les viene bien. La campaña existe y está dirigida por alguien.

El turismo no es una burbuja. El turismo ha tenido, año tras año, un aumento de ingresos constante. Pero al abaratarse los viajes y el precio de estancia por noche, se masificó. El crecimiento del numero de turistas ha sido exponencial, podría decirse, y cada turista gasta menos. Es decir, los ingresos son los mismos o son los que corresponden al aumento habitual, pero el numero de turistas ha crecido mucho más. Cuando disminuya el número de viajeros, manteniéndose es modelo de turismo barato, pues habrá problemas.

El problema del turismo es que está tocando techo. Ahora mismo es una forma de ganar pasta, pero llegará un momento en el que no pueda crecer más o incluso mengüe. Habrá empresarios que sigan en pie y otros caerán. Y los problemas sociales e industriales seguirán sin resolverse.
Al Gobierno (del PP o del PSOE, da igual) le conviene mantener lo que tienen, porque no tienen alternativa o no les interesa tenerla. Tampoco saben cómo resolver los problemas de vivienda, pero el turismo es prioritario para ellos (es el 12% del PIB).

Eso es lo que yo veo, desde mi posición. Manifestarse, protestar en X, atacar a los empresarios de la hostelería o atacar a los turistas son gilipolleces. Nada de eso sirve para nada.
Lo único que se puede hacer es aguantar y adaptarse.


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P.D. El Gobierno también hace campaña, echándose flores por el aumento estacional del empleo. Para los partidos políticos, para el Gobierno (el que sea) y para el sector lo importante es defender lo que hay. Eso es lo que hay.

P.D.2 Suponiendo que se salga de esta situación ahora mismo tardaríamos varios años en ver soluciones: dejarían de venir turistas, cerrarían negocios, muchos pisos quedarían cerrados hasta encontrar nuevos incentivos para el alquiler, aumentaría el número de indigentes, etc...

El problema empezó en el pasado. Tomando entonces el camino fácil se llega ahora a un atolladero. Es imposible conocer el futuro, pero hay formas de no tomar malos caminos. Una buena manera es no hacer cosas feas:

La estética es importante. Las crisis mundiales las provocan los horteras.



Con Franco era mucho más fácil alquilar
(15 de agosto de 2024).


Según las tesis neoliberales, Franco se cargó el mercado del alquiler en los 60s, pero la verdad es que consiguió resolver los problemas de vivienda. el mercado de alquiler se recuperó ajustando precios por debajo en los 70s (algo que no esperaban diez años antes), porque había casas disponibles y los sueldos se quintuplicaron en esa década. Debió ser una buena época para los jóvenes, de hecho la mejor época conocida en cuanto a los alquileres y compra de viviendas.

El PSOE derogó esa ley (del 64) en 1985, porque se pagaban algunas rentas ridículas (gente mayor que llevaba 20 años con un alquiler). Pero no pusieron en marcha un plan de vivienda social de alquiler. En la actualidad existe la posibilidad de pedirla, pero no hay viviendas disponibles para conceder tal cosa.

 

*


La ley de Franco era bastante más anticapitalista de lo que pueda pensar Yolanda Díaz, que también paralizaría el mercado (más aún de lo que está) si congela los precios. Pero en los años sesenta del siglo pasado eran conscientes de que la ley era "fragmentaria", insuficiente. Y tenía en cuenta al propietario, que pagaba menos impuestos (14).

Hay una ley de 1954 que no he leído, de una época en la que no habían viviendas suficientes todavía.
Pero al parecer era complicado alquilar, hasta los años 70, por lo que dije antes (15).

El éxito de la política de vivienda franquista se debió a que pasaron de no tener viviendas suficientes a tener muchas, pero para vender. Eso era la etapa del desarrollismo español. Aunque regularon el alquiler, no había alquiler social. Había alquiler, pero no era una opción fácil si no ganabas mucho. El alquiler para vivienda habitual se considera entonces y ahora una actividad marginal, cuando no lo es. Debería regularse como lo que es, algo normal, habitual, necesario, porque hay muchas personas que no pueden comprar. Siempre habrá demanda de pisos de alquiler asequible.

Por muchas razones, ahora está jodido lo de alquilar: no hay oferta, hay demasiados pisos turísticos sin licencia, hay demasiada inmigración y el comportamiento de los arrendadores se ve afectado por el pánico moral (hacia okupas, gamberros y morosos) y por los impuestos.

Ahora mismo, construir una casa de 60m2 sale por unos 100-120.000€, es carísimo. La estrategia de la política de vivienda franquista se basaba en abaratar los costes de construcción, y les fue bien con eso. Eso sí fue un acierto. Ahora, los materiales son caros y hay que cumplir unas normativas ambientales y pagar una serie de impuestos y el metro cuadrado sale a unos 2000€ (16).

Otro problema con el alquiler es que ser rentista exige que tengas muchas viviendas alquiladas. Tener uno o dos pisitos para alquilar no sale rentable. Y las familias cambian, no es una situación estable la que tienen con respecto a sus propiedades.

Hace falta vivienda social de alquiler, pero para hace cuarenta años. Pero esto es algo complejo, porque así menos propietarios decidirían ser rentistas, habría menos oferta privada. Habría que disponer mucha vivienda, tanta que hubiera de sobra.


Toda decisión que se tome modifica la estructura.
Los problemas empiezan en el pasado: tomando entonces el camino fácil se llega a un atolladero en el presente.

*

 

Yo nunca he sido propietario, he vivido de alquiler durante los últimos 25 años. Y ahora no puedo comprar. Pensar en esto me hace replantear muchas cosas. Tener ropa bonita, libros y otras cosas así es superfluo. Tener tecnología portátil, un televisor barato, para poder abandonarlo. Largarte de tu residencia cada 9 meses y vivir con una maleta y una mochila. Yo ahora he logrado reunir unos doscientos libros. A lo largo de mi vida debo haber tirado al contenedor otros quinientos. Para tener libros hay que ser rico, es un indicador de estatus.

Hay quien tira cosas peores al contenedor.

 

*


P.D. Hay quien piensa que con Aznar era mejor porque se construyó mucho, casi todo privado. Y porque podías ganar 400.000 pesetas al mes en una obra. Y porque había muchas prostitutas. Los noventa fueron la década dorada de los puticlubs. Pero, en cuanto al trabajo y al alquiler, los 90 fueron una puta mierda, igual que ahora, menos para los ricos, claro.

Nota: en realidad los alquileres no se recuperaron en los 70. Esa fue la mejor época para alquilar jamás conocida. A principios de los 90 hubo una crisis en esto, que se recuperó con el ladrillazo. Y ahora ha caído, así que estamos como en los años 50 otra vez. Es un desastre.

 

Nota: lo del turismo empezó también en los años 60. Pero entonces era imposible predecir lo que iba a pasar cincuenta años después (es imposible ahora). Más culpa tienen los que lo han visto a toro pasado.


En conclusión: que hay que abaratar los costes de construcción, construir vivienda social para alquiler y bajarle los impuestos a los arrendadores privados (sólo para el alquiler de larga duración).
Esto es como lo del turismo, hay que aguantar y adaptarse. Pero ahora hay dificultades añadidas como la inmigración masiva, Airbnb, las leyes ambientales, etc. Hay un gasto público excesivo e impera la codicia.


Nota de 16 de agosto de 2024:

No he encontrado datos sobre el precio de alquiler, pero si miramos el gráfico que aparece en este artículo y tenemos en cuenta que la renta antigua se basaba en el precio de escritura, efectivamente, el precio del alquiler habría sido barato entre 1975 y 1985, habiendo mucha vivienda disponible: http://www.perpe.es/2016/01/27/es0116/#

En  1975 había un pico de stock de vivienda, éramos 12 millones menos de  habitantes, los precios eran bajos, cobraban pocos impuestos y los salarios se quintuplicaron  entre 1970 y  1978. Esa situación fue buena para los alquileres. Pero el alquiler es  algo a lo que no se presta atención.

 

Nota de 17 de agosto de 2024:

Si ahora se hace lo que dice Yolanda Díaz y se limitan los precios no pasará lo de los años 70 como no empiecen a construir, a construir mucho, y no dejar el alquiler como residuo del mercado inmobiliario. Una manera de no tener que construir tanto es la vivienda social de alquiler. Y además, ni los salarios se van a quintuplicar, ni los impuestos van a ser los de los años 70, ni nada parecido -y espero que no suban más los sueldo, porque eso me perjudicaría mucho a mí-. Van a tener que construir vivienda social para que haya viviendas disponibles de sobra. No hay otra manera. Todo el dinero de la 2030 deberían dedicarlo a eso.

Mi vida es la de una persona disminuida, no por mis facultades, que al parecer tengo muchas, sino por el dinero. Siempre he sido pobre. Y necesito un mundo de pobres para poder sobrevivir.
Eso no es comunismo, es comprender que de otro modo yo estaría muerto.

Necesito vivir baratito. Pero todo lo que me rodea es carísimo. Y toda la gente que veo por la calle es inmensamente rica en comparación conmigo. Todo lo que veo es un abismo.
Pero hay mucha gente que está peor que yo, muchísima gente.


P.D. En unas determinadas circunstancias, la cooperación y la contención de la codicia llevan a un resultado mejor, pero siempre habrá que convencer a quienes sólo miran el beneficio inmediato y el quitar de en medio a la competencia. Es una lucha eterna.

 

Nota de 18 de agosto de 2018:

 Con respecto al precio de vivienda, aumento del poder adquisitivo y salarios, stock de vivienda, impuestos y cantidad de población, los mejores años para alquilar debieron ser entre 1970 y 1980. A partir de 1985, con el PSOE, se abre la veda en el mercado inmobiliario. Los 90 fueron un horror. Entre el año 2000 y 2014 fue aceptable (había muchas viviendas). Después empeora y llegamos a la situación actual, francamente difícil.

En la actualidad se puede solicitar vivienda social de alquiler, de alquiler con opción a compra y para comprar (eso está bien), pero los tiempos de espera van de cinco a quince años, dependiendo del solicitante y del lugar donde solicite. Y es local, por lo que se puede solicitar en una ciudad y cuando la concedan el solicitante ya no está allí, porque ha tenido que irse. Es un asunto complejo.

 

*

En los años 70 había otros problemas, había menos gente, muy poca inmigración y el pánico moral se enfocaba en los quinquis y no en los okupas. El mercado inmobiliario tenía su lobby, pero de ningún modo tenían el poder propagandístico que tienen hoy en día ni sabrían usarlo. Uno de los signos de esta época es el uso masivo de técnicas de guerra psicológica por parte de los lobbies. Es algo que la tecnología actual permite hacer. Y vamos a tardar años en digerir esto.


Nota de 19 de agosto de 2024:

Llevo unos días estudiando lo de los alquileres y, puesto todo en orden, no tengo más remedio que decir que Franco resolvió el problema de la vivienda y que el PSOE fue el partido en el poder que en 1985 inició el actual modelo, en el que es imposible vivir de alquiler.

En 1964 se promulgó una ley que congelaba los precios de alquiler y supeditaba el precio al de la escritura. Esto es malo para la oferta, pero le salió bien porque en los siguientes 11 años construyeron más de 4 millones de viviendas públicas.

Y los salarios, entre 1970 y 1979 se quintuplicaron. Los precios de compra y de alquiler se mantenían, pero la gente tenía más dinero y cobraban pocos impuestos. Por eso los últimos diez años de dictadura fueron los mejores. Y los años 70 fueron los mejores años para alquilar.

Con respecto al precio de vivienda, aumento del poder adquisitivo y salarios,desempleo,  stock de vivienda, impuestos y cantidad de población, los mejores años para alquilar debieron ser entre 1970 y 1980. A partir de 1985, con el PSOE, se abre la veda en el mercado inmobiliario.

Pues lo siento mucho, pero Franco gana por goleada en política de vivienda, cincuenta años después. Quizá el punto más fuerte de la política de José Luis Arrese fue bajar por todos los medios posibles los costes de construcción. Esa fue su estrategia, porque iban a construir mucha vivienda pública, que muchas siguen hoy en uso y dentro del mercado inmobiliario (y algunas las ofertan como vivienda de lujo). Hoy en día es tan caro que no compensa construir (en parte por las leyes medioambientales) y eso es un gran problema.

Así que esto es una vergüenza para las izquierdas españolas, que no han hecho nada en cincuenta años para resolver el problema del alquiler, que ha ido creciendo. Después de ladrillazo de Aznar mejoró, pero a día de hoy estamos como en la posguerra (en lo que se refiere al alquiler).

P.D. Todos los datos se pueden comprobar: precio de vivienda (compra), aumento del poder adquisitivo y de los salarios, desempleo,  stock de vivienda, impuestos,costes de construcción y cantidad de población. Es algo para ver como problema complejo.

P.D.2 La congelación de precios de alquiler que propone Yolanda Díaz tendría resultado hoy en día si llevan a cabo expropiaciones de viviendas vacías, si abaratan costes de construcción, bajan algunos impuestos y si construyen vivienda pública. Con decirlo no basta. El mercado de viviendas se ve afectado por la inflación, pero es independiente de otros mercados, se puede intervenir.

P.D.3 "Decreto Boyer" (por Miguel Boyer), Real Decreto-ley 2/1985, de 30 de abril, artículo 9º, "Supresión de la prórroga forzosa en los contratos de arrendamientos urbanos".
A partir de 1985 empeoraron los problemas con la vivienda, hasta ahora.

Boyer nunca fue realmente de izquierda:

https://divinity.es/bodas/20240407/asi-fue-boda-isabel-preysler-miguel-boyer-be5m_18_012077712.html a través de @divinity_es

A Alfonso Guerra no le gustaban estos planteamientos y se oponía a Boyer, que era el ministro de Felipe González. https://cincodias.elpais.com/cincodias/2020/01/07/opinion/1578421485_442494.html

P.D.4
Felipe González es un neoliberal y el neoliberalismo es el sistema que él impuso en 1985. Esto no es una opinión, es un hecho:

Hubo una burbuja inmobiliaria entre 1986 y 1993: https://es.wikipedia.org/wiki/Burbuja_inmobiliaria_en_Espa%C3%B1a#Recorrido_de_la_vivienda_en_Espa%C3%B1a:_periodo_1979-2015

President Reagan Meeting with Prime Minister Felipe Gonzalez Marquez of Spain on May 7, 1985 https://youtu.be/aCF_SkmEPUc

La revolución de la clase media, En Portada, TVE 1988. https://www.rtve.es/play/videos/en-portada/portada-margaret-thatcher-revolucion-clase-media/1759990/

22 años del referéndum de la OTAN (vídeo de 2008) https://youtu.be/22IxFKch4qQ

 

Nota de 20 de agosto de 2024:

En este apartado que comencé el día 15 de agosto empecé tomando por buena una tesis dada en un artículo del diario El Debate (15) en el que se afirma que Franco, contraviniendo las leyes de la oferta y la demanda, paralizó el mercado del alquiler, pero tal no es cierta. En aquella época, lo normal era que si no tenías mucho dinero tenías que alquilar lo que hubiese o compartir la vivienda, ya fuese en un piso, una habitación, una habitación en una planta donde compartían el retrete. Por supuesto, las familias con algo de dinero sí podían alquilar pisos, pero las demás no. Era lo que había entonces y lo que se consideraba normal desde el siglo XIX, supongo. El desarrollismo, en España y en todo Occidente, trajo otro tipo de vida mucho mejor. Las familias que vivían en una habitación en un corral de vecinos fueron alojadas en pisos como los que conocemos ahora. Les regalaban esas viviendas. El artículo de El Debate se equivoca, porque no había un mercado de alquiler como el que hemos conocido en la época posterior al desarrollismo. Ahora hemos vuelto a un estado anterior de carencia de vivienda y desprecio por los desfavorecidos.

El franquismo fue mucho más generoso en política de vivienda que cualquier gobierno que hayamos tenido en la democracia. Es cierto que no dispusieron vivienda social de alquiler pero fueron generosos. Hoy en día sí se pueden solicitar viviendas públicas en alquiler, alquiler con opción a compra y en venta, el problema es que no hay viviendas y los tiempos de espera van desde cinco a quince años, dependiendo del municipio donde se solicite. En cuanto a si el Gobierno va a llevar a cabo una política nacional de vivienda, pues esto parece imposible, a no ser que suspendan las competencias que las Autonomías tengan en política de vivienda.

España es un país neoliberal thatcheriano en muchas cosas. Es una cultura que ha sido asimilada por la derecha y por la izquierda. Resulta curioso que un periódico digital como El Debate, cuya línea editorial es tan nostálgica del franquismo (15), haya asumido las ideas neoliberales. Otra publicación como La Gaceta de la Iberosfera (o de la fachosfera) también ha asumido el discurso thatcheriano. El partido político Vox habla entre dientes de la vivienda pública, pero ante todo habla de jóvenes, familias y propiedad (a los demás, que les den). Pues Franco no era neoliberal. El dictador tendría muchos defectos, pero ese no era uno de ellos. Y los años 70 fueron los mejores años para alquilar un piso (con los parámetros que ya mencioné), gracias a Franco. En política de vivienda Franco era más de izquierdas que el PSOE, es un hecho.

Finalizo aquí mi estudio sobre los últimos cincuenta años del mercado del alquiler de vivienda.

 


 Aquí digo más o menos lo mismo que en este apartado sobre el alquiler.

 


Eso que conocemos como estilo de vida es dos cosas: un relato y una creencia falsa (30 de agosto de 2024).


La mejor época de Occidente ("la mejor época" es una percepción relativa) fueron los años 60 y 70 (en EEUU empezó antes). Fue tan bueno que nuestro imaginario colectivo es el "Cachitos de Hierro y Cromo". Es decir, que el capitalismo no es exactamente lo que nos ha dado el más alto estilo de vida de la historia. Lo que elevó el nivel de vida fue lo que conocemos como Estado del bienestar -es una expresión despectiva que no recuerdo quién la inventó, creo que fue en Bretton Woods-. También era la época de los quinquis, de la ETA y de la heroína. Eso de "la mejor época" es relativo.

El libre comercio es bueno, pero el actual modelo norteamericano no nos conviene. Los ingleses rabian también por las consecuencias de el neoliberalismo de Margaret Thatcher y quieren lo que había antes: un Estado responsable, empresas públicas y vivienda social (y que dejen de importar seres humanos jóvenes de otros continentes). Pero eso que había antes ya no se volverá a repetir, no porque las sociedades humanas se dirijan hacia la entropía, sino porque los procesos y circunstancias dados en el presente nunca serán los mismos que los dados en el pasado. Pero se pueden hacer muchas cosas, más incluso que antes, porque se conoce lo que ya se hizo y sus consecuencias, pero no hay voluntad de hacerlo.

Quizá esto vaya a cambiar, pero la clase política actual no conoce las desgracias del pasado y no es consciente de nada hasta que la mierda les llega al cuello. Por este motivo, aunque reaccionaran mañana mismo, los efectos de sus acciones, por muy hábiles que fuesen (y dudo que lo fueran) no tendrían efecto hasta uno o dos años después. Así va a ser, pero lo que no ha sido todavía no lo puedo describir.

¿Cuál es el estilo de vida actual real y cuál es el estilo de vida que pensamos que es?

Pensamos que debemos ser propietarios de la casa o el piso en el que vivimos y quizá de algunos otros más, que así podremos disfrutar de las comodidades de la vida moderna e incluso hacer dinero gracias a las rentas que nos proporcionen nuestras propiedades o vendiendo estas, que habrían elevado su valor con el tiempo. Aspiramos a tener una familia, una familia feliz. Disfrutamos de las cosas que compramos y hablamos con nuestros amigos de asuntos de dinero y cómo usar esas cosas que hemos comprado. Ante las dificultades contamos con nuestro ingenio, nuestra educación financiera y nuestra resignación estoica. Este es el relato y la creencia falsa, pero ahora bien, ¿la realidad es así?

No, la realidad no es así. Hay una frase que nos puede servir para describir la realidad y al mismo tiempo alejar a nuestro demonios: "todo el mundo está igual". Todo el mundo está igual: endeudado, pagando una hipoteca por un piso que tendría que aumentar su valor tres veces cuando lo hayamos pagado (siendo ya viejos) para que le puedan sacar algo de dinero. Todo el mundo está igual: divorciado y pagando la pensión alimenticia. Todo el mundo está igual: evadiéndose de la realidad por medio del ejercicio atlético, el alcohol y los paseos errantes en coche (el sexo no es una evasión sino algo que tenemos si nos lo merecemos). Y todo esto lo hace quien puede, quien tiene los ingresos suficientes y ha decidido aceptar esas deudas leoninas. Quien no es rico y no quiere someterse o quien no tiene los ingresos suficientes se convierte en un paria, en un indigente con tarjeta de crédito y teléfono inteligente... Pero tampoco es para quejarse, porque todo el mundo esta igual.

He hablado de quienes pueden y de quienes no pueden, que ambos serían los que conocemos como personas normales (y son normales porque "todo el mundo está igual"), pero hay una tercera clase de personas: los ricos. No me refiero sólo a los billonaires sino también a los burgueses, artistas y deportistas de éxito, a los políticos y a los altos funcionarios, incluidos aquí los catedráticos boomers con el piso pagado. Estos viven en un mundo aparte y no caen en la disonancia cognitiva que es ese relato del estilo de vida confrontado a la vida real. Pero para estos también es falsedad, aunque les afecte de diferente manera, y son ellos los que transmiten ese relato, bien porque tienen estilo y carisma, bien porque tienen una cualificación que les permite diseñar nuestro estilo de vida y explicárnoslo: si no lo entendemos o si no somos capaces de adaptarnos al estilo de vida de la gente normal, la culpa es nuestra. Esto sería otra suerte de creencia falsa, ¿pero quién piensa que está equivocado cuando la vida le va bien? Nadie, que yo sepa.

 

Nota de 31 de agosto de 2024:

El mundo no necesitaba la teoría de la disonancia cognitiva. Ya había otras formas de llamar a esto y a todas sus variantes: quimera, engaño, pamema, timo, ensoñación, velo de Maya, etcétera. No necesitábamos a  Leon Festinger para explicar eso. Y su experimento fue criticado, por  poco riguroso, pero era la época en la que el marketing se fijó en la  psicología. Podemos vivir sin la teoría de la "disonancia  cognitiva". Creo que no debemos usarlo para explicar nada.

En  general, todas estos principios positivistas sólo sirven para crear  confusión. La realidad es mucho más compleja.  Todo este tipo de cosas  me producen pensamientos cíclicos involutivos, no me sirven (ni a mí ni a nadie). No hay que confundir la disonancia cognitiva con el relato autocomplaciente que genera.


Tampoco hay que confundir un inconveniente malestar psicológico con el lógico malestar (previo a un cabreo todavía no definido) que nos provoca algo que es malo o injusto. Que algo nos produzca malestar no quiere decir que eso sea bueno. En defensa de Festinger debo decir que su experimento tenía el cinismo que cualquier persona inteligente le sabría dar. La película sobre el experimento (finales de los 50) es bastante machista y tramposa. Y Festinger, al fin y al cabo, lo que quería era ganar dinero, porque era la época en la que se empezaba a aplicar la psicología en mercadotecnia. Es algo que está viciado desde el principio.

Creo que la teoría de la disonancia cognitiva no debería divulgarse. Está bien para empresarios, inversores y académicos, pero eliminar las "falsas creencias" que alivian el dolor causado por la realidad puede matar a alguien pobre o sin recursos. El entrecomillado se refiere a que se considera falsa cualquier cosa no corroborada por la ciencia. Vivimos en una sociedad positivista y muy despiadada.

 

P.D. Había algo en esta teoría que me chirriaba, que me provocaba disonancia. Después de muchos años, por fin lo he resuelto. En realidad, es el resultado de experimentar con seres humanos infelices. Es una auténtica monstruosidad.

Decir que algo te genera disonancia cognitiva es como decir "no tienes ni puta idea". Es algo muy cayetano, es pedante de la hostia.

Cuando algo te chirría lo que tienes que hacer es desmontarlo, echarle manteca y volverlo a montar.

 

Nota de 1 de septiembre de 2024:

Festinger teorizó sobre este fenómeno de manera brillante. Pero algo quedaba en esto que era como arena en los engranajes del capitalismo: la naturaleza humana. La naturaleza humana se convierte en un inconveniente al usar interesadamente esta teoría como si fuese una certeza.

Hay que tener cuidado, porque esto es una teoría y tiene demasiadas implicaciones como para poder establecer una regla. Se utilizan a la ciencia y a Festinger para colarnos cualquier argumento de mierda. Todo esto es tautológico y sirve para formular toda clase de argumentos totalitarios. No hay que caer en esta trampa.

En definitiva, si algo te molesta y no sabes por qué, averigua por qué antes de hacer nada. Y después haz lo que te convenga si puedes. Esto es difícil y requiere disciplina, pero es más racional y no se necesita para nada darle vueltas a lo de la disonancia cognitiva. Ya sabemos que hay cosas que nos molestan.

"Es superior a mí", "hacer de tripas corazón", etcétera. Esto ya estaba inventado. Efectivamente, hay cosas que contravienen nuestra naturaleza y nuestras creencias, pero estas no tienen por qué ser algo malo. Quizá lo malo sea eso que nos perturba.


Nota de 3 de septiembre de 2024:

Estamos obligados a mantener situaciones (laborales, familiares, sociales) que nos provocan la disonancia cognitiva. El dinero puede aliviar este malestar u ofuscación subrepticia del que tratamos de evadirnos por medio de un relato autocomplaciente, pero no puede arreglarlo hasta que no dejamos de tener esa relación de dependencia obligada y nos desengañamos totalmente del relato, que bien puede haber sido inducido por un agente malicioso o por la misma convención social, eso que llamamos tradición. La paradoja está en que ese relato nos ayuda a seguir vivos cuando no podemos escapar de esa situación, aunque sintamos malestar.


Nota de 4 de septiembre de 2024:

Los pobres o los niños no generan espontáneamente un relato autocomplaciente ante la disonancia cognitiva. Se ofuscan y adoptan maniobras evasivas. Pero les puedes prometer algo y adornar la promesa con un relato. Entonces con eso ya pueden soportar el bullying y el hambre.


Nota de 5 de septiembre de 2024:

La disonancia cognitiva se produce por la obligación de permanecer en una circunstancia alienante, por la convención social (que obliga)y por las opiniones de otros. Las redes sociales son un hervidero de opiniones basadas en algún tipo de convención social (ya no hay una sino muchas), lo que las convierte en una fuente de estímulos que te sumergen en la circunstancia alienante, que te dan argumentos para no enfrentarte a la realidad o que simplemente te distraen. Si padeces el malestar, la ofuscación constante de baja intensidad de la disonancia cognitiva, no uses las redes sociales.

Las redes sociales son el medio ideal para intentar cambiar la realidad a tu conveniencia, por eso las usan las empresas y los gobiernos. Para el ciudadano insignificante, sin influencia ninguna, las únicas actitudes razonables son la protesta y la actividad antisocial. ¡He aquí la grandeza de las redes sociales!


Nota final de 5 de septiembre de 2024:

La gente vota lo que votan en casa. Yo durante años voté al PP porque en casa votaban al PP. Hace 12 años o más que no les voto, pero lo del liberalismo me lo tragué y ahora estoy sufriendo las consecuencias. La verdad es que me arrepiento.

No votéis a nadie que no favorezca estrictamente a vuestro colectivo: "quien da pan a perro ajeno pierden pan y pierde perro". Si siguiendo este principio no encontráis ningún partido al que votar, no votéis. Así no habrá nada de lo que arrepentirse.

No me he vuelto marxista. Los marxistas tampoco me representan. Y no creo que todo sea el capital. El problema es que el capital no lo es todo. Y no tolero a los separatistas y soy monárquico (de momento). Para ser marxista hay que zamparse el paquete completo con Lenin, con Fidel Castro, con Otegi y con la puta madre de todos ellos. Hace falta mucha sal de frutas para digerir eso.

 

 

Ernesto García-Testón Gómez a 5 de septiembre de 2024.




Notas:

(1) Noticia del 5 de agosto https://www.birminghammail.co.uk/news/midlands-news/masked-man-stabs-tyre-sky-29683369).

(2) https://www.noticiasdegipuzkoa.eus/mundo/2024/08/05/detras-protestas-inmigrantes-reino-unido-8556115.html

(3) El informe sobre migración de reemplazo de la ONU del año 2000 tiene como tema central el rejuvenecimiento de la población occidental, que no tiene hijos. https://www.un.org/development/desa/pd/sites/www.un.org.development.desa.pd/files/unpd-egm_200010_un_2001_replacementmigration.pdf

La Agenda 2030 dice de sí misma que es una agenda "para transformar el mundo".

La exministra Carmen Calvo dijo que sabían que la Ley Integral de Violencia de Género conculcaba el derecho a la presunción de inocencia de los hombres, pero que esa era la única manera de provocar un cambio social en favor de las mujeres.

Todo esto ha sido muy disruptivo y ha avivado el reaccionarismo.

(4) Tuit del periodista Daniel Iriarte: https://x.com/Danieliriarteo/status/1821589416747696463

(5) Y habría que hablar de inmigrantes legales que trabajan en condiciones muy malas y viven hacinados o en contenedores o chabolas en el campo donde trabajan.

(6) https://es.wikipedia.org/wiki/Desokupa

(7) Ejemplo de artículo de prensa donde se habla del miedo de los arrendadores (este es uno de muchos). Con esto hay que tener cuidado, porque este tipo de artículos inducen ese miedo, y esto viene sucediendo desde hace muchos años. Es una actitud relacionada con el voto a la derecha. https://theobjective.com/economia/2024-08-09/inseguridad-juridica-ley-vivienda-alquiler/

(8) Muchos ancianos recuerdan a Franco y han transmitido a los jóvenes una imagen idealizada, positiva u ominosa, del régimen franquista. Esto no es bueno. Es cierto que Franco resolvió el problema de la vivienda, que había poco paro y que los precios eran muy bajos. Pero Franco se centró en la propiedad y para resolver los problemas de alquiler que ya tenían en 1970 congeló los alquileres, que es lo que quiere hacer ahora Yolanda Díaz, sin construir vivienda social para alquiler (han prometido una promoción de 43000 viviendas, insuficiente y todavía sin proyectar siquiera). Por izquierda o por derecha nos movemos en un marco conceptual propio de 1970 que no pasa de la promesa electoral, en lo que se refiere a empleo, vivienda y familia. Esto es así porque no se puede ni se sabe resolver estos problemas, a causa del sistema de autonomías y por el bajo nivel técnico de nuestra clase dirigente y porque hay mucha corrupción, una corrupción estructural basada en el reparto vicioso del dinero público.

(9)  Documental de RTVE: "Los preparacionistas se equipan ante una catástrofe mundial" https://www.rtve.es/noticias/20220327/preparacionistas-se-equipan-ante-catastrofe-mundial/2311625.shtml

(10) Hitler impuso su régimen por encima de una constitución que ni se molestó en derogar. Una de las ideas fuerza del discurso anarcocapitalista es que las multinacionales pueden hacer lo que quieran sin que los gobiernos les puedan hacer nada. Sin embargo, estas multinacionales imponen sus marcos sociales. Y es sabido que las multinacionales norteamericanas van detrás de los ejércitos para ocupar los mercados de países conquistados. Me parece pertinente hablar de un totalitarismo capitalista.

(11) https://x.com/ideascreacion20/status/1822333250271928660

(12) Ayer, Alvise Pérez fue increpado en redes por decir que no podía sortear su sueldo de eurodiputado, como prometió. Hoy ha vuelto a decir que va a celebrar un sorteo para regalar su sueldo (como Nescafé). Esto quiere decir que le preocupa tener una fuente de ingresos. Si prometió que regalaría su sueldo y lo cumple será porque tiene otra fuente de ingresos. Y si hace esto es también porque quiere llegar más lejos, como ya dijo. https://as.com/actualidad/politica/alvise-se-presentara-a-las-proximas-elecciones-generales-n/

(13) No me he equivocado. Todo eso ahora tan de moda de la meritocracia y la cultura financiera ya lo decía él. Y al final, la mano invisible pone las cosas en su sitio en su planteamiento utópico. Es utópico porque lo de el velo de ignorancia es utópico.

(14) https://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-1964-9379

(15) https://www.eldebate.com/historia/20211008/franco-congelo-alquiler-promovio-vivienda-social.html

(16) https://www.planradar.com/es/costes-construccion-casa-espana/




Mire fijamente esta imagen:



 

 

 

Ernesto García-Testón Gómez 2024.

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