Wikimedia Commons: Margaret Thatcher y Reagan, castillo Gymnich, cerca de Bonn, en 1985.
Introducción.
El discurso neoliberal consiste en utilizar la falacia de Hayek para eliminar prestaciones y anular el control del Estado, confundir el concepto de plusvalía con los salarios miserables y justificar los precios abusivos con la ley de la oferta y la demanda.
El hecho de que un estado regule la economía de un país no supone que ese estado sea comunista ni fascista ni el laissez faire es garantía de libertad, para los pobres no, desde luego. Si el sector productivo no puede mantener unos salarios dignos no es culpa de los obreros, por producir poco, seguramente hay fallos más graves en el mercado y en el sector productivo. Y la ley de oferta y demanda es orientativa, de ningún modo se deben permitir los precios abusivos, mucho menos de la vivienda.
España.
En España van mal muchas cosas y esas tres razones simplonas no las explican ni proponen soluciones válidas para esos problemas. Voy a atreverme a hacer un breve y parcial resumen:
Una tercera parte de los españoles no tiene la secundaria acabada, frente a un 40% de universitarios que le quitan el trabajo a los demás; los que se quejan de que los boomers tienen demasiado dinero son universitarios que quieren ascender y comprarse un piso. Ese es el nivel.
Pero hay más. Si tomamos estos datos para determinar el grado de independencia de la población española, sólo un 6% son adinerados y capacitados, otro 30% serían propietarios o autónomos pero no están en situación de generar innovación por voluntad propia (ni creo que les interese) y el restante 64% son dependientes en mayor o menor grado, es decir, que no se mantienen con sus propios recursos y habilidades, como mucho son asalariados de alguien, siendo 1300€ el salario más frecuente. Estos datos los propongo yo, como visión insólita, después de cruzar datos de empleo y de vivienda y teniendo en cuenta mi experiencia personal y mi análisis de las personas que conozco (siendo amable). Creo que no me equivoco mucho.
Thatcher y Reagan.
Volvamos al tema. Si lo desmontas, el liberalismo actual es una chorrada, pero ha convencido a muchas personas que creen que se harán ricas con eso, como cualquier otro timo. Los neoliberales utilizan la propaganda masiva como lo haría cualquier nazi o cualquier comunista y tienen la manía de tergiversar todo lo que han dicho los grandes filósofos y escritores del pasado. Son repipis con mala leche. Y el público se ha dejado seducir por argumentos simples, muy superficiales. Y hay que tener en cuenta que, en general, la visión que se da a través de los medios de comunicación está limitada a los datos oficiales, que están adornados o son anticuados. Generalmente, los políticos, sean del partido que sean, adornan la situación para salir del paso o para justificar sus errores. ¡Y les creemos!
Los liberales luchaban contra una oposición feroz en las calles y se han sobrepuesto con eso que llaman la "batalla cultural". Han sido hábiles, pero nada éticos, cada vez menos. Han conseguido usar el concepto de capitalismo (bastante difuso) en su favor. Es gracioso todo esto, porque "sí, capitalistas, y a mucha honra" y hemos vuelto al siglo XIX en algunas cosas. Ya no sirve el usar la palabra "capitalismo" para combatir a los liberales (que no son derecha). Y hay que volver a plantear una nueva etapa de desarrollo social y económico después de los últimos cuarenta años creyéndonos que la historia acabó. En su último discurso de 1999, Margaret Thatcher se quejaba de que el sistema sanitario mixto no funcionaba bien (1). ¿Las compañías no reflejan el sentido de la responsabilidad personal de sus directivos o más bien estos no tienen otra ambición que la de enriquecerse? Aquí en España hemos copiado el modelo y está ocurriendo lo mismo.
Y otro de los grandes errores del neoliberalismo fue obligarnos a los ciudadanos a hacernos ricos, a tener que anticiparnos al mercado, invertir y aguantar estoicamente que las ventanas de oportunidad y los nichos se cerraran con más rapidez cada vez. La codicia y la ambición siempre han existido, pero no creo que sea buena idea soliviantar al público de esa manera. Yo nunca he prestado mucha atención a las cosas espirituales, pero el neoliberalismo es un desastre en este sentido.
Los americanos optaron por llamar a la lucha por el dinero. En Reino Unido fue diferente, llamaron al enriquecimiento de la familia, creando una raza de parias. Todo esto es darwinista, eugenésico: librarse de los débiles y de los desarraigados, esclavizarlos. Uno de los vectores de la política migratoria actual es este: traer trabajadores dispuestos a cobrar salarios miserables en el sector de las hostelería, la construcción y las explotaciones agropecuarias.
De todas formas, Reagan y Thatcher ya están totalmente superados. Sin querer, crearon sociedades que involucionan. Los hijos eran fuerza de trabajo en potencia. En una sociedad financiera de industria deslocalizada el pueblo no tiene dinero ni motivos para fundar una familia. No hace falta, porque se trae fuerza de trabajo de África.
En su discurso de 1999 (1), Margaret Thatcher critica al Partido Laborista por haber perdido sus principios. Y tiene razón, pero eso es debido a la transformación social que ella provocó.
Ese "último gran discurso" está lleno de incongruencias. Por ejemplo, el sistema sanitario nacional no es incompatible con la sanidad privada, pero debe ser la referencia. ¿Qué esperaba, qué creía que iba a ocurrir? Y los norteamericanos fueron "libres" independizándose de los ingleses. Estaba gagá (o lo estuvo siempre). Creo que esta señora triunfó porque tenía buen aspecto, y un aspecto muy convencional, de perfecta dama inglesa; y hacía algo parecido a lo que hace Isabel Díaz Ayuso, se hacía cargo de las situaciones y esperaba al momento preciso de soltar una frase lapidaria, algo en lo que era una verdadera maestra (lo hacía mucho mejor que Ayuso). Pero no era una mujer inteligente, a pesar de sus títulos universitarios, y tampoco era economista.
La batalla cultural.
En
realidad, las épocas se perciben como mejores o peores por muchas
razones, es una cuestión de dar a cada ingrediente una determinada
proporción. Y si eres joven, pues eres más optimista y te contentas con
poco, por eso creemos que el pasado fue mejor, aunque no lo sea.
Yo
estoy muerto espiritualmente. Hace décadas que algo se rompió algo
dentro de mí. Percibo mi tiempo y a las personas que me rodean como algo
que me es totalmente ajeno. Y no quiero que sea de otra manera: lo
único que quiero es tener más dinero. Me he rendido, tengo que adaptarme para poder sobrevivir, pero no voy a tragarme el cuento del liberalismo: estoy muy desencantado.
Dentro de la burbuja de creación de contenido sobre boomers y vivienda hay una corriente de millennials furibundos que odian a los boomers (la generación de sus abuelos). Uno de los argumentos es que necesitan sus casas para que vuelva a haber oferta en el mercado de vivienda. La mayoría de esta gente del dinero no tienen un verdadero sentido democrático, porque desprecian la moral y el concepto de Estado. Lo que tienen en mente es una oligarquía, en sentido clásico (2).
La
falta de dinero, en una familia, es corrosiva como el ácido sulfúrico, y
si a eso le añades un poco de ideología anarcocapitalista, pues ya
tienes a un colectivo de partidarios de la eutanasia. Son un encanto.
"Maldigo a mi padre y a mi madre, bendigo al sagrado dinero".
Pero hay muchas personas que siguen creyendo en esto, porque otra cosa en la que se parece el liberalismo a cualquier totalitarismo es que su ideología es una sarta de chorradas (totalizadoras) que triunfan gracias a un relato simple, coherente y emocional que las aúna. Pero cuando lo desmontas es una memez. Y en los últimos años ha triunfado gracias a que han usado los mismos trucos que usó la izquierda populista: todos vimos a Javier Milei disfrazado de superhéroe, como una Colau superabeja, pero con mejor sastre y más presupuesto para su performance. Por ejemplo, dijo en una ocasión que la libertad es vender uno de tus riñones (3) si te hace falta dinero... Le funcionó y ahora es presidente de Argentina.
En España somos más amables. Uno de los propagandistas liberales que más me fascina es Antonini de Jiménez. Pues Antonini dice que si un futbolista gana más que un médico es porque el público prefiere gastarse el dinero en el fútbol y no en impuestos para mantener la sanidad pública (4). Alguien debería explicarle a Antonini que el público (en España al menos) gasta mucho menos en el fútbol (5) que en seguridad social privada, pero un futbolista gana varios millones al año y hay médicos que cobran 1500€ al mes.
Antonini de Jiménez cree ciegamente en la responsabilidad personal, que decía Hayek, pero la mayoría de las personas no saben cómo fluye el dinero y de este sólo tienen una ínfima parte: el público no puede decidir cómo se reparte la riqueza ni es responsable de cómo se reparta, pero protestan si el médico no les atiende bien, ese médico que cobra 1500€ al mes.
Y otro propagandista liberal fue Antonio Escohotado, que no sé por qué se dedicó a este menester. Él se quejaba de que no había ganado el dinero que alguien de su valía ganaría en Estados Unidos, y tenía razón. Su esperanza era esa, ganar más dinero, supongo. Por lo menos le dio calidad a esa pantomima de la batalla cultural. Hay muchos filósofos de prestigio que se prestan a eso, para ganar dinero (6). He de reconocer que yo aprendí mucho leyendo y escuchando a Antonio Escohotado y que gracias a él prefiero decir "comercio" a decir "capitalismo", me parece mejor usar más palabras para definir muchas cosas, por separado, que no una sola. Antonio Escohotado era interesante, pero estoy desencantado.
*
Antonini
de Jiménez parece simpático, un poco loco, con el pelo alborotado y la
gorra de béisbol. Creo que es profesor en una universidad católica de
Colombia. Me pareció interesante.
Hay otros propagandistas notables, como Cayetana Álvarez de Toledo, una mujer muy cualificada, sin duda, pero perdida en su retórica, después de años de repetir lo mismo. Pero tiene nivel.
Y hay otros propagandistas liberales que me parecen deplorables, como Álvaro Ojeda, influencer y reportero de OK Diario, que se dedica a decir monteradas, al parecer desde su cuarto de baño, sentado en el retrete. No creo que a este haya que prestarle atención. Tampoco a Un Tío Blanco Hetero ni a otros youtubers que ganan dinero aprovechando el mercado del sesgo cognitivo. Me agotan.
Final.
Creo que ya comenté que, por afinidad a las ideas de mi familia, yo soy de derechas. En casa "nos encantaban" Reagan y la Thatcher. Soy de derechas, pero no estoy loco, creo que el Estado debe existir y que es bueno que haya empresas públicas y que haya un proyecto nacional, para que todo funcione bien. Soy monárquico (de momento), soy nacionalista español (dentro de lo razonable) y no admito los separatismos. Esos tres rasgos ideológicos me convierten en alguien de derechas, sin remedio. Y durante muchos años voté al PP, para luego votar a Vox, desde hace diez años, porque ya entonces estaba desencantado, pero no del liberalismo. El liberalismo, ese neoliberalismo de Thatcher y Reagan, que promulgan Álvarez de Toledo o Ayuso, el que promulgaban Albert Rivera y tantos otros, terminó por desencantarme, porque es un deporte para ricos y yo soy pobre. Lamento decirlo (decir que soy pobre también), pero estoy muy desencantado. Además, es un deporte para ricos bastante tonto y no creo que funcione. No necesitamos gobernantes liberales, necesitamos tecnócratas, políticos preparados, no charlatanes que quieren vender algún librito de mierda que han escrito (o les han escrito). Además, estos liberales a los que llaman "derecha" no han sido muy combativos contra aquello que ataca principios básicos de la derecha como los que comenté. Son una nulidad y en algunos casos los percibo como peligrosos.
Lo que ha provocado este liberalismo (introducido por Felipe González) es, paradójicamente, regularlo todo, hacer que el mercado inmobiliario sea una jungla (y algo que ha enriquecido a nuestros presidentes neoliberales), a que aumente el dinero destinado a las finanzas y circule menos el dinero del comercio ordinario, precisamente. Yo no me siento más libre. Me siento amenazado, porque vivo de alquiler; me siento estresado, viendo que voy a tener que invertir unos eurillos en "shitcoines" para poder ahorrar para la entrada de un pisito feo que no me guste y que tardaré veinte años en pagar, si no me muero antes... No me siento más libre, en definitiva. Estoy muy desencantado.
*
Finalizo aquí esta segunda parte de mi desencanto, quizá para no volver a tratar el tema. Creo que he dejado suficientemente claro mi punto de vista con estas razones y con las dadas en la primera parte.
Ernesto García-Testón Gómez a 19 de octubre de 2024.
Notas:
(1) Discurso de Margaret Thatcher en una convención conservadora en Plymouth en 1999: https://youtu.be/KvLe8M-cLVw
Es posible que este no sea "el último discurso de Margaret Thatcher", pero esta señora se retiró y creo que padeció una enfermedad neurológica antes de morir. En todo caso es el último discurso ante el partido conservador, los tories.
(2) Post de X de Nassim Nicholas Taleb: https://x.com/nntaleb/status/1847284796881314063
"In politics, you don't vote for a candidate that you "like". Politicians are, by design, not likeable: propagandists & partisans not judges, never acting against their self interest, hence never trustworthy.
You vote for the candidate who will cause the smallest amount of harm."
(3) Milei sobre el tráfico de órganos:
https://youtube.com/shorts/TPyTGoXhszk
(4) Antonini de Jiménez en su canal de YouTube:
(5) Artículo de Julián Salcedo del 26 de febrero de 2023 en Legal Sport: "¿Cuánto se gasta cada año un aficionado al fútbol y por qué?"
https://www.legalsport.net/economia-es/cuanto-gasta-aficionado-futbol/
Los españoles gastan bastante más en sanidad y seguridad social que en fútbol, unas diez veces más, afortunadamente.
(6) El Festival de las Ideas: https://elmundosintetico.blogspot.com/2024/09/el-festival-de-las-ideas.html
Definición de "capitalismo popular" en el Diccionario Cambridge:
https://dictionary.cambridge.org/dictionary/english/popular-capitalism
Traducción: "La teoría o sistema que se basa en la idea de que todos en una sociedad deben tener la oportunidad de poseer propiedades y acciones en empresas".
Ernesto García-Testón Gómez 2024.
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